Fecha de nacimiento
19 de diciembre de 1963
Lugar de nacimiento
San Juan, Puerto Rico

El prócer puertorriqueño Eugenio María de Hostos dijo una vez que “el cosmopolita empieza por ser verdadero hombre en su patria y acaba por ser patriota en la humanidad entera”. Esa frase viene a la mente cuando se considera la trayectoria del pianista Luis Marín, quien es a la vez un acérrimo defensor de la multiculturalidad y del rico acervo musical de Puerto Rico.
En sus tres grabaciones como líder –“Inconsolable” (1999), “Live at the Nuyorican Café” (2004) y “The One” (2015)- Marín ha destacado la obra de compositores puertorriqueños de música popular como Bobby Capó, Sylvia Rexach, Pedro Flores, Rafael Hernández y Catalino “Tite” Curet Alonso. Sin embargo, reconoce la importancia fundamental que tiene (sobre todo para los músicos de jazz) exponerse a lo que está sucediendo en otras tierras, a fin de nutrir su arte y poder contribuir al continuo desarrollo del género jazzístico.
Hoy por hoy, Marín es considerado como uno de los mejores pianistas no solo de Puerto Rico, sino del Caribe entero, integrando una liga estelar a la que también pertenecen el ponceño Papo Lucca, el panameño Danilo Pérez, el cubano Gonzalo Rubalcaba, el venezolano Edward Simon y el dominicano Michel Camilo. También se ha destacado como educador, habiendo dirigido el Departamento de Jazz del Conservatorio de Música de Puerto Rico entre 2009 y 2013. Sus logros, sin embargo, no han opacado su humildad ni su constante deseo de innovar y continuar desarrollando su propuesta musical.
Luis Marín nació el 19 de diciembre de 1963 en la ciudad de San Juan y se crió en Bayamón, donde comenzó a cursar estudios de piano a los cinco años. Su primera presentación en público, según dijo en una entrevista, fue en la graduación de preescolar de su hermana menor, Lizette, en la Colegio Santo Tomás de Aquino, en el Viejo San Juan (hoy Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe).
Pese a que su familia se mudó en varias ocasiones entre la urbanización Lomas Verdes e Isla Verde (Carolina), el joven Marín nunca abandonó las clases de piano. Rafael Torres Silva (hermano de Pepito Torres Silva, un famoso director de orquesta puertorriqueño de los años 1950) fue uno de los maestros más decisivos en su formación, pues le enseñó tanto temas clásicos como populares y dejó una profunda huella en su pensamiento.
Durante un tiempo, Marín cambió el piano por el cuatro, el instrumento nacional puertorriqueño, llegando a impresionar al maestro Mario Scharrón y a formar parte de la Orquesta de Cuerdas de Puerto Rico. No obstante, el piano seguía siendo su amor verdadero y pronto retomó las clases de este instrumento bajo la profesora cubana Amparo Valdés.
Aunque en su mente ya tenía claro su destino como músico, una reunión con la orientadora de la escuela superior en la que estudiaba, desvió temporeramente su camino a los 16 años. Advirtiéndole que nadie en su familia había sido músico y que era difícil ganarse la vida en esta profesión, la orientadora lo convenció de estudiar otra carrera. Entonces el joven Marín inició estudios de ingeniería en el Recinto Universitario de Mayagüez.
En esta ciudad del oeste puertorriqueño, muy pronto se vinculó con bandas locales y el director de la orquesta del hotel Mayagüez Hilton lo contrató para que tocara con la misma.
Convencido de que la música era su pasión, Marín solicitó entonces admisión en Berklee College of Music, en Boston. Allí completó su bachillerato, entre 1984 y 1986, a la vez que tocaba junto a grupos locales como Caribbean Express, Herman Johnson´s Quintet y el grupo Humano, de Jorge Arce.
A su regreso a Puerto Rico, obtuvo inmediatamente buenas oportunidades profesionales. En una entrevista, Marín dijo que recuerda con precisión la primera vez que subió a una tarima, el jueves 17 de julio de 1989, para tocar, con apenas 20 años de edad, junto a la orquesta de Andy Montañez. Permaneció dos años con el llamado Niño de Trastalleres y luego otros dos años con la orquesta de Eddie Santiago, quien en aquel entonces estaba en su apogeo como el rey de la salsa romántica. Con ambas orquestas llevó a cabo numerosas presentaciones en el continente europeo, particularmente en España. También permaneció durante varios años con la orquesta del maestro Mandy Vizoso.
Hacia mediados de los 1990, comenzó a vincularse directamente con el jazz, por vía del Humberto Ramírez Jazz Project. Poco después desarrolló sus propios grupos, mayormente tríos y cuartetos, en los que han figurado de manera consistente el bajista Pedro Pérez, el baterista Pablo Rivera y, durante algunos años, el percusionista Paoli Mejías.
A lo largo de los años, Marín ha demostrado tener un acercamiento muy serio y reflexivo hacia la música, especialmente el jazz. “Con el jazz, la búsqueda de conocimientos nunca termina, en términos de armonía, melódicos y rítmicos…”, dijo en una entrevista. “Es un género que te permite empujar tu talento dentro de tus capacidades”.
“En el jazz no hay que inventar nada, sino permitirlo todo”, dijo en otra entrevista. Una prueba de ello es su primera grabación, “Inconsolable”, en la que interpreta las canciones de Gilberto Monroig –a quien acompañó en sus últimos años de vida- en estilo de jazz. “Al conocer su repertorio pensé que este se podía interpretar de modo distinto, vi que tenía otras posibilidades”.
Como otra prueba de la capacidad transformativa del jazz, en su grabación “The One”, Marín convierte el clásico tema salsero “Las caras lindas” –compuesto por Curet Alonso e interpretado por el Sonero Mayor, Ismael Rivera- en una hermosa y sofisticada balada.
“Como el jazz es un tipo de música muy individualista, uno tiene la facultad de grabarla como sea y como quiera”, ha manifestado el músico.
Aparte de sus responsabilidades como educador (pues sigue siendo profesor en el Conservatorio de Música) y como líder de su propio grupo, Marín ha prestado su arte pianístico a numerosos artistas de primera categoría en una variedad de géneros. Estos incluyen, entre otros, a Juan Luis Guerra, Cheo Feliciano, Tito Puente, Gilberto Santa Rosa, Rita Moreno, Giovanni Hidalgo, Luis “Perico” Ortiz, Tito Nieves, Tony Vega y Michael Stuart. En el 1999 participó en un histórico concierto a tres pianos, junto a Gonzalo Rubalcaba y Eddie Palmieri.
Respetado y admirado tanto por los amantes de la buena música como por sus propios colegas, Luis Marín posee una brillante trayectoria que elogio que se le ha otorgado.
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