Lugar de nacimiento
Santurce, Puerto Rico

“Soy un romántico incurable. Para conocerme, no hay que buscar en mi pasado; sólo hay que escuchar mis composiciones. Ahí se pintan mi sentimientos y se despliega mi persona”.
Con esas palabras el cantante y compositor Edwin Oliver describe su paso por el pentagrama popular. Incursionó a temprana edad en el mundo musical cantando en su graduación de primer grado. En aquel tiempo los cines presentaban funciones matinales los fines de semana que incluían shows en vivo de aficionados. Para ganar acceso gratuito, el pequeño Edwin insistía en participar cantando. Con frecuencia ganaba el primer premio, que consistía de una caja de galletas o alguna golosina. También compitió en el Show del Abuelito Welch, amenizado por el recordado José Miguel Agrelot en WKAQ Radio. En este espacio ganó de nuevo el primer lugar con un obsequio de tres dólares, con los que corrió a comprarse una pistola de juguete. Para darle una lección de economía, su madre lo obligó a devolverla el mismo día.
Ya en su etapa de educación universitaria ingresó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. No bien iniciaba estudios en el centro docente fue reclutado para audicionar en “El Show de Caridad Pereda”, que se transmitía por WKBM Televisión. En la entonces llamada Telecadena Pérez Perry lo contrataron como artista permanente coincidiendo allí con figuras como la entonces juvenil Lucecita Benítez, entre otros.
Una posterior presentación en “El Show de Tito Lara” llamó la atención de dirigentes de la agrupación Les Cavaliers. Con ellos permaneció trabajando por espacio de seis años, hasta que el grupo Los Latin Boys le hizo una mejor oferta. Con éstos laboró tres años, en el transcurso de los cuales grabó el álbum “Introducing Their New Latin Sound”.
Con la llegada de la década de 1970, Edwin fue reclutado por una nueva agrupación de nombre Tempo 70. Con ellos se desempeñó como cantante por espacio de seis meses, hasta que el productor Paquito Cordero le ofreció grabarlo como solista para el sello Hit Parade. Ante la encrucijada Edwin le grabó un disco 45 con las canciones “En una tarde gris” y “Dos manos”, ambas de su propia inspiración. La producción fue engavetada por problemas internos del sello discográfico. Mas lo que el cantautor no pudo advertir ante el revés fueron los primeros lugares que sus canciones alcanzarían en las listas de éxitos y el triunfo de una de sus composiciones en una competencia internacional.
El 29 de junio de 1971 la cantante Rosita Rodríguez le dio a Puerto Rico su tercer triunfo ganando el Primer Festival de la Canción, en Ibagué, Colombia. Fue el tema de Edwin, “Cuándo volverás” el que interpretado por la eterna “Alfileritos”, recibió la mayor puntuación del jurado llevándose el máximo galardón de la competencia. Meses más tarde, Tempo 70 debutaría en el mundo discográfico contando con Carlos Camacho como voz principal. “Habla”, de Oliver, fue entonces uno de los temas definitivos en la conquista, consiguiendo amplia difusión radial e impulsando las ventas de la producción “El primer LP de Tempo 70”.
Mientras el colectivo le grababa canciones como “Cuándo volverás”, “En una tarde gris”, “Tiempo de un ayer” y “Voy a cambiar mi rumbo”, así como la juvenil Yolandita Monge hacía lo propio con “Realidad” y José Manuel con “Sólo tu amor”, una nueva oportunidad surgió con el grupo Los San José en cuyo debut discográfico se incluyeron seis composiciones de Edwin, logrando primeros lugares en las listas con “Sólo agua, sólo arena”.
Poco antes que saliera bajo el sello Mericana el disco de Los San José, Wisón Torres, estaba buscando renovar el cuarteto Los Hispanos. Después de cientos de audiciones, no acababan de dar con la voz que querían. Tito Lara, de nuevo, recomendó a Oliver para una audición, y logró ser escogido. Sin embargo, el cantautor rechazó inicialmente la oferta, a pesar que siempre consideró esta oportunidad como el honor más grande de su vida. Con todo, Wisón tuvo fe en él e insistió en tenerlo en su agrupación, llamándolo constantemente. Finalmente el imán y prestigio del nombre de Los Hispanos pudo más que cualquier otra cosa y se les unió. Durante la participación de Edwin, el grupo fue contratado como atracción principal del Hotel Cerromar, la hospedería Holiday Inn del Condado y el Hotel Lina de Santo Domingo.
Mientras aún era la primera voz del grupo, compuso “¿A dónde vas, amigo?”, tema que representó a Puerto Rico en el V Festival Internacional de la OTI. Pero, en esta etapa los sacrificios personales fueron demasiado grandes para Oliver y otro de los componentes del grupo, Tuti López. Decidieron así crear un concepto más sencillo fundando, Manus (término en latín que significa los cinco dedos de la mano). De inmediato comenzaron a recibir ofertas y contratos trabajando en televisión y en los hoteles Borinquen, La Concha, Holiday Inn del Condado y Sheraton, entre otros. De hecho, durante una presentación en el último recibieron una oferta para hacer una gira en Centroamérica. Este viaje los llevó a recorrer por seis meses países de Panamá, Costa Rica - donde se presentaron en televisión - Guatemala y El Salvador.
En ese momento la disquera del legendario cantante español Julio Iglesias, Alhambra Records, procedió a contratar al cantautor. Lleno de alegría, Oliver contactó a sus amigos del grupo Manus para que le acompañaran en la grabación del disco, y todos accedieron. La totalidad de las canciones, excepto una, y la mitad de los arreglos musicales de esta producción fueron de su autoría.
Ya en esta etapa, Gilbert Mamery, conocida personalidad de las ondas radiales y televisivas, lo honró como Destacado Valor de la Música Puertorriqueña en su espacio televisivo “Los compositores y sus canciones”. También recibió un certificado del Centro Cultural de Puerto Rico y otro del Instituto de Cultura Puertorriqueña por su aportación al pentagrama contemporáneo.
El último festival donde participó fue en el Festival de la Voz y la Canción de Puerto Rico, donde obtuvo el quinto lugar como compositor y cantante. El arreglista de la canción con la que concursó fue Cucco Peña, hijo del aclamado compositor y director de orquesta Angel “Lito” Peña. Ya para aquel entonces Edwin decide cambiar de rumbo y, en lugar de hacer shows, concentró sus esfuerzos en realizar presentaciones en centros nocturnos. Comenzó a ganar más dinero aunque, a su juicio, con menos gloria. Una noche alternó en un club nocturno con un guitarrista de 85 años de edad que había trabajado en la orquesta de Xavier Cugat. Este encuentro impresionó mucho a nuestro compositor, porque no quiso verse como un abuelo rompiendo noches en lugar de descansar en su vejez. Y decidió estudiar por su cuenta programación de computadoras.
Cierto día, un fanático vio al artista con un manual de cómputo y, sorprendido, le preguntó que hacía con ese libro. Oliver le contestó que él era programador. Su admirador, ni corto ni perezoso, le informó que fungía de vicepresidente de una compañía que necesitaba abrir un departamento de informática, y le ofreció el puesto de gerente de dicha división. El acuariano agarró esta oportunidad laboral y se retiró del pentagrama musical.
Luego de tres años trabajando como programador se radicó en Florida, Estados Unidos, y consiguió una plaza como consultor de cómputo. Retirado por más de una década del mundo musical, en 2002 el Instituto de Cultura de Puerto Rico en el estado de la Florida le invitó a dar un concierto en Miami. Para su sorpresa el cantautor tuvo casa llena y un caluroso recibimiento por parte de los presentes. Igual fue su experiencia años más tarde en suelo boricua donde, tras más de 20 años de ausencia volvió a sentir el afecto que siempre sus compatriotas le habían prodigado. Como ejemplo, fue invitado por Alfred D. Herger a uno de sus famosos “Te Danzant” donde fue acogido con entusiasmo. En esa actividad se encontraba el querido pianista y director musical Pijuán, amigo y compañero de andanzas musicales de Edwin. El músico trujillano aprovechó su presencia en el País dedicándole una edición de su programa televisivo “Con la música por dentro”.
Radicado en los Estados Unidos, la obra del cantautor ha trascendido el tiempo. Y en la memoria colectiva quedan entre sus grandes aciertos temas como “Habla”, “Cuándo volverás”, “Sólo agua, sólo arena”; “Realidad”, “En un tarde gris”, “Pregúntaselo a Dios”, el autobiográfico “A dónde vas amigo” y “Me dijeron”, grabado por Andy Montañez e Ismael Miranda.
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