Fecha de nacimiento
21 de marzo de 1944
Lugar de nacimiento
Ponce, Puerto Rico
Fallecimiento
3 de marzo de 2004 en el trayecto aéreo de México a Nueva York
Fundador y más representativa figura del movimiento literario “Nuyorrican” surgido durante el segundo lustro de la década de 1960, Pedro Pietri siempre sera recordado no solo como el máximo exponente de la poesía puertorriqueña escrita en “spanglish”, sino también como una voz de rebeldía ante la injusticia social que, tradicionalmente, han padecido las minorías étnicas en Estados Unidos. Muy especialmente, los inmigrantes de su origen.
Considerado único en su estilo, este irrepetible poeta apenas contaba tres años cuando sus progenitores lo llevaron a vivir al Barrio Latino de Nueva York, donde transcurriría el resto de su vida. A los cinco, quedó huérfano de padre, pues éste murió de pulmonía ocasionada por el frío. Por consecuencia, desde su temprana adolescencia se vio forzado a colaborar con el sustento familiar desempeñando diversas tareas: mensajero, empleado de colmado, mozo de limpieza, etc.
Luego de concluir sus grados académicos regulares en la Haaren High School, en Harlem, Pedro Pietri encontró empleo en la Biblioteca William Butler Yeats, de la Universidad de Columbia. Allí descubrió las obras de Pablo Neruda y Langston Hughes, que serían influencias determinantes en su estilo. En 1961 escribió sus primeros versos. En 1966 fue reclamado por el ejército norteamericano. Al concluir su entrenamiento básico, fue enviado a la guerra no declarada de Vietnam. Resultó herido en combate en el año terrible de 1968. Su recuperación en un hospital de aquel lejano país asiático fue prolongada. Tras su licenciamiento y retorno a Nueva York cobró mayor conciencia de que la nación por la que había arriesgado su vida estaba convulsionada por demasiados problemas sociales. Sobre todo, porque el discrimen radial contra negros e hispanos había alcanzado un nivel intolerable.
Esta dura experiencia le inspiró el que sería su poemario más exitoso: “Puerto Rican Obituary”, habiendo presentado oficialmente esta obra con un recital ofrecido en la Iglesia Metodista Hispana, del Barrio Latino. Aquel mismo año, junto a Miguel Algarín, fundó el que sería famoso Nuyorican Poets Café, situado al Oeste de la Calle 3 Núm. 236, entre las Avenidas B y C, en Manhattan. Este recinto se convirtió en su principal medio para exponer su poesía rebelde, de denuncia y cargada del lenguaje característico de los boricuas forjados en las calles neoyorquinas.
A partir de entonces, su legado poético abarcaría los siguientes títulos: “Invisible Poetry” (1979); “Traffic Violations” (1983); “Scarafaggi Metropolitani e Altre Poesie”, en Milán, Italia (1993); “Get Out of Vieques” (1996) y “Out of Order” (2001). En prosa, publicó “Lost in the Museum of Natural History ” (1981).
A la dramaturgia aportó las siguientes obras: “Living Room” (1981) y “Lewlulu” (1982) – estrenadas en Broadway bajo la dirección de José Ferrer –, “Go Straight to Hell”, “No More Bingo at the Wake”, “Getting the Message Across”, “Happy Birthday” y “Masses Are Asses”, también editado en español como “Las masas son crasas” (1984). Todas se recopilaron en el volumen “Illusions of a Revolving Door” (1992).
En 1988 encabezó la Primera Conferencia de Poetas y Escritores Puertorriqueños qu se celebró en el City College. Aquel evento convocó a los más emblemáticos literatos de la diáspora boricua, cuyas obras persiguen el fin de crear conciencia en torno a la opresión social y política a que sus congéneres están sujetos dentro del sistema de vida estadounidense. Nuestro biografiado dejó inéditos tres trabajos: “The Puerto Rican Embassy Manifesto”, “Nuyoricans Out of Focus” y “What Goes Up Must Come Down”.
Otras obras suyas aparecen en las antologías “The United States of Poetry” e “Inventing a Word: An Anthology of 20th Century Puerto Rican Poetry”, de Julio Marzán (1980); “The Latino Reader”, de Harold Augenbraum y Margarita Fernández Olmos (1997); “The Outlaw Bible of American Poetry”, de Alan Kaufman (2000) y “The Prentice Hall Anthology of Latino Literatura”, de Eduardo Del Río (2002).
Pedro Pietri, descrito como un personaje pintoresco, de carácter jocoso – aunque muy inclinado al sarcasmo y la ironía –, fervoroso defensor de la puertorriqueñidad y quien siempre vestía de riguroso color negro, padeció de una severa afección en el sistema circulatorio y de glaucoma, calamidades provocadas por su exposición al “agente naranja”, sustancia química con aplicaciones militares que se utilizó durante la guerra no declarada de Vietnam, en la que participó durante el período 1966-1968. Además, a principios de 2004 fue sometido a una intervención quirúrgica en la que se le extirpó un tumor canceroso en el estómago.
Ya en su etapa terminal y luego de seis semanas recluido en el Hospital Oasis de Esperanza, en Tijuana, México, quiso viajar a Nueva York para pasar sus últimos días junto a su compañera sentimental, Margarita Deida, sus hijas Diana y Eva – frutos de un matrimonio anterior –, sus dos hermanos, otros familiares y sus amigos más allegados. Tal deseo no se le cumplió. Falleció a bordo del avión-ambulancia en que viajaba a la Gran Urbe durante la madrugada del 3 de marzo. Sus restos fueron velados el domingo 7 en la Iglesia Metodista Hispana, precisamente donde leyó por primera vez los poemas de su libro “Obituario puertorriqueño”. Fue sepultado en un Cementerio de Bronx. Esa misma noche se celebró un acto de recordación a su figura y su obra en el Nuyorican Poets Café.
rev 10-jul-06
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