Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Por las noches, sin otro testigo que la solitaria Torre de la Universidad, germinaba el proyecto de Los Pleneros de la Cresta.
Se llaman así porque son gallitos que estudian en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Allí desarrollan su taller desde 2013 y la confirmación del impacto de su propuesta es su debut en la Marketa Retoña en el Barrio Latino, comunidad niuyorquina de vasta tradición plenera que, por generaciones, tuvo y ha tenido entre sus exponentes a Mon Rivera, Angel Luis Torruellas, Sammy Tanco, Juan Gutiérrez, Pepe Delgado, Los Pleneros de la 21 y otras personalidades de la diáspora boricua en la Babel de Hierro.
Los Pleneros de la Cresta, que en mayo pasado lanzaron su primer disco “Mucho gusto, soy de la Isla”, son cinco

jóvenes estudiantes a quienes la plena unió. Su director Emil es hijo del compositor y güirero de Viento de Agua, Juan Llonsi Martínez, un plenero experimentado que dirigió Los Zapos del Caño, conjunto conocido por sus luchas sociales y manifestaciones en el ambiente del Recinto Universitario de Mayagüez.
“Desde antes de empezar mi tercer año de universidad, tenía pensado el nombre Pleneros de la Cresta, pero mi intención fue crear más un movimiento de jóvenes, que un grupo formal”, dijo a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Emil observó que la plena estaba ausente en el círculo universitario ríopedrense. Conversó con su compañero de habitación Edwin ‘Wechín’ Avilés, quien buscó unos panderos artesanales y se dedicaron a ensayar por las noches en la Torre de la Universidad.
“Poco a poco, llegó más gente. Yo comencé a componer. Y se acercó uno de los gemelos, Joshuan Ocasio, quien me invitó para su casa en Ciales, interesado en que esto se convirtiera en algo formal”.
Así, en el barrio Frontón de Ciales, Los Pleneros de la Cresta afilaron sus espuelas con la incorporación de los hermanos Yeyo y Joseph Ocasio. “Empezamos a tocar los cinco y pude sentir que las plenas estaban sonando bien afincadas y que no había necesidad de añadirle más”, narró Emil al recordar los días de noviembre de 2013, cuando debutaron profesionalmente.
Desde entonces, su trabajo les ha merecido la aprobación de pleneros experimentados como Harry Sebastián y Tito Matos, quien es el productor –junto a David González, de Enlace Boricua, y Ricardo Pons- de su primer cd “Mucho gusto, soy de la Isla”.
“Ese era mi mayor miedo porque hay tanta gente haciendo cosas muy buenas por ahí que no quería meterme en lo de ellos. Pero he visto que es todo lo contrario porque la gente nos recibe con los brazos abiertos. Y lo más que me impresiona son los niños, que se saben las canciones. Las familias que nos invitan a sus casas… Es una cosa que jamás imaginamos y seguimos sorprendiéndonos más. Somos cinco chamaquitos y el que la gente pida autógrafos y quiera retratarse con nosotros es como una película”.
El talento de Los Pleneros de la Cresta fue apreciado por Tito Román Rivera, productor del documental fílmico “El Antillano”. Tito les encomendó grabar la plena “Los Hijos de Borikén” para la banda sonora “Betances suena así”, luego de reunirse con el historiador Félix Ojeda, quien le entregó la novela “Los Dos Indios” como base para su composición.

“Eso fue la evolución como grupo. Después de grabar eso en un proyecto tan importante podemos decir que somos un grupo oficial. Ya no somos los mismos chamaquitos. Hasta en el disco nuestro se observa el cambio. Esto le dio un toque nuevo y distinto a lo que es la plena porque con güiro y con panderos se puede hacer mucho con la plena”.
Con su concepto callejero y la experiencia acumulada al lado de su padre Juan Llonsi Martínez, Emil y Los Pleneros de la Cresta avanzan por la vereda correcta del folclor boricua. El hecho de que Tito Matos y Ricardo Pons, de Viento de Agua, produjeran su primer disco es un espaldarazo a su incipiente carrera.
“Tener el respaldo de gente que lleva tanto tiempo nos hace sentir muy contentos y motivados a continuar”.
En la secuencia de “Mucho gusto, soy de la Isla” es evidente el compromiso cultural, social y patriótico de Los Pleneros de la Cresta, patente en composiciones como “Los pupilos”, “Los de la Isla”, “Posturas” y “La respuesta de tu alma”.
“Eso es lo que caracteriza a la Cresta. Pensamos que la música se disfruta y se baila, pero en este país, en que estamos tan faltos de identidad, para qué se va a tocar música si no se comunica o dice nada. Uno siempre tiene una oportunidad de decir algo. No quisimos grabar temas reciclados ni sin sentido. Nos arriesgamos y queremos que otros se arriesguen porque es una responsabilidad llegar a la sociedad con un mensaje contundente. Necesitamos que se nos quite esa mentalidad de colonizados y aceptar lo que es nuestra cultura. Cuando aceptemos lo que somos y nacimos para ser, empezaremos un camino mejor para un cambio”.
En esa línea de pensamiento, la plena “Yerba bruja” reafirma la idiosincrasia nacional e identidad boricua. Es una letra que compuso el menor del grupo Yeyo Ocasio, inspirado en el poema de Juan Antonio Corretjer.
Además, con “Todito el año” intentan convencer a la industria de que ‘la plena es de siempre, viene de antaño, tampoco es de diciembre, se toca todito el año’.
“Es un pensamiento compartido por muchos pleneros y pleneras. Se ha dicho en muchas ocasiones y hay que seguir recalcándolo. Hay tantas cosas que la Cresta dice y la gente piensa, pero no se atreve a decirla. A la industria y a lo que no es industria también hay que decirle porque piensan que es una música de viejos, de allá de mil años o de Navidad solamente”.
En “Soy plenero soy” insinúan que el ritmo autóctono puede ser tan comercial como el merengue o el vallenato; que solo necesita el respaldo de los medios. “Todos al fin y al cabo somos pleneros porque somos boricuas y es lo que nos corre por las venas. Esto es un homenaje a todos los pleneros; a los mayores, porque bastante se chavaron para que esto se mantuviera vivo y con nosotros ahora se puede ver la semilla que sembraron”.
La Zafra es otra agrupación juvenil que también se especializa en el cultivo de la plena, lo que convence a Emil Martínez de que el rescate y robustecimiento de la expresión depende, más que nunca hoy, del esfuerzo de la juventud.
“Se están creando espacios nuevos en distintos sitios. Se están abriendo puertas. Siempre lo que se vio fue un Plena Libre o un Plenéalo, que a lo mejor ya llevan mucho tiempo y quizás no se toca la plena como tal o no se resalta, pero hay muchos jóvenes que forman parte junto a nosotros del nuevo movimiento plenero”.
La presentación en el Barrio Latino representa su debut en la Ciudad de los Rascacielos. Después de este fin de semana, regresarán para tocar el 1 de agosto en el Festival de Agua Dulce en Ciales y al día siguiente en el Festival de Artesanías Guayamesas en Guayama.
“Es la primera presentación en Nueva York. Es nuestro quinto viaje. Estuvimos en Tampa, Jacksonville y Miami. Para nosotros, lo del Barrio Latino nos hace sentir contentos. Nunca esperamos algo así. La llamada surge porque, según nos cuentan, la voz se ha corrido y están preguntando mucho por nosotros. Vamos a hacer como una presentación del disco y encontrarnos con toda esa gente buena”.
El disco se consigue a través del 787-316-4972, en cdbaby.com y próximamente en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan y en su página web prpop.org.