Fecha de nacimiento
18 de agosto de 1928
Lugar de nacimiento
Río Piedras, Puerto Rico
Fallecimiento
9 de octubre de 2012 en Carolina, Puerto Rico

Quien haya tenido la oportunidad de asistir a un recital del guitarrista puertorriqueño Federico Cordero, sabe por qué los críticos especializados de casi todo el mundo coincidieron en afirmar su innegable maestría. Ésta, en unión a su carácter franco y directo, hizo de Cordero un personaje de importancia dentro del mundo de la música de cuerdas.
Federico Arturo Cordero Salguero nació en Río Piedras el 18 de agosto de 1928. Allí, a los tres años se inició en el ámbito de los deportes al aprender boxeo bajo la tutela de su padre. Simultáneamente con su madre, Doña Cruz Salguero, aprendió a leer y a escribir, además de recibir sus primeras lecciones en el arte de la música.
Posteriormente se mudó junto a su familia al pueblo de Carolina, municipio donde fue criado desde que cumplió los cinco años. En el sector que se conoció como El Ensanche, y que ahora se conoce como la calle Pedro Arzuaga, comenzó a practicar el atletismo. Al ingresar a la escuela se destacó entre los demás estudiantes por sus ventajas en la escritura y lectura, además de contar con experiencia previa en los deportes.
Tres años después su madre le regaló una guitarra, obsequio que lo impulsó a aprender a tocar el instrumento que sin sospecharlo se convertirÃa en uno de los motores de su vida. Su primer maestro fue el músico Ramón Rivera, quien en aquel momento era su vecino, y que en lo sucesivo Cordero destacó como una de sus principales influencias en la manera de abordar el instrumento. El amplio bagaje de don Ramón, quien formó parte de la orquesta de Carmelo Díaz Soler, le permitió a Cordero incursionar también con el requinto y el contrabajo.
Con el maestro Rivera, Federico estudió guitarra por tres años. Durante ese tiempo Federico intentó aprender a tocar otros instrumentos como el piano y el violín. Sin embargo la guitarra fue lo que cautivó su pasión hasta el final de sus dÃas.
En aquellos años Cordero comenzó a probar su talento participando en las serenatas que se hacían en el vecindario. De igual forma, acompañado por su padre, quien era chofer de transportación pública, deleitaba a los turistas que visitaban nuestras playas. Asimismo, en su hogar, acompañaba a su madre mientras ella se dedicaba a cantar.
A los 11 años, además de practicar con la guitarra, trabajó repartiendo el periódico regional El Batey mientras que también laboró con su padre cuando éste fue funcionario público durante la incumbencia del gobernador Luis Muñoz Marín.
Por otro lado su desempeño como estudiante continuó siendo sobresaliente. Al cumplir 16 años culminó sus estudios de escuela secundaria. A esa edad ingresó a la Universidad de Puerto Rico donde completó, en tres años, un Bachillerato en Ciencias Sociales con una concentración en Economía, además de haber tomado varios créditos en Derecho.
Durante sus años como estudiante universitario Federico Cordero alternó sus compromisos académicos con varias actividades extracurriculares. Una de ellas fue su debut profesional con el trío Los Romanceros, el cual estuvo compuesto por Julito y Felipe Rodríguez. Igualmente fue el guitarrista de grupos como Los Universitarios y El Ayer que Canta. También dirigió el grupo Los Colegiales y tocó la primera guitarra con el Cuarto Armónico de Tutti Umpierre.
Posteriormente, en 1949, se trasladó a la ciudad de Nueva York donde realizó estudios post graduados en EconomÃa en la Universidad de Columbia. Al completar su maestrÃa a principios de la década de 1950, regresó a Puerto Rico donde comenzó a trabajar como profesor de economía en el Departamento de Ciencias Sociales de la U.P.R. Allí, su trabajo como docente lo obligó a alejarse de la guitarra hasta que en 1956 fue contratado para acompañar al cantante chileno Lucho Gatica en sus conciertos.
Tiempo después el legislador Ernesto Ramos Antonini lo reclutó para trabajar en la Oficina de Servicios Legislativos en el Capitolio. Luego fue electo representante por acumulación, cargo que ocupó por varios años. Durante ese período fue presidente de la Comisión de Comercio e Industria y además estuvo a cargo de la Comisión Especial encargada de estudiar la posibilidad de implantar un sistema estatal de seguros para los automóviles.
A comienzo de la década de 1960 Federico regresó a la Universidad a terminar sus estudios en Derecho. En la Facultad de Leyes de la Universidad de Puerto Rico fue compañero de estudios de Víctor Pons, Salvador Casellas y Rafael Hernández Colón, hasta que terminó sus estudios de abogacía.
En 1962 dimitió de su cargo en la Legislatura y reanudó su carrera en la docencia al laborar como profesor de Derecho. Durante ese tiempo escribió sobre política para el periódico The San Juan Star y en 1966 abrió una oficina para brindar sus servicios profesionales como abogado y economista.
Dos años más tarde Cordero regresó a los escenarios pero esta vez en calidad de concertista. Su debut se llevó a cabo en el Museo de Arte de Ponce en donde los artistas plásticos Rafael Rivera García, John Balossi y Olga Dueñas, concretaron la inauguración de la exposición. En su primera presentación como solista realizó varios dúos en la guitarra con su hijo Federico Rafael.
En las postrimerías de la década de 1960 Leopoldo Santiago Lavandero, quien dirigía para ese tiempo la estación de televisión WIPR-TV, contrató a Cordero como productor del espacio "La guitarra y sus temas", una serie compuesta por 13 programas de media hora.
Luego de cumplir con sus labores como productor, el artista, movido por su amor al conocimiento y a la guitarra, partió hacia España para depurar su ya reconocida técnica. En la Madre Patria fue discípulo de Miguel Cano, el maestro de Paco de Lucía, y de Miguel Rubio, uno de los mejores alumnos de Andrés Segovia. Gracias a las inspiradoras lecciones de Rubio, Cordero se inició con éxito en la composición. Dentro de ese campo escribió en honor a su maestro la "Pavana jíbara" y la "Danza puertorriqueña", la primera danza que se hace para la guitarra. Igualmente don Federico Cordero fue discípulo de maestros de la talla del colombiano Jorge Rubiano, el virtuoso de Brasil Carlos Barbosa-Lima y del compositor uruguayo Guido Santorsola.
Como parte de un intercambio cultural el también abogado realizó su primer concierto fuera de Puerto Rico en la isla de Aruba en 1970. De regreso al País fue invitado por Augusto Rodríguez, entonces director del coro de la Universidad de Puerto Rico, para tocar en el "Concierto en Do Mayor para Guitarra y Orquesta de Arcos de John Baston". Dicho evento se llevó a cabo en el Teatro de la UPR donde Cordero actuó como solista con la Orquesta de Cámara del Instituto de Cultura.
A raíz de la buena acogida que tuvo el concierto, el chelista italiano Ennio Orazi y el violinista mexicano Roberto Álvarez le propusieron a Federico la creación de un quinteto que incluyera dentro de su composición a la guitarra junto a un cuarteto de arcos. El boricua aceptó y así fue como nació el Quinteto de Federico A. Cordero, formando parte de él, además de los mencionados anteriormente, el violinista Francisco Morlá y el violista Jaime Medina.
A partir de 1971 la labor de Cordero comenzó a cobrar notoriedad en el plano internacional. Un artículo publicado en la revista norteamericana Guitar Player calificó su desempeño en la guitarra como revolucionario. De la misma manera en Gran Bretaña la Guitar News, publicación oficial de la International Classic Guitar Association, lanzó su edición de julio-septiembre de 1971 con Federico Cordero en la portada, hecho que lo convirtió en el primer puertorriqueño que alcanzó tal distinción en aquel tiempo. En el mismo país Miguel Rubio estrenó en el Wigmore Hall de Londres la "Danza guitarresca" y la "Pavana jíbara". Poco después viajó a Suiza en donde llevó su magnífico talento a ciudades como Lugano, Berna y Lausanne, en presentaciones que cautivaron tanto al público como a los críticos.
Tales reconocimientos le brindaron el ánimo necesario para emprender, nuevamente, una serie de conferencias-recitales durante la década de 1970 en Puerto Rico. Las mismas contaron con el auspicio del Instituto de Cultura Puertorriqueña, varias universidades, el Departamento de Educación y el Museo de Arte de Ponce.
Tres años después fue invitado a la Casa Blanca. Allí formó parte de un gran concierto en el que acompañó a la pianista Vanessa Vasallo y al tenor Edgardo Gierbolini. En la celebración también se presentó con su Quinteto, cosechando con sus intervenciones fuertes aplausos del numeroso público que se congregó en el lugar.
Para el mismo año concibió la banda sonora de la película sobre la vida de Pedro Flores. La misma fue producida por la División de Educación de la Comunidad y fue galardonada en el Festival de Cine de Venecia.
A comienzos de 1975 el presidente del Comité de Guitarra de la American String Teachers Association y el profesor de la Escuela de Música del Baldwin-Wallace College de Ohio, el señor Loris O. Chobanian invitó al artista puertorriqueño, entre un grupo selecto de guitarristas, a colaborar con sus ideas y sugerencias para crear un sistema para enseñar a tocar la guitarra.
Un año después regresó a Europa. En el Viejo Mundo visitó a países como Alemania, Italia y España, en donde una vez más su ejemplar desempeño conquistó el favor de la prensa escrita al igual que el del público.
En el Festival de Nueva Música para Guitarra celebrado en Nueva Orleáns en 1977, con el respaldo de la American String Teachers Association, debutó con la Suite puertorriqueña , pieza original con la que cerró la actividad musical. Luego la presentó por primera vez en Puerto Rico en un concierto celebrado en La Fortaleza.
A finales de los 70 formó parte de la Junta de Directores del Festival Casals. Para la misma fecha interpretó el Concierto en Do Mayor para guitarra y arcos de Antonio Vivaldi.
Posteriormente, en mayo de 1978 salió publicado en la revista Soundboard, publicación de la Guitar Foundation of America, el artículo "Avoiding the Zip and Bump effects: A proposal" de Federico Cordero. Con el escrito, como muy bien indica el título, el experto guitarrista propuso una técnica para tratar de evitar los llamados chirreos, sonidos que generalmente se originan al presionar las cuerdas de la guitarra con los dedos de la mano izquierda.
Por otro lado, en 1980 Cordero incursiona al mundo de la radio como productor del programa "La guitarra y los guitarristas", que transmitió la emisora WIPR Radio. Dicha producción contribuyó al desarrollo del conocimiento de la guitarra en Puerto Rico e igualmente logró posicionar a Federico como al guitarrista boricua mejor conocido por su gente.
Un año después el consagrado artista le rindió homenaje a Mauro Giuliani en el bicentenario de su nacimiento. En la actividad participaron los guitarristas Pedro Helfeld, Félix Rodríguez, Eduardo Flores, Federico Rafael Cordero, Maricarmen Rosa y Ana María Rosado, quienes rindieron tributo al reconocido compositor guitarrista que alcanzó fama en la Viena que consagró Beethoven.
Durante el mismo año el programa educativo "La guitarra y los guitarristas" inició una nueva vida a través de la radiodifusora WORO-FM, conquistando en esas ondas radiales el premio INTRE.
En el 82 Cordero compuso la "Danza puertorriqueña # 3" para rendir honor a sus colegas Castellani-Andriaccio, profesores de la State University of New York. Con esa melodía Federico estableció nuevas pautas en el género nuestro de la danza. La composición fue creada para dos guitarras, empleando lo que se conoce como la técnica del ping pong. Esta se logra cuando la línea melódica pasa ininterrumpidamente de un instrumento a otro. También incorporó los modelos que hizo suyos Don Felipe Rosario Goyco y en la cuarta parte de la danza, conocida como el solo de bombardino, introdujo por primera vez la técnica del trémolo.
Por segundo año consecutivo el programa "La guitarra y los guitarristas" obtiene el premio INTRE. Igualmente Federico crea la banda sonora de un documental de Juan Viguié, producido por el Museo de Arte e Historia de San Juan.
En el verano de 1983 la revista Soundboard le publicó el artículo "The interaction between Manuel Ponce y Andrés Segovia: 1923-1928". En ese año recibió un tercer premio por parte de INTRE y un galardón concedido por el Instituto de Cultura Puertorriqueña gracias a su trabajo musical para la obra "Los títeres de Cachipora". Luego inició una nueva ronda de recitales unido a la ballerina Elisabetta Calero, la pianista Mona Gordon y el cantante Rafi Muñoz.
A partir de 1985 Federico comenzó a escribir para la Soundboard en la columna que llevó por título "From the Caribbean". Simultáneamente, estrenó el "Ballet Sonata del Coabey" dedicado a la poeta Cacica Inés Agüeybana, a Aura Pierluissi de Rodríguez, a la bailarina Elisabetta Calero, a doña Inés María Mendoza viuda de Muñoz y a la escritora Carmen Corchado Juarbe. La obra se presentó en el Teatro Emilio S. Belaval de la Universidad del Sagrado Corazón. Asimismo grabó junto a su hijo el disco "Los Dos Federicos".
Un año más tarde regresa al mundo de la televisión como productor de un segmento de media hora que salió al aire por medio del espacio "Despierta Puerto Rico", que difundió el Canal 7. Meses después escribió el "Concierto para cuatro puertorriqueño y pequeña orquesta" para el Consejo Interamericano de Música de la Organización de Estados Americanos.
En 1987 el académico Jeffrey Van le informó a través de carta que fue elegido miembro de la junta de directores de la Guitar Foundation of America. Único y primer puertorriqueño en alcanzar tal distinción.
En el 88 la revista Guitar Player lo escogió como uno de los finalistas de la competencia de Sound Page. En la misma recibió una Mención Honorífica por su "extraordinaria ejecución" de las obras "No me toques" de Juan Morel Campos y "Variaciones sobre el seis cagüeño". Federico Cordero fue el único hispano entre los 700 participantes de todo el mundo.
Para la misma fecha la Sociedad Puertorriqueña de la Guitarra, de la cual él fue el presidente, celebró su vigésimo aniversario como concertista. A la celebración se dieron cita los artistas Lucy Fabery, su hijo y Elisabetta Calero.
Gracias a dicha institución Cordero partió junto a su hijo al Festival de Guitarra llevado a cabo en Ohio. En la festividad el destacado músico dictó la conferencia titulada "La Guitarra y la música del Caribe Hispanoparlante". Allí los distinguidos puertorriqueños compartieron estelares junto a guitarristas como Julian Bream, Jorge Morel, David Russel y Oscar Ghiglia.
A finales de la década de 1990 el virtuoso boricua dirigió el programa radial "De domingo a domingo con Federico Cordero", transmitido por WKAQ Radio Reloj.
Cordero, quien esporádicamente participó en programas de análisis político y social, recibió elogios por su producción discográfica en la que se incluyen las grabaciones "Lágrimas en soledad", "Los dos Federicos" y "Mi versión". Una cuarta producción, "The Best of Federico Cordero" recoge un compendio de algunos de sus aciertos en las cuerdas.
rev 10/octubre/2012
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