Celi Bee (Celinés)

Cantante y Compositora



Fecha de nacimiento
10 de mayo de 1950


Lugar de nacimiento
Brooklyn, Nueva York, EE.UU.


Célida Inés Camacho Medina es su nombre de pila, pero en el mundo artístico se le ha conocido con dos nombres que reflejan personalidades musicales sumamente distintas. La primera data de los inicios del movimiento de la nueva ola en Puerto Rico donde se le conoció como Celinés. La segunda se enmarca desde el furor de la música disco, a mediados de la década de 1970, donde el mundo la conoció como Celi Bee.

Célida Inés era una joven sumamente tímida, nacida en Nueva York, que al asomo de los 13 años llegó de vacaciones a la tierra natal de sus padres, José Abel Camacho y Célida Medina. Amante de los temas del ayer, en la Gran Urbe ya había grabado un sencillo con el mariachi Palomar interpretando con voz muy melodiosa “Prisionero de tus brazos” y “El prófugo”. Pero en una jugada del destino, sus vacaciones se prolongaron, quedándose en suelo boricua, donde una noche en medio de una fiesta familiar cantó “En mi Viejo San Juan”. Allí la escuchó Felipe Rodríguez “La Voz”, quien procedió a bautizarla como Celinés. Por el talento y potencial que en ella descubrió la recomendó de inmediato al productor Tommy Muñiz para sus programas televisivos.

En días en que Paquito Cordero y Alfred D. Herger dominaban desde Telemundo el movimiento de moda con figuras juveniles como Lucecita Benítez y Lissette Álvarez, Celinés fue la carta que Wapa Televisión jugó desde la competencia con un nuevo programa titulado “La Nueva Ola”. En este último, la joven criada en Arecibo compartió estelares con contemporáneos como Papo Román, Pepe Luis Soto, Charlie Robles y el Combo de la Nueva Ola. Con el apoyo del compositor Salvador Rosa, hijo, en la producción y de discos Borinquen, Celinés inició su conquista del gusto popular.

Según se documenta en el libro “Nueva Ola Portoricensis”, “Quiéreme” (a dúo con Román), marcó su punto de partida colocándose en primeros lugares de las listas en febrero de 1966. Un éxito mayor se dio rápidamente con “Sin tu amor” que, en dueto nuevamente con el joven cantante, ocupó la posición cimera por varias semanas en el mes de abril. Le siguieron entonces aciertos como “La villa del amor”, “Dile que lo quiero” (versión al español de “Tell Laura I Loved Her”) y “Dios, cómo te amo”. “Ya no me acostumbro” la devolvió a primeros lugares nuevamente. Pero, en 1968, su versión de “Marionetas en la cuerda” (“Puppet on a String”) se convirtió en su canción consagratoria dentro del movimiento juvenil.

“La Voz del Cielo”, como entonces le llamaban, cursaba estudios en la escuela Ramón Power y Giralt, y soñaba con poder matricularse en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Sin embargo, el amor movió las fichas en su tablero profesional. Su compartir con el cantante Pepe Luis Soto en “La Nueva Ola”, llevaría una amistad hacia terrenos profundos. Y tras el consejo de Alfred D. Herger, ambos decidieron fusionar sus respectivas carreras en un dúo: Celinés y Pepe Luis.

En la transición entre las décadas de 1960 y 1970, el binomio grabó una producción discográfica para el sello Rico-Vox y dos para la compañía Borinquen Records. Formaron parte del clan sicodélico de “Kaleidoscopio”, que Herger creó en Wapa Televisión tras su ruptura con su clan de Telemundo y el productor Paquito Cordero. Realizaron campañas publicitarias para el aceite Maizete y el Banco de Ponce. Y mejor aún, formaron parte de revistas musicales que, en pleno apogeo de la industria turística, se presentaban en hospederías como el Dorado Hilton, el Hotel La Concha del Condado y Club Tropicoro del Hotel San Juan.

En 1972, Pepe Luis le propuso a su prometida hacer mutis como cantante para dedicarse a la carrera de ella como solista. No fue fácil convencerla, pero al final cedió y un gran golpe de suerte les llegó. Con la composición “Yo quiero un pincel”, alcanzaron el triunfo en el Primer Festival de la Voz y la Canción de Puerto Rico. En una competencia ruda, donde participaron figuras como Luisa María Guell por España y Juan Ramón por Argentina, el tema de la autoría de Pepe Luis, en voz de Celinés, se impuso ampliamente. Y con él en la mano y los arreglos musicales de Héctor Garrido, pasó a grabar con el sello International de Fania.

Con un regreso al mundo de las grabaciones, la promoción radial fue más allá de la canción triunfadora para difundir cortes como “Hubo” y el tema de protesta “Señor de los iguales”. Un año más tarde, las controversias políticas inspiraron el tema pop “Superpuerto de amor”, el cual sonó con fuerza en aquellos días de recesión económica y crisis del petróleo.

En pleno crecimiento profesional, Celinés fue contratada por el productor inglés Allan Blackburn para participar en la revista musical “¡Viva la fiesta!” en el Hotel Puerto Rico Sheraton. Su labor comenzó un 3 de diciembre de 1973 y en cuestión de meses llegaba a Londres para hacer lo propio en suelo inglés. Allí surge la oportunidad de dar un salto a Irlanda para participar en una competencia en el Castlebar International Song Contest. Con su interpretación en español de “Esta es mi suerte” se llevó nuevamente el triunfo.

Curiosamente, la “suerte” de Celinés no se limitó a esa victoria. Ocurrió que en su estadía en el Reino Unido su manejador se topó con un movimiento cuyo impacto se estaba dejando sentir: la música disco. Aprovechando su estancia en Inglaterra, Pepe Luis le grabó a la artista el tema “Half a Love”. Junto al primer asomo de su voz a las pistas de baile, un nuevo derrotero se comenzó a dar en la carrera de Celinés.

Soto, quien en esos días acaba de editar un tema clásico convertido en “hustle” –el “Danubio Azul”– aprovechó una cita con el sello disquero TK para presentarle parte del material que estaba trabajando como productor. Por un lado, estaba su orquesta Rice & Beans; por el otro, la producción de una novedosa grabación de una intérprete llamada Celi Bee junto al grupo The Buzzy Bunch.

Con un cambio de imagen, que incluía cabellera corta y platinada, maquillaje ideado por Johnny Reynosa, en tonalidades doradas en contraste, uñas con láminas de oro de 24 quilates, una figura sumamente esbelta y un repertorio en inglés, Celi Bee fue la “nueva artista” que hasta entonces se había conocido como Celinés. Y con una grabación realizada totalmente en Puerto Rico, se consagró al saque con su producción discográfica encabezada por la canción “Superman”.

El tema viajó solito hacia las pistas de baile internacionales. Su primer asomo fue en Puerto Rico, donde turistas que visitaban las discotecas comenzaron a adquirir la producción para llevarla a los estados donde residían. Ya en abril de 1977, “Superman” aparecía en la sección Disco Action de la revista Billboard en primeros lugares de las pistas de bailes en ciudades norteamericanas como Chicago, Miami, Atlanta, Washington D.C., Boston, Los Ángeles, Filadelfia y Nueva Orleans. En Detroit se colocaba en la segunda posición mientras en Nueva York reinaba a sus anchas en el primer lugar.

En aquellos días se especuló en las revistas sobre la posibilidad de convertirla en tema de la primera película del personaje protagonizada por Christopher Reeve. No obstante, sin darse ese golpe de suerte, la canción trascendió convirtiendo a Celi Bee en la cantante puertorriqueña de mayor impacto discográfico internacional en la década de 1970.

En tiempos en que la globalización no era costumbre en la música, aquella producción hecha totalmente en Puerto Rico logró una respetable distribución siendo editada bajo sellos disqueros como RCA International, TK Records y APA. En aquel primer asomo, Celi Bee popularizó temas como “Hurt Me, Hurt Me”; “Smile”; “One Love”; “Closer, Closer” y la balada “It’s Sad”.

En 1978, una nueva producción “Alternating Currents” llegó al mercado reforzando su presencia con el tema “Macho (a Real, Real One)”. La canción impactó el mercado con ediciones en sellos como RCA, Sony, CBS, Columbia, Epic y TK. A tono con el reinado de la música disco en la que se impuso el estilo “suite” y los discos de doce pulgadas, “Fly Me on the Wings of Love” completó en 1979 su conquista de las pistas contando con el apoyo de los programadores de música (DJ’s) para discotecas.

Celi Bee viajó el mundo. En países como Japón, Australia, Brasil, Canadá, Venezuela, Costa Rica y Estados Unidos la aplaudieron. Reinó con su música en innumerables discotecas, y figuró como estrella invitada en programas televisivos como “American Bandstand” que animaba Dick Clark, “Disco Magic” (junto a Vicky Sue Robinson) y “Sound Inns” con Yukari Ito en Japón.

Mientras “Superman” seguía su paso de ventas alcanzando la cifra soñada del millón de copias vendidas, la revista Record World le otorgaba un premio como artista bilingüe y figura de impacto internacional.

En 1979, la estrella regresó a Puerto Rico para filmar un anuncio publicitario para la cerveza Schaefer teniendo el amurallado Castillo de San Felipe del Morro como escenario. En medio de todo el furor de la música disco, se intentó contratarla para presentarla en plataformas multitudinarias como el Centro de Convenciones del Condado o el Coliseo Roberto Clemente. Problemas de itinerario no le permitieron entonces aceptar las ofertas. No fue hasta 1981 que la artista regresó para actuar una temporada en el Club Caribe del Hotel Caribe Hilton.

Ya para esas fechas, la música disco había saturado en demasía las ondas de la difusión y un renacer del rock se estaba dando en la escena musical. A tono con la onda, Celi Bee lanzó al mercado su álbum “Blow My Mind” que cosechó aplausos de la crítica especializada. Pero para esta etapa su vida amorosa atravesaba una crisis que concluyó con un divorcio.

Celi Bee volvería a grabar como fueron los casos de temas como “I’m Free”, “Love Rocket” y “I Can’t Let Go”. Mas los cambios y tendencias de la industria ciertamente se reflejaron en las ventas de sus producciones.

En 1986, Celi Bee volvió a sus raíces, grabando en español. El álbum “Como agua y arena” fue editado bajo el sello latino TH. Su pobre promoción no le dio tiempo para reverdecer laureles en el mercado latino.

Tras el revés grabó nuevos proyectos como “Down and Out” y “Don't You Leave Me Now”. Mas su retiro del ambiente no tardó en darse, compensando sus inquietudes en el arte con su labor como educadora en el estado de la Florida, donde reside.

Javier Santiago
Fundación Nacional para la Cultura Popular


Autor
Javier Santiago para la Fundación Nacional para la Cultura Popular
Nota
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