Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Inspirado con todo lo sucedido durante la pandemia del Covid-19, el actor cagüeño Francisco Capó creó el unipersonal “Luz verde”. En su mente lo invadían “micro-cuentos” que escribía, afectado por todo lo que pasaba. En un momento dado hizo una pausa por poco más de un año, hasta que los unió en la obra, “como una expresión de desahogo y reflexión, pero utilizándolos como metáfora para hablar de nuestros miedos, nuestras preocupaciones, conflictos, dolores, pérdidas…”.
La pieza estrenó en noviembre del año pasado en la Capilla La Milagrosa en Río Piedras. “Fue una experiencia espectacular. Esta es una capilla preciosa, a pesar de haber sido vandalizada”, dijo.

Capó hace una reposición de la obra -completamente renovada- este sábado 5 de agosto, a las 8:30 de la noche, en Moneró Café Teatro & Bar en Bellas Artes de Caguas. Aprovecha el montaje para celebrar sus 40 años en la actuación. “Me pareció un trabajo tan personal donde exploro y me muestro, de una manera que nunca lo había hecho anteriormente. Me pareció perfecto hacerlo allí. Sí, tiene unos cambios, porque evidentemente acoplé mucho el trabajo al espacio original que fue esta iglesia”, precisó.
Mencionó que en la propuesta teatral interpreta un segundo personaje llamado “Bobby Bombón”. “Al público se le muestran unas imágenes de este ‘influencer’ que fue famoso, con millones de seguidores. El personaje aparece y tiene una comunicación directa con (la gente), haciendo su debut teatral y sucede algo, dando comienzo a la obra”, adelantó. De acuerdo con el libreto, los espectadores han sido invitados a un experimento científico, teniendo pleno conocimiento del mismo.
El veterano histrión repasó sus cuatro décadas estando en la piel de otras vidas. “Todo ese cúmulo de experiencias, de vivencias. ¡Todo como para escribir un libro! Desde trabajar con gente que uno admiraba de pequeño, tantos directores, actores, actrices. Que me disculpen todos, pero debo mencionar a Axel Anderson, Chavito Marrero, Miguelángel Suárez (ya fallecidos)… Trabajar con Cordelia González, Jorge Luis Ramos, Idalia Pérez Garay y Dean Zayas, quienes fueron mis maestros. ¡Aprender todo el tiempo!”, abundó. Acto seguido, recordó a otros mentores como Pablo Cabrera y José Luis Ramos Escobar. “Estuve al lado de personas con las que aprendía constantemente y que se preocupaban por uno que empezaba”, recalcó.
Capó comentó que en su ruta profesional -iniciada en 1983- lo ayudó a poder interpretar personajes complejos, más las reacciones de la audiencia. “Es una vida de muchas emociones, de momentos difíciles, incluso de fracasos, que al final son aprendizajes”.

Al ser cuestionado sobre si el teatro local cuenta con columnas sólidas tras la pérdida de figuras como Myrna Casas, Victoria Espinosa, Lucy Boscana, Dean Zayas y Sandra Rivera, por mencionar algunas, Francisco dijo convencido, “te diría que sí. Existe un Gilberto Valenzuela, un Gil René, un Vicente Castro… Te podría decir montones de nombres que son creación de estas personas y son talentosísimas. Sé que ellos seguirán haciendo cosas por mucho tiempo. También, hay un grupo de talento nuevo que recién está saliendo del Departamento de Drama (de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras) o de la Universidad del Sagrado Corazón (en Santurce), muy inteligentes y que hacen un buen teatro”.
Hizo un llamamiento, además, a las instituciones gubernamentales para que “cambien esa mentalidad y vean las artes, en este caso al teatro, como algo importante. Mientras sigamos buscando formas fáciles para poder sobrevivir, pues continuaremos alimentando esa incultura y ese vacío en el público. A las masas hay que darles reflexión, educación. ¡El teatro es una excelente herramienta para eso!”.
Al tomar como ejemplo el título del unipersonal, Capó dejó entrever que en el camino estos actores emergentes pueden toparse con luces verdes, rojas o amarillas -como las señales de tránsito- que buscan guiarlos para alcanzar el éxito o un mensaje de alerta. “¡Definitivamente! En estos tiempos -y lo digo por mi experiencia- porque sé que con algunos compañeros no fue así, antes de uno empezar viene con una historia familiar y, obviamente, este mundo apasiona demasiado, uno no ve esas luces… La sociedad ha cambiado en estos 40 años, pero que estén pendientes. Me refiero a lo laboral en el sentido de que te brinde una oportunidad de estar estable en tu vida. ¡Saber aprovechar los momentos para ahorrar y tener sus cosas! Es un medio que te deslumbra y te desvía de eso que es importante”, enfatizó el Mejor Actor de Reparto en 2003, según el Círculo de Críticos de Teatro, y Mejor Actor Secundario durante el desaparecido Festival de Teatro del Tercer Amor en 2010.