Fecha de nacimiento
31 de agosto de 1904
Lugar de nacimiento
Ponce, Puerto Rico
Fallecimiento
12 de agosto de 1972 en Santurce, Puerto Rico
Son muchísimos los críticos y apasionados del arte del pentagrama que reconocen a Moncho Usera como el mejor orquestador (o arreglista) que tuvo la canción popular en Puerto Rico durante el Siglo 20. De formación jazzística, este gran músico cimentó su prestigio en dicha faceta en Nueva York, desempeñado tal labor para estelares orquestas, a varias de las cuales perteneció ejecutando el saxofón tenor y el clarinete. No obstante, sus trabajos más admirados siempre serían los arreglos que realizó para el Cuarteto Flores a partir de 1938. Sobre todo, los que marcaron el debut discográfico de Daniel Santos acompañado por dicha formación, así como los que este venerado cantante realizó como solista bajo el amparo de la RCA Victor.
Su nombre completo era Ramón Usera Vives. Nació en Ponce, el 31 de agosto de 1904, lo cual significa que, durante estas fechas, se conmemora su centenario. Era hijo de Hipólito Usera Curet y Rosa Cándida Vives. Tuvo dos hermanos mayores: por la línea maternal, Horacio Álvarez y el primogénito de sus progenitores, Hipólito. Éste también fue un notable instrumentista que, incluso, llegó a dirigir la Banda Municipal de Ponce. Precisamente en la academia de esta institución fue inició sus estudios musicales a la temprana edad de nueve años, habiendo recibido las enseñanzas de Tomás Clavell Rodríguez y Julio Alvarado Tricoche, entre otros maestros. Cuando contaba quince, ya se le consideraba un diestro ejecutante del piano, la flauta, el clarinete y el saxofón. En 1925 marchó a París para ampliar sus ya vastos conocimientos en la Escole Normale de Musique.
Mientras radicaba en la capital francesa, formó parte de la Blackbirds Orchestra de Lew Leslie, con la que viajó a varias naciones europeas en1928 e, incluso, grabó. Luego de concluir sus estudios musicales, se estableció en Nueva York, en 1929. Pronto encontró acomodo en la banda del cantante y violinista Noble Sissie. Luego (1933) se sumó a la nómina de la batuteada por el trompetista Arthur Briggs. Con esta organización volvió a París para presentarse en el Ambassadeur Club y, seguidamente, viajó a Inglaterra para actuar en el London Jazz Club (1934).
Durante el período 1934-1943, Moncho Usera trabajó casi exclusivamente con orquestas y pequeñas agrupaciones exponentes de los ritmos latinoamericanos. Por lo general, de manera intermitente (entiéndase, que sus pasantías eran breves, pero repetidas). Con las dirigidas por Enrique Madriguera, Desi Arnaz y Eliseo Grenet, por ejemplo, participó en grabaciones y en giras por Estados Unidos, Sudamérica y Europa.
Como sesionista y arreglista, también colaboró con las encabezadas por Vincent López, Don Maya, José Morand, Alfredo Méndez, Bobby Quintón y Carlos Molina. Pero, como apuntamos al principio, tuvo mayor destaque con las distintas formaciones de Pedro Flores, en las que ejecutaba el clarinete. Valga señalarse que, en realidad, el “Cuarteto Flores” – a veces identificado como “Sexteto” – era una pequeña orquesta que, en determinados momentos, llegó a contra con más de diez instrumentistas. Aunque llegó a hacer algunas presentaciones personales, el grueso de su actividad artística la desarrollaba en los estudios de grabación. Además de acompañar a Daniel Santos (Decca, 1934-1941 y RCA Victor, 1941-1943), hizo lo propio con Johnny López, Diosa Costello, Doroteo Santiago, Polito Galíndez y otros vocalistas que se harían célebres.
En 1943 organizó su primera orquesta, frente a la que recorrió los más exclusivos salones de la plaza neoyorquina: La Conga Club, Mocambo Club, Tico-Tico Club, Tropicana Club, el RKO Theater, el Palisades Amusement Park, etc. A partir de 1948 agotó frecuentes temporadas en Chicago, Miami, Norfolk (Virginia) y Los Ángeles. En 1951 disolvió esta banda y se incorporó a la de Xavier Cugat para realizar una gira latinoamericana que, durante varios meses, abarcó México, Panamá, Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela.
Cumplido aquel compromiso, Moncho Usera regresó a su patria. Rápido fundó otra orquesta que, hasta el final de sus días, se identificaría con su nombre. Al poco tiempo, esta organización fue contratada para actuar permanentemente en el Escambrón Beach Club, alternando con Leocadio Vizcarrondo y su Septeto Puerto Rico. Después su orquesta fue la de planta del Fiesta Room del Hotel Condado (1952-1953); el Club Caribe del Caribe Hilton (1953-1955); Salón de Oro del Hotel Flamboyán (1959); reemplazó a la de Noro Morales en el cabaret del Hotel La Concha (1964-1968); ocupó el escenario del Salón Jacarandas del Monte Casino en Bayamón (1969-1970) y retornó al Hotel La Concha. En el interín, viajó a Nueva York para acompañar a los artistas de un espectáculo encabezado por Felipe Rodríguez «La Voz» y su Trío los Antares en el Teatro Puerto Rico de Nueva York (nov. 17-23) y de otro presentado en la Base Militar de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba (1955) y en 1956 actuó en las festividades del Carnaval de Maracaibo, Venezuela (1956). Entre las muchas otras experiencias de gran relevancia que le tocó vivir, en enero de 1968 fue el director seleccionado para acompañar al aclamado cantante español Raphael durante la primera serie de conciertos que éste ofreciera en nuestro país.
Aunque Ángel «Jelly» Santiago, Alejandro Pizarro, Salvador Rodríguez y Sammy Vélez fueron los vocalistas que más se identificaron con ella, otros que luego disfrutarían de gran popularidad también figuraron en su plantilla. Específicamente, Nilda Terrace, Willie Padín, Harry Figueroa, Evelyn Suoffront y, sobre todo, Carmita Jiménez, a quien también acompañó en sus primeras grabaciones como solista. De hecho, el álbum que marcó el lanzamiento estelar de esta gran bolerista y baladista, titulado con su nombre (Ansonia, SALP-1284), editado en 1959, contiene tres de las composiciones más difundidas de nuestro biografiado: los boleros “Di que es así”, “Tal es la vida” y “Tierra rica”.
Desde su retorno a Puerto Rico al iniciarse la segunda mitad del pasado siglo, Moncho Usera desarrolló una intensa discografía como acompañante y productor musical, especialmente para los artistas afiliados a los sellos Mar-Vela, Fragoso y Borinquen. Además, aportó las canciones y la música ambiental a dos sainetes de Ramón Ortiz Del Rivero «Diplo» y José Luis Torregrosa: “A mí me matan, pero yo gozo” y “El genio lo supple todo” (1954); musicalizó cortometrajes producidos por la División de Educación a la Comunidad (DIVEDCO) y creó las bandas sonoras de las películas “El niño que enloqueció de amor” (1957); “Maruja” (1958); “El otro camino” (1960); “El gallo pelón” (1961); “Más allá del Capitolio” (1961); “El derecho de comer” (1968), etc.
En calidad de director musical, nuestro biografiado fue pionero de la televisión nacional. Porque, a raíz de la inauguración de WAPA-TV / Canal 4, fue uno de los dos contratados para desempeñar dicha función en los programas de variedades de esta empresa. El otro fue el insigne maestro panameño Avelino Muñoz. Desde entonces, dirigió la orquesta oficial y creó los temas rúbricas – o sea, de presentación – y la música ambiental de espacios como “Show de shows / Casino Tropical”, “El show de Skippy”, “El show de Bobby Capó”, “Telefiesta de la tarde” (1956-1963) y, finalmente, “De fiesta con Velda” (1968-1972); “Viernes de gala” y la segunda etapa de “El show de Pumarejo” (1969-1972).
Respecto a su legado autoral, es preciso recalcar que supera el centenar de selecciones de intenso matiz romántico y antillano, sobresaliendo entre ellas los boleros “Mentirosa”, estrenado por Daniel Santos (RCA Victor, 1941) y grabado, entre otros intérpretes más, por José Enrique Girona (Mardi, 1954); Tony Rodríguez y Los Tres Corazones (BMC, 1966); “A la vuelta”, “Cita en la noche”, “Divagando”, “Dulce tristeza”, “En cada instante”, “Esos besos tuyos”, “Hilarión”, “Llegó el momento”, “Mala”, “Más, más y más”, “No debes saber”, “No puede ser”, “Señor, Señor” y “Yerba mala”, que figuraron en los repertorios de Bobby Capó, Joe Valle, José Antonio Salamán, Billo’s Caracas Boys y otros estelares artistas, tanto nacionales como de otros orígenes latinoamericanos. Durante los ’50 y ’60, también alcanzaron notable diffusion sus guarachas “Guampampiro” y “Boga, boga” y su seis villarán “A los Santos Reyes”. Una de las figuras que más se identificó con su música, Carmita Jiménez, le dio a conocer otro bolero, “Requiem a un amor” (Borinquen, 1971). Por su parte, el cuarteto Los Hispanos registró una magistral versión de “Tal es la vida” (TWR, 1986).
Su inquieto espíritu creativo lo impulsó a introducir el folklore nacional al género clásico. Y, en abril de 1966, con el coreógrafo Richard Maurice Rivera, estrenó el ballet “Sinfonía puertorriqueña” en el Teatro Tapia.
Una de las producciones discográficas de su orquesta más atesoradas por los coleccionistas en la titulada “El corazón musical de Puerto Rico” (1959). Esta contiene la versión original de su bolero “Tierra rica” en voz de Alejandro Pizarro.
Víctima de cáncer, el maestro Ramón Usera Vives falleció en el Hospital Presbiteriano, en Santurce, el 12 de agosto de 1972. En 1939 se había casado con Carmen Tarrats. Frutos de esta unión son Raymond y Betsy. A mediados de la década de 1940 contrajo nuevas nupcias, siendo Sara Busigó Rivera su segunda esposa. El 28 de agosto de 1955 se casó por tercera vez. Su compueblana Irma Toro Osuna fue su compañera definitiva. Sus restos reposan en el Cementerio La Piedad de su natal Ponce.
revisión 2/dic/2010
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