Fecha de nacimiento
26 de febrero de 1967
Lugar de nacimiento
San Juan, Puerto Rico

Norberto Barreto Moya es uno de los más talentosos y creativos escenógrafos en la historia del teatro en Puerto Rico. Influenciado por el surrealismo, Barreto, a quien le gusta el reto, odia “el set limpio, frío, tipo vitrina de decoración”, pues le hace pensar que no vive nadie, que no tiene humanidad.
Nació en el hospital Ashford del Condado, el 26 de febrero de 1967. Estudió en el colegio La Piedad de Isla Verde, y fue allí, de la mano del maestro de arte, Wilfred Labiosa, que comenzó a pintar telones para los recitales del colegio. En 1979 ingresó a la Escuela de Artes Visuales Lucchetti, donde se preparó como artista. Completó estudios universitarios en el Departamento de Telecomunicaciones de la Universidad Sagrado Corazón.
En 1988, el dramaturgo, director y empresario argentino, radicado en Puerto Rico, Carlos Ferrari, lo contrató para pintar unos telones para la reposición de “Puerto Rico Fuá”, en Nuestro Teatro. Con este grupo, el joven lleno de sueños se mantuvo varios años, como asistente de escenografía y en la taquilla. Eran los tiempos donde las revistas de farándula y la prensa cubrían los eventos teatrales con bombos y platillos.
En 1989, Norberto trabajó como asistente de escenografía en una producción que cambió su vida, “El empresario” de Mozart, dirigido por Carlos Ferrari para Opera de Cámara, Inc. El diseñador de luces y escenografía de ese montaje fue el prestigioso artista libanés Maroun Azuri. El joven Barreto lo tomó como mentor. Bajo su tutela, en Nueva York, visitó talleres donde se realizan telones y escenografías para obras de Broadway.
En 1990 le comisionaron su primer diseño de escenografía: “Yo me quiero divorciar”, escrita y dirigida por Carlos Ferrari, para Nuestro Teatro. Cuando en 1993, Nuestro Teatro se disolvió y Damaris Rodríguez tomó las riendas de Nuestro Nuevo Teatro, Barreto Moya se mantuvo en ese grupo hasta 1995, año en que se graduó de la Universidad. Para esa época, cayó en sus manos una oportunidad que consideró invaluable: el diseño de escenografía de “Calígula” de Albert Camus, dirigida y producida por Vicente Castro.
Después de “Calígula”, Norberto fue a Nueva York a tomar unos seminarios, y mientras esperaba el momento para partir, el dramaturgo y director cubano, radicado en Puerto Rico, Joset Expósito, le comisionó una escenografía para una obra de su propia autoría: “Una vez un hombre”. Esta obra, con el tema del SIDA, se presentó en Venezuela. En un receso de los seminarios de Nueva York, Barreto viajó a Venezuela a supervisar el montaje. En Caracas, asistió a una galería de arte donde se exhibían obras del artista puertorriqueño Jaime Suárez. Ver a un artista puertorriqueño lograr el éxito en otro país, inspiró al joven, quien, años después, recibiría varios premios diseñados por Suárez.
A su regreso a Puerto Rico, su primera encomienda fue el diseño de escenografía de “Da Vinci, la última cena”, del dramaturgo puertorriqueño José Orbi, dirigida por Axel Anderson para Contraparte, Inc. Después, llegó “Picos Pardos” de Gabriel García Mourinos, producida por Contraparte, y por ese trabajo fue nominado al premio de Mejor Diseño de Escenografía por el Círculo de Críticos Puertorriqueños.
Además de diseñar escenografías, Norberto tiene experiencia en fílmicos, pinta cuadros, decora eventos sociales y es escultor. Para el momento de “Picos Pardos”, el joven trabajó como asistente de fotógrafo de Willie Sepúlveda y como decorador para distintas casas decoradoras de eventos.
En 1999, Rafael Rojas, le comisionó el diseño de escenografía de “La última tentación de Cristo”, adaptación para teatro de la novela de Nikos Kazantzakis. Esta fue la bienvenida del nuevo escenógrafo a la compañía de teatro Coribantes. Con este grupo, no solo diseñó y realizó escenografías, también hizo vestuario, utilería y conceptos de presentación. Hasta trabajó como actor en varias propuestas.
El diseño de “La última tentación de Cristo” obtuvo el premio del Círculo de Críticos Puertorriqueños. Con esa producción, viajaron al Festival de Oporto, Portugal, y luego, a Italia. Sin embargo, el trabajo que dio a conocer a Barreto Moya como un escenógrafo excepcional fue “El alquimista” adaptación a teatro de la novela de Paolo Coelho, por Carlos Vega. En 2004, “El Alquimista” se presentó en Rusia.
Mientras hacía “El alquimista”, Barreto incorporó su compañía productora, Troya, Inc., y le comisionó un libreto al dramaturgo Carlos Vega llamado “Canvas”. La producción ganó premios del Círculo de Críticos por escenografía y texto, a la misma vez que “El Alquimista” arrasaba en la misma premiación. 2005 le otorgó al ya reconocido escenógrafo dos premios por dos diseños. Producir teatro le dio a Norberto satisfacciones y conflictos, así que decidió hacer una pausa.
En 2006, surgió, en el teatro Coribantes, el Festival del Tercer Amor, dedicado a temas GLBTQ. Barreto Moya se convirtió en el primer artista plástico en exponer obras en ese festival. La exposición se tituló Titer-Us.
En el Festival del Tercer Amor, Norberto realizó escenografías para varios productores. Fue premiado por los diseños de “Ipakancure” de César Vega Herrera, “En boca cerrada” de Juan Carlos Badillo, “La jaula de las locas” de Jean Poiret, “Cuatro vidas cuatro historias” de Carlos Vega, “Visitando al Sr. Green” de Jeff Baron, y “Contradanza” de Francisco Ors. Además del Festival del Tercer Amor, realizó para Coribantes las escenografías de “Calígula” de Camus y “Eqqus” de Peter Shaffer.
En 2010, Norberto Barreto Moya comenzó a trabajar con Producciones Raúl Mendez, Inc. La primera obra, “Lo que me jode de ti”, del dramaturgo argentino Norberto Vieira, fue dirigida por Alina Marrero. Con ese equipo, diseñó y realizó las escenografías de “Espermatozoide para tres” de Juan Carlos Rubio, “Tortita de manteca” de Martin Marcou, “Un dios salvaje” de Yasmina Reza, “Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve” de Daniela Di Segni, “El principito” de, “El joven Barbosa” de Alina Marrero, y “El idiota” de Jean Poiret, entre otras. En 2011, obtuvo el Premio Alejandro Tapia y Rivera por el diseño de “Espermatozoides para tres”.
A la misma vez que hizo “El joven Barbosa”, diseñó para COOPAR, la escenografía de “Hombres necios” del dramaturgo mexicano Guillermo Schmidhuber, dirigida por Alina Marrero.
Mientras trabajaba para Raúl Méndez, también trabajó con el productor Raymond Gerena. Con Gerena, celebró sus 20 años como escenógrafo y su diseño número 100: “Así son las mujeres” versión libre de Raymod Gerena de “Entre Mujeres” de Santiago Moncada.
También, realizó trabajos para Tantai, Inc. Entre los mismos, uno de los más exitosos: “Construyendo a Verónica”, experimento teatral de varios autores españoles.
En 2015, Norberto Barreto Moya celebró sus 25 años como diseñador de escenografía con la misma obra con la cual empezó, el 11 de octubre de 1990: “Yo me quiero divorciar” de Carlos Ferrari, esta vez, producida por la unión Tamima, Inc. y Producciones Raúl Méndez, Inc. Ese año, también realizó el diseño de escenografía de “Histeria” de Terry Johnson, para Tantai, Inc.
En 2016, diseñó “El party de Mary” de Héctor Méndez, dirigida por el propio autor; “Deseos imposibles” de Diego Casado Rubio, dirigida por Alina Marrero; y “No te vistas que no vas” de Mario Camoletti dirigida por Gil René.
En 2017, diseñó y realizó la escenografía de “Pulse”, libreto de Rafael Rojas y Héctor Méndez. En 2008 diseñó, entre otras, “La casa de los espíritus”, adaptación de la novela de Isabel Allende por Jorge Santiago, dirigida por Orlando Rodríguez.
Norberto Barreto Moya, amante de la imagen, admirador de colegas como Maroun Azouri, Julio Biaggi, Felix Vega, Astrid López, Yaidee de la Torre, y José Manuel Díaz, al presente, escribe un libro de anécdotas como escenógrafo, trabaja tres textos “sacados del baúl”, y pinta para dos exposiciones.
Alina Marrero
Fundación Nacional para la Cultura Popular
Foto Willie Sepúlveda
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