Retumbe melodioso de Frankie Suárez

Durante cuatro décadas, el pianista, arreglista y director musical plasma con creativas pinceladas en el pentagrama su sensibilidad sonora.
El experimentado pianista Frankie Suárez se mantiene vigente dentro del quehacer sonoro y del espectáculo del País. (Foto suministrada)

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La música está siempre presente; es un palpitar que lo mantiene activo melódicamente. El pianista Frankie Suárez por más de 40 años, permanece con vigencia dentro del quehacer sonoro y el espectáculo. Un arte que constantemente se consolida ante el andar por múltiples escenarios, giras y estudios de música. El arreglista, director musical y guitarrista disfruta a cabalidad sus proyectos y propuestas. Con el claro objetivo de lograr el mayor desempeño de sus talentos. Una convergencia de rica exposición musical desde su niñez; junto a unas habilidades extraordinarias para la instrumentación.

“Mucha gente a principios del siglo pasado, tenía la costumbre de contar con un piano entre sus muebles. Recuerdo que mi abuelo tenía uno en su casa. Por otro lado, mi madre me expuso a toda clase de música. Curiosamente, mi papá que no tiene ningún tipo de atracción por la música tuvo un hermano -su tío- muy importante en el proceso de muchas personas en este país, al momento de tocar guitarra, Rafael ‘Pilo’ Suárez. Mi tío hizo una serie de libros para enseñar a tocar guitarra que, todavía se continúan vendiendo. Tuve esas influencias por ambos lados, una de forma indirecta; y otra de manera más directa”, narró Frankie Suárez, nacido en San Juan y quién contó tuvo vecinos que se destacaron en la música.

En un ejercicio retrospectivo, señaló que, su primer maestro de guitarra -instrumento que estudió por cuatro años con exposición clásica- fue Eduardo Flores, precisamente un vecino. Narró remembranzas de su caminar por la acera todos los martes para fielmente ir a tomar las clases. Dato explicativo que, expone a la guitarra como primer instrumento musical en llegar a las manos de Suárez.

Suárez lleva tres décadas colaborando musicalmente con el cantautor Glenn Monroig. (Foto suministrada)

“A mi llegada a la Escuela Libre de Música (Hato Rey) llevaba varios años con la guitarra clásica y tomando clases privadas de piano. Estudiaba ambos instrumentos. Un día, me asomé por un salón y observé a Arturo Ortiz al piano en un rumbón en la escuela… y como en aquella época lo que estaba de moda era la salsa, me mudé de la guitarra al piano. Comencé a dedicarle más esfuerzo al piano. No abandoné del todo la guitarra, pero sí, la dejé un poco. Esa fue mi transición al piano”, explicó Suárez, quien estuvo dos años en la Interamericana de San Germán estudiando piano.

Sobre la habilidad como arreglista, mencionó que siempre fue algo natural y pasaba mucho tiempo transcribiendo y realizando arreglos en la escuela; porque existía la inquietud por arreglar, y hacer sonar las melodías, tal como las sentía.

La primera experiencia profesional del músico fue a los 16 años al lado de Nano Cabrera. En ese momento de igual forma colaboró en el primer disco de Cabrera como solista. La oportunidad fue catalogada como una vivencia maravillosa, porque no solamente formó parte del grupo e interpretaba el repertorio, sino que, entró al estudio de grabación.

“Después, fue que me fui a estudiar a la Universidad Interamericana y conocí al percusionista y arreglista Georgie Padilla. Me contactó con el maestro Elías Lopés, y esa fue mi primera experiencia en una orquesta de salsa. Era una orquesta bailable, porque tocaba de todo. Bien diversa y una gran escuela para aprender. Todos los músicos que pasamos bajo la tutela de Elías, desarrollamos destrezas que no sabíamos que existían”, confesó con respeto y admiración, el pianista que dijo admirar de siempre a Papo Lucca.

“Luego me fui a tocar a los hoteles… y en Condado Plaza conocí a Damirón -pianista dominicano 1908-1992 que gozó de gran fama en Puerto Rico- e hicimos una buena amistad. Siempre me dije, que tenía que escuchar a los que estaban antes que yo, para saber hacia dónde me dirigiría musicalmente. Lo iba a ver cómo tocaba esos merengues… en ese momento también estaba el pianista Joe Vallejo… Una buena época de experiencia en los hoteles; y mucha exploración con la música.”

A través de un amigo consiguió la oportunidad de convertirse en el primer director musical de Menudo, lo que resultó en un cambio de velocidad en su quehacer musical. Una transición que realizó sin mayores problemas, gracias a su gran bagaje musical desde las primeras experiencias en su casa, donde escuchó música clásica; hasta Carlos Santana o Antonio Carlos Jobim. Con solo 21 años, fue director del grupo juvenil que revolucionó diversos rincones del mundo. Una experiencia única viajando por muchos países y al lado de grandes músicos y amigos como el bajista Eliseo Borrero.

Una nueva etapa se avecinaba para Suárez, quien incursionó junto al cantautor Alberto Carrión en elaborar música para anuncios comerciales. Precisamente, Carrión es quien lo conectó con el cantautor Glenn Monroig, una colaboración musical longeva de tres décadas.

“Guao… son 30 años colaborando con Glenn. Todo el mundo pensaba que no duraríamos ni cinco meses, porque ambos somos fuertes de carácter. Pero existe una afinidad musical increíble. Tengo muchas anécdotas junto a Glenn, pero recuerdo un concierto que hicimos en una ocasión en el teatro de Luisito Vogoreaux en la Calle del Parque. El concierto duró cinco horas (rio a carcajadas) porque realizó un segmento solo con su guitarra y todos salimos del escenario. Alguien, le pidió una canción y él, le dijo que, no podía tocar esa canción en la guitarra. Yo entré a escena y Glenn me preguntó, si la sabía y yo le dije, yo me las sé todas. Imagínate, fanático de Glenn desde antes de hacer su música… fue bien gracioso porque entonces se convirtió en un ‘challenge’ al seguirme preguntando, si me sabía una tras otra. El concierto duró como cinco horas”, dijo.

Contó que, el primer disco realizado junto a Glenn no fue precisamente una propuesta de Glenn, un proyecto para la cantante Lunna. Se llamó ‘Fuerza interior’, canciones escritas por el cantautor basadas en relatos que comunicados por Lunna. Una segunda oportunidad de trabajar junto a Glenn llegó y tampoco fue una grabación del cantautor, sino una producción discográfica para el cantante mexicano Emmanuel, ‘Ese soy yo’. Desde entonces, se mantiene de lleno en los proyectos discográficos y espectáculos musicales junto a Monroig participando como director musical y arreglista.

Otra propuesta interesante en que se destacó magistralmente con sus arreglos fue el proyecto de música de los Beatles para Big Band. Un concepto en que trabajó por mucho tiempo en la preparación de las partituras de temas como ‘Hey Jude’, ‘Yesterday’ y ‘Can’t Buy Me Love’, por mencionar algunos de los éxitos del cuarteto de rock británico.

Posee tres discos como solista entre los que se destacan ‘Family Portrait’ (jazz) y ‘Moods and Ambience’ (música electrónica).

“Estoy realizando unos trabajos junto al cantante Norberto Vélez. Estamos concluyendo el segundo disco de boleros. El primero lo confeccionamos con trabajos de compositores jóvenes -canciones inéditas- y el segundo con boleros interpretados por artistas fallecidos. Venimos recientemente -el fin de semana de Día de las Madres- de hacer un concierto con ese mismo concepto, donde fui el director musical. También, parto en unos días con Glenn para Colombia donde vamos a ir a tocar salsa”, destacó el músico que recordó las giras junto a Willie Colón y otros artistas.

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