Plácido Acevedo

Compositor, Trompetista y Director



Fecha de nacimiento
13 de junio de 1904


Lugar de nacimiento
Aguadilla, Puerto Rico


Fallecimiento
27 de febrero de 1974

Una de las figuras más importantes de la música popular en la década de 1940, Plácido Acevedo Sosa nació en el pueblo de Aguadilla. No obstante, pasó la mayor parte de su infancia en el pueblo de Barceloneta, municipio que pronto se convirtió en su nuevo hogar.

Su padre, Don Plácido Acevedo Sapia, fue maestro de música, pianista y director de bandas. Gracias a él, el pequeño Acevedo se interesó por el mundo musical. Sin embargo, nunca lo manifestó a su progenitor pues éste pensaba que si se dedicaba a la música se moriría de hambre.

A pesar de ese pequeño obstáculo, Plácido tomó la decisión de aprender a tocar la trompeta a escondidas. Mucho después comenzó a tocar profesionalmente en bandas musicales, incluyendo a las que se dedicaban a presentarse en los circos. Igualmente llegó a ser parte de las orquestas que se dedicaban a musicalizar las películas silentes.

A mediados de la década de 1920, partió a la ciudad de Nueva York en busca de nuevos retos. En la Gran Urbe conoció a Manuel "Canario" Jiménez, músico con el que trabajaría en Los Reyes de la Plena. Con "Canario" regresó a Puerto Rico en 1931, justo cuando comenzaban los estragos de la debacle económica ocasionada por la caída de la bolsa de valores de Nueva York.

Poco después regresó nuevamente a la Gran Ciudad. En esa ocasión se integró al famoso cuarteto del músico cubano Antonio Machín. En el grupo también compartió con Daniel Sánchez y Alejandro Rodríguez, ambos también oriundos de Cuba. Posteriormente conoció al compatriota Cándido Vincenti, quien suplantó a Alejandro Rodríguez.

Acevedo ingresó al Cuarteto Machín como sustituto del trompetista Mario Bauzá. Durante el tiempo que Plácido laboró para el Cuarteto, el músico estuvo en contacto con las expresiones musicales cubanas de las que pronto se enamoró. De la misma forma quedó encantado con la Región Mayarí que ubica en la provincia de Oriente de Cuba.

Junto a la mencionada agrupación, Acevedo participó en varias producciones discográficas. De una de ellas popularizó, en muchos países de habla hispana, la canción "El manicero" de Moisés Simón.

En 1937 Acevedo regresó a Puerto Rico luego de trabajar por varios años junto al Cuarteto de Machín, quienes en ese momento se disponían a promover su arte en Europa. En su País, Plácido retomó su antiguo trabajo como músico en las bandas de circo de los Hermanos Monge. Más tarde se hizo miembro del trío Los Ruiseñores Criollos, agrupación, que con su llegada, se convierte en cuarteto.

Dicho conjunto estuvo compuesto originalmente por Félix Rodríguez "Corozo" como primera voz, Paquito Sánchez en la primera guitarra, Manuel Jiménez en segunda voz y segunda guitarra y Plácido Acevedo quien fungió como el trompetista del grupo.

Con la experiencia del trompetista y su talento para la composición, Los Ruiseñores Criollos lograron atravesar por una nueva e importante etapa en su trayectoria profesional. Esta dio comienzo cuando popularizaron el tema "Mayarí", número que se convirtió en todo un éxito gracias a la aceptación del público.

La aceptación del tema fue increíble. Tanto, que los integrantes del cuarteto decidieron cambiar el nombre del mismo a Plácido Acevedo y su Cuarteto Mayarí. Eso fue para el año 1938 y desde ese momento, además de ser el trompetista, también fungió como uno de los compositores del conjunto.

Como Cuarteto Mayarí, participaron de proyectos en la radio, clubes nocturnos, teatros y circos. El reclamo del público no hizo esperar. Pronto se convirtieron en uno de los grupos más escuchados en la radio puertorriqueña.

La agrupación comenzó a grabar a partir de 1941. Desde esa fecha lanzaron los discos "Borinquen tierra de flores", "Anamú", "Pipí Gongolí" y "Dorotea la parrandera". Meses después, Manuel Jiménez se va del grupo y pasa a ocupar su puesto Claudio Ferrer, quien era segunda voz del Cuarteto Marcano.

Al integrarse Ferrer, ingresaron nuevamente al estudio de grabación donde produjeron "Mi despedida", "Yo soy del llano", "La carta perdida" y "Déjame en paz". Estas producciones incrementaron la popularidad del conjunto e hicieron del mismo uno de los más cotizados de Puerto Rico.

Una de los factores que contribuyeron al éxito de la agrupación, fue el talento para la composición de Plácido Acevedo. Sus 200 canciones grabadas son un testimonio elocuente de sus dotes como letrista.

En sus temas, a los que impregnó de humor y cierta nostalgia, le cantó al amor y a la naturaleza. Algunos de los títulos de sus canciones más populares son "Un imposible amor", "Cabellera blanca", "Boda gris", "Añoranzas y quimeras", "Mariposa nocturna", "El flamboyán", "La vida es así", "Un pobre bardo", "Gitana", "Palomita viajera", "Dulce veneno", "Por seguir tus huellas", "Santuario sagrado", "Cantando", "Borinquen tierra de flores", "Maldito bolero", "No llores más", "Pretenciosa", "Risa loca", "Reflejos de Luna" y "Mariposa nocturna".

La calidad de los interpretes fue otro incentivo para el Cuarteto Mayarí. Entre los cantantes que desfilaron por la agrupación, durante sus 40 años de existencia, fueron Claudio Ferrer, Félix Rodríguez, Chiquitín García, Perín Vázquez, Tito Henríquez, Payo Flores y Rafael Hernández Fanta.

La influencia del grupo traspasó fronteras. Bajo la dirección de Acevedo, el cuarteto Mayarí se escuchó en América Central, América del Sur y el Caribe. Los logros y la importancia del conjunto fueron coronados cuando fueron contratados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña.

Plácido Acevedo culminó honrosamente sus labores como director, compositor y trompetista cuando murió el 27 de febrero de 1974.

Datos provistos por Itzaida Acevedo (hija), Doña Filomena viuda de Acevedo, Ángel Fonfrías y los archivos de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.


Autor
Enrique Feliciano Díaz para la Fundación Nacional para la Cultura Popular
Nota
Esta biografía forma parte de los archivos de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. En nuestro interés por difundir el conocimiento sobre nuestras grandes figuras, la misma puede ser citada como base de investigación de estudios o como asignación de fines pedagógicos, siempre y cuando se le dé crédito a la Fundación y a su autor, si el mismo ha sido indicado. Todos los derechos están reservados. No se autoriza la reproducción de la misma en medio impreso, técnico o de difusión masiva alguno, con o sin fines comerciales, sin la previa solicitud por escrito a la Fundación y su consecuente aprobación.



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