Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El sol inclemente se combinó con el paisaje a lo lejos de la mar cristalina que parecía guardar silencio ante el festejo solemne de la conmemoración del vigésimo aniversario de la partida física de Catalino ‘Tite’ Curet Alonso. En el camposanto donde reposa su cuerpo, a poca distancia se encuentran las lápidas de Rafael Hernández y Pedro Flores; quienes solemnemente lo acompañan.

Pero algo sobresalió y se percibió… un sentimiento blindado de humildad en un Belén para Tite de corazón. Celebración a la vida del compositor de tantas canciones que han dado la vuelta al mundo; derrotando el tiempo, el espacio y las vicisitudes.
Familiares y amigos de Tite dijeron presente. Entre palabras, recuerdos y anécdotas, el fotoperiodista José Rodríguez, presidente Comité Camino al Centenario del compositor Tite Curet Alonso dio la bienvenida al grupo que desde las 8:45 de la mañana, fue llegando al cementerio de ‘La Perla’, como le llamaba Tite.
Hilda Curet -hija del compositor; y el periodista Javier Santiago, director ejecutivo de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, se encargaron de exponer palabras de agradecimiento y sobre el legado del hacedor de canciones del pueblo. Aunque el fallecimiento de Curet Alonso fue el 5 de agosto de 2003, la actividad se ofreció viernes 4, para no coincidir con el evento de recordación programado en su pueblo natal de Guayama.

En el cementerio capitalino existía un hábitat de celebración por la vida de Tite, que se veía en los rostros de los presentes. Más allá de hacer eco en las palabras ofrecidas por Javier Santiago, quien señaló que podía ver en los que llegaron hasta el camposanto, el rostro de Tite; había un ambiente de puro sentimiento. ‘El jaque mate’ de las huellas andadas por el maestro, lo brindó desde su óptica, el orador principal de la actividad, Dr. Pablo Rivera.
Una obra artística de Samuel Lind -presente en la actividad- rendía guardia de honor entre los que hablaban desde el podio. Palabras sacadas de lo más adentro del ser por parte de Astrid -nieta de Tite- el cantante y productor Joey Hernández; la profesora e investigadora Virgen Cáceres, PhD; y el representante del alcalde capitalino, Henry Arriaga surcaron por los predios del área habilitada para la ceremonia. Instantes de alegría y emotividad combinada.
El espacio de la colocación de la ofrenda floral llegó y se procedió a depositarla con el acompañamiento musical de cántico, panderos y palmadas. Entregando un Belén a Tite, como le gustaba. Al son de plena culminó la actividad; y se abrió paso, a que la comparsa nutrida por familiares, amigos, pleneros y presentes se trasladaran hasta la estatua de Tite Curet Alonso en la Plaza de Armas. El vuelo de las palomas, las miradas atónitas de los turistas y allí presentes fueron testigos de una celebración más de la vida del compositor de la ‘La tirana’ y ‘Las caras lindas’.

Catalino ‘Tite’ Curet Alonso (12 de febrero de 1926, Barrio Hoyo Inglés de Guayama; y falleció el 5 de agosto de 2003) cumple su centenario en 2026; y una junta organizada a fin, de conmemorar los 100 de Tite, planifica desarrollar múltiples actividades y festejar en grande. Un convite a celebrar la vida y legado, mediante actividades educativas, culturales y sociales.
El grupo planifica con tres años de anticipación, organizar efectivamente todas las actividades programadas. El propósito es reconocer y perpetuar a nuevas generaciones, la trayectoria del compositor. Visibilizar la aportación a la cultura popular de Puerto Rico e impactar a niños, jóvenes y adultos.
Se espera que las diversas actividades impacten el sector educativo; y pueda comunicarse con eventos artísticos y diferentes encuentros en centros culturales, plazas públicas y comunidades. De igual forma, la junta desarrolla la posibilidad de escenificar actividades cada tres meses, a partir de 2026 con el fin de mantener una presencia de Tite bien marcada.