Fecha de nacimiento
31 de octubre de 1906
Lugar de nacimiento
Aguadilla, Puerto Rico
Fallecimiento
4 de septiembre de 2004 en Río Piedras, Puerto Rico

Además de su invaluable legado como miembro de una de las dinastías de músicos puertorriqueños más importantes de la historia; pianista del mundialmente aclamado Quinteto Hermanos Figueroa; pilar de la Orquesta Sinfónica y profesor del Conservatorio desde su apertura hace 44 años, a Narciso Figueroa Sanabia se le atribuye haber actualizado nuestra danza nacional que, todavía al iniciarse segunda mitad del Siglo 20, permanecía “estacionada” en el ya lejano 19.
Como todos los miembros de su familia directa – excepto sus célebres primos hermanos Noro e Ismael “Izzy” Morales, quienes se inmortalizaron en la música popular – este venerable virtuoso, fallecido en Río Piedras el sábado 4 de septiembre, faltándole apenas dos meses para festejar su cumpleaños número 98, cultivó el género clásico. Sin embargo, también creó un extenso repertorio de música ligera. A la danza, por ejemplo, aportó más de 60 selecciones, 22 de las cuales fueron galardonadas en certámenes auspiciados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), a partir de la titulada “Ensueño”, en 1956. Al rejuvenecer su estructura tradicional e impartirle matices de concierto, la crítica en pleno lo calificó como «El Padre de la Danza Moderna». Piezas como “Añoranzas”, “Danza negra para piano y voz”, “Me voy pa’ Niu Yol”, “Recuerdos” e “Ilusión” resaltan entre las más difundidas. Igualmente compuso melodías navideñas enmarcadas en la denominada canción de arte. Por ejemplo: Aguinaldo jíbaro”, “Camino de Belén”, “El árbol de Navidad”, “El pobre zapatito”, “Nochebuena” y “Soy un pobre jibarito”.
Narciso Figueroa había nacido en Aguadilla, el 31 de octubre de 1906, siendo el segundo de los ocho hijos procreados por los patriarcas de la dinastía, Jesús Figueroa Iriarte y Carmen Sanabia, ambos legendarios concertistas y profesores de música. A la edad de siete años inició el aprendizaje del piano bajo la tutela paterna. Y, al igual que sucedió con el resto de la prole, prosiguió su adiestramiento en el Real Conservatorio de Madrid primero y en la Escole Normale de Musique, en París, después. En esta última institución fue discípulo del célebre Alfred Cortot. Reseñar la estela de triunfos que cosechó en salas de conciertos europeas durante aquella etapa, podría llenar un extenso volumen. No obstante, su época más gloriosa y recordada por sus compatriotas la vivió a partir de 1940, cuando integró el extraordinario Quintero Hermanos Figueroa, considerado el mejor conjunto de música de cámara que ha existido en nuestro País. Lo completaron José «Pepito» (primer violín); Jaime «Kachiro» (segundo violín); Guillermo (viola) y Rafael (violoncello).
Aunque, ocasionalmente, alguna de las tres hermanas, Leonor (1908-1945); Carmelina (1911-1994) y Angelina (n. en 1911) ocupaba la silla de Narciso, éstas se consagraron a la enseñanza. Un dato feliz es el hecho de, excepto el caso de Leonor, todos los hermanos, así como sus progenitores, alcanzaron edades muy avanzadas. Pepito, nacido en San Sebastián del Pepino el 25 de marzo de 1905, falleció el 9 de noviembre de 1998 a los 93 años. El menor, Guillermo, murió el 4 de agosto de 2001, a los 85. Kachiro nació en 1910. Rafael, en 1914, lo cual significa que cuenta 90 años. Los hijos de éstos también son concertistas de alto nivel. Incluso, Guillermo Jr. es el actual director titular de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.
El virtuosismo como solista de Narciso Figueroa puede apreciarse en dos producciones discográficas que son muy atesoradas por los coleccionistas: “Cantos de Puerto Rico” (Mar-Vela, MVLP-74) y “Canciones de arte” (ICP, C-20). La destacada novelista cubano-boricua Mayra Montero recrea la fructífera existencia de este insigne maestro en su obra “Vana ilusión”.
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