Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La actriz y productora Alfonsina Molinari presenta la pieza “Ella, la teta y yo” en la Sala Experimental Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes de Santurce, como parte de la segunda edición del True Colors Fest. Esta interesante obra, de la autora Karen Hartman (cuyo nombre original es “Goldie, Max and Milk” y fue estrenada en 2010 en el estado de la Florida) y traducción de Johanna Rosaly, permanece en cartelera desde este jueves 6 hasta el domingo 9 de julio. Precisamente, este año la artista celebra el décimo aniversario de su compañía Producciones Girasol, junto a su esposo, el primer actor Jorge Castro. La incorporación fue en 2012, sin embargo, la primera obra estuvo en cartelera en enero de 2013.
Molinari destacó que Producciones Girasol ha evolucionado “muchísimo” en este período. Resaltó que no tanto en cuanto a la temática, sí por la cantidad de proyectos y talentos que han involucrado en los mismos. “Cuando incorporé Producciones Girasol, la idea era tener la oportunidad de producir para nosotros mismos, para mi familia. Para Jorge actuar y dirigir, para que dirigiera mi papá (José Gilberto Molinari), para que actuara mi mamá (Johanna Rosaly), para que actuara mi cuñada Jasmín y para yo actuar…. No tener que esperar a que productores nos llamaran, sino hacerlo nosotros mismos”, puntualizó.

Admitió, en entrevista con la Fundación Nacional para la Cultura Popular, que al principio llevaban a escena solo un proyecto al año, lo que contrasta con lo que ocurre actualmente cuando tiene cuatro en cartelera, incluyendo dos reposiciones, “Al borde de…” (en abril pasado en la Sala Experimental Carlos Marichal en Bellas Artes de Santurce y se traslada al Teatro Braulio Castillo en Bayamón y luego por la Isla), y “Buenas noches, mamá” (muy bien recibida en marzo pasado en el Festival de Teatro de la Mujer en el Teatro Braulio Castillo en Bayamón y va para Bellas Artes de Santurce).
Alfonsina Molinari se encuentra muy entusiasmada y satisfecha porque la compañía ha crecido, lo que le permite “dar trabajo a más personas del medio”, saliendo del círculo familiar.
Sobre las oportunidades que han tenido los productores teatrales de llevar sus obras a plazas fuera del área metropolitana, la actriz precisó, “la recepción es maravillosa… Es un poco cuesta arriba hacer provincias, como le decimos de cariño. Obviamente, las facilidades a veces no son las mismas que tenemos en San Juan. Llevar escenografía o montar una complicada para hacer quizás una o dos funciones no es costo efectivo. El tipo de proyecto que estoy llevando suele ser más sencillo. Pero, cada vez que vamos, la recepción es maravillosa. ¡Hay hambre de teatro en la Isla! Es bien chévere salir de San Juan”.
Al enfocar la entrevista sobre la propuesta teatral “Ella, la teta y yo”, Alfonsina Molinari profundiza en la historia de su personaje “Max”, lesbiana, soltera, acaba de dar a luz, se halla desempleada, vive en una casa que se está cayendo en cantos en una ciudad que no es la suya (Nueva York), su “ex” anda desaparecida y no tiene ni idea de cómo lactar a su bebé. Alfonsina mencionó que ha recurrido a recordar momentos oscuros que pueden surgir al nacer un bebé. La artista sigue un podcast en el que se ha revelado que durante la etapa de recién nacido sus madres están como en un bosque que “a veces es agradable y hermoso, pero a veces es muy oscuro. Nos podríamos meter en el tema de una depresión post-parto, etc. La obra empieza cuando la bebé tiene cuatro días de nacida. Mi personaje está en un momento muy oscuro por situaciones personales, no sabe cómo bregar con la bebé ni cómo lactarla”.
Aclaró de inmediato que, aunque su situación en el carácter personal era completamente opuesta a la de “Max”, cuando tuvo a su primera hija “sí hubo momentos muy difíciles. Así que estoy visitando el pasado, tratando de recordar ese sentido de impotencia de uno tener una criatura en las manos y no saber si lo haces bien. Todavía no sé si lo estoy haciendo bien. Creo que ya me acostumbré a esa sensación. Las madres nunca vamos a saber si lo estamos haciendo bien”.

La actriz abundó que “Max” llevaba una relación sentimental muy extensa y que entendía era estable con “Liza” (Wanda Sais), y juntas decidieron procrear la criatura. Fue durante el embarazo que “Liza” tiene un idilio con un hombre y se separan… La personalidad de “Max” es muy sarcástica, usa mucho el humor para tirar ‘puyas’. “Tiene un sentido del humor muy seco, que a mí me encanta”, afirmó.
“Max” quedó embarazada -por acuerdo- de su cuñado, el hermano de “Liza”. Ella quiere criar a su hija sin que tenga contacto con su otra mamá, pero “Liza” no está de acuerdo. “Entra el debate muy interesante de qué derecho tiene una madre que no parió, y en una relación que no era legal. La obra se desarrolla en 2009, cuando todavía el matrimonio homosexual no era legal”, añadió Molinari.
Molinari enfatizó que el tema central de “Ella, la teta y yo” es muy innovador. “Se ha hecho mucho teatro sobre la tolerancia o intolerancia hacia la comunidad LGBTIQ+, pero se habla poco de los asuntos de familia, de crianza, en ésta”, recalcó.
Otro detalle crucial de la pieza es que “Goldie” (Linnette Torres), una consultora de lactancia que además es judía ortodoxa, deberá decidir si guiará a “Max” en los caminos de la maternidad. “Ella es como el salvavidas de ‘Max’. Te podrás imaginar que trae un choque cultural brutal con esta pareja de lesbianas que cría esta bebé. No solo por la intolerancia religiosa hacia los miembros de la comunidad, sino la intolerancia de una mujer conservadora hacia el hecho de que otra mujer pretenda criar sola. Poco a poco le va enseñando cómo ser mamá, cómo proteger a su bebé… Se da una situación en la que se invierten un poco los roles. Es ‘Max’ la que termina ayudando a ‘Goldie’ a bregar con su familia. Es un mensaje muy bonito de dos mundos totalmente distintos, pero cómo a través de la maternidad pueden entenderse”.
Al elenco se suman Fabiana Ochoa y Eric Yamil, bajo la dirección de Mariana Quiles.
Alfonsina Molinari aprovechó para elogiar todas las obras que han estado en cartelera, tanto en la primera edición del True Colors Fest, como en esta segunda que continúa en escena. “Han sido unos textos muy bien seleccionados y los montajes muy buenos, con muchos detalles y valores de producción. ¡Es encomiable! Creo que el Festival es absolutamente necesario. Una manera maravillosa de celebrar en junio el Mes del Orgullo. Los festivales de teatro que toquen temas específicos como éste -y como el Festival de Teatro de la Mujer, en el que llevo dos años participando en el Teatro Braulio Castillo- son necesarios. Ojalá el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el Gobierno (se involucraran) también en este tipo de temas. Pero, si el Gobierno solo puede enfocarse en el Festival de Teatro Puertorriqueño y el Festival de Teatro Internacional, pues está bien. Las compañías privadas se encargan de lo demás. ¡Hay que hacerlo! ¡Es necesario!”, expresó Alfonsina Molinari.
Reposición de ‘Buenas noches, mamá’ –
La obra “Buenas noches, mamá” volverá a escena el sábado 12 y domingo 13 de agosto en el Centro de Bellas Artes de Santurce, con las actuaciones de Johanna Rosaly y Alfonsina Molinari.
Este drama intenso de Marsha Norman, cuenta con la dirección de Norwill Fragoso.
Fue galardonada en 1983 con el Premio Pulitzer a la Mejor Obra de Teatro, además recibió cuatro nominaciones para los Premios Tony y fue adaptada al cine en 1986, con las actrices Sissy Spacek y Anne Bancroft.