Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Fue diferente. ¡Único en su clase! Una velada deliciosa, con una ambientación perfecta y una atmósfera que atrapaba… ¡Un tributo genuino!
“Grandes”, el proyecto músico-teatral para enaltecer las letras de los insignes compositores Pedro Flores (1894-1979/ de Naguabo), Rafael Hernández (1892-1965 / de Aguadilla) y Bobby Capó (1922-1989/ de Coamo), cumplió más que su cometido.

Miguel Ramos, Ricardo Rosado y Julio Enrique Court inundaron las redes sociales y medios con la promoción del concierto y deben estar complacidos porque llegó la audiencia ideal, que supo valorar y estremecerse con esas composiciones que han trascendido generaciones, siendo grabadas por tantos y tantos intérpretes.
Bajo la dirección musical de Carlos Cruz dio inicio “Grandes” justo a las 8:35 de la noche del sábado 13 de mayo en Moneró Café Teatro & Bar en Bellas Artes de Caguas.
Esta travesía entre letras memorables comenzó con un popurrí instrumental de “Preciosa”, “Piel canela” y “Querube”, mientras los artistas demostraron sus dotes histriónicos remontando al público -desde su entrada- a la época de los ’40 y ’50. Fue un gran acierto que los tres cantantes permanecieran juntos en tarima, mientras a nivel individual cada uno desnudaba el alma en la ejecución de un tema.
Verdaderamente fascinante resultó cuando -a lo largo del show- unieron sus voces en inolvidables canciones como “Irresisitible”, “Querube” y “Borracho no vale”, entre otras, respaldados por Manny Trinidad en guitarra y cuatro, Carlos Tato Sánchez en bajo, Edgardo Ríos en percusión y el propio Carlos Cruz al piano.

Pero, más allá de lo bien acoplado que resultaba el trabajo de los tres cantantes en conjunto, hay que resaltar las aportaciones que cada uno hizo individualmente para lograr el brillo alcanzado en esta respetable producción.
A Ricardo Rosado le tocó el primer turno de demostrar su cría frente a los veteranos Miguel Ramos y Julio Enrique Court y, por consiguiente, ante la gente. Lo hizo con “Bajo un palmar”, de Pedro Flores, evidenciando que – desde el inicio – la noche prometía…
Miguel Ramos pasó entonces a deleitar a todos con un magistral “Campanitas de Cristal”, de Rafael Hernández, recibiendo el primer “bravo” del encuentro artístico.
Con su acostumbrada fuerza escénica, Julio Enrique Court, el rey de “¡Vive la Bohemia!” -concepto con el que lleva presentando hace más de una década- cantó y convenció en “El Bardo”, de Bobby Capó. Antes habló del impacto del Teatro Puerto Rico en los años ’40 cuando las filas eran interminables para disfrutar las ofertas de entretenimiento y rememoró que “fue ahí donde se presentó uno de los ídolos de la época, Felipe ‘La Voz’ Rodríguez”, quien interpretaba el tema. De más está decir que la respuesta del público fue inmediata. Court cuenta con una audiencia cautiva que arrastra a todos los lugares que pisa.

Como preludio a juntarse los tres en “Irresistible”, de Pedro Flores, el talentoso Miguel Ramos recordó que en el ocaso de su vida el autor compartió con humildad que “‘yo nunca he escrito nada, yo nunca he sido poeta, yo no sé hacer música, no estudié música. Yo solamente recibí un mandato de Dios y escuché claramente en mi cabeza que Él me dijo, ‘ponte a escribir música para que la gente se divierta, te escuche y admires lo que tú escribes’. Ese fue nuestro gran maestro Pedro Flores”.
Gracias a su amplio dominio de la escena teatral, Miguel Ramos enriqueció en solitario la letra de “Obsesión” de Pedro Flores, para luego Ricardo Rosado emocionar aún más a los asistentes con “Piel canela”, de Bobby Capó.
El don de palabra de Julio Enrique Court -con el que puede “medirse’ cuerpo a cuerpo con Miguel Ramos- se evidenció al narrar en detalles cómo surgió el himno “Soñado con Puerto Rico”, también de Capó. Compartió que fue un domingo mientras Capó se quedaba solo en su hogar en Nueva York y su familia se iba a dar una vuelta. El autor entendió que no había escrito nada a la patria, como sí habían hecho sus amigos compositores y nos regaló esta poderosa letra de incalculable significado para el pueblo.

El “Querube” de Pedro Flores, tan escuchado en tantas voces, impactó a los espectadores cuando los protagonistas de “Grandes” la entonaron en la víspera del Día de las Madres, a quienes llamaron “reinas”, continuando con un popurrí de Capó.
Realmente, quien no llegó a “Grandes” se perdió una experiencia sinigual… La música de estos compositores quedó distinguida de principio a fin. La oferta incluía “Desvelo de amor”, “Lamento Borincano” y “Ausencia” -todas de nuestro Rafael Hernández- en voces de Ricardo Rosado, Miguel Ramos y Julio Enrique Court, respectivamente.
Rosado, Ramos y Court hicieron una versión sabrosa de “Borracho no vale” de Pedro Flores.
Con el mismo nivel de excelencia del inicio del show, Julio Enrique Court interpretó “Amor perdido” (de Pedro Flores), Miguel Ramos arrancó fuertes aplausos en “Sin fe” (de Bobby Capó) y Ricardo Rosado tuvo su mejor momento en “Despedida” (de Pedro Flores).
Después de “Juguete” de la inspiración de Capó -a cargo de Miguel Ramos- llegó el final, donde lo bueno se puso mejor, justo a las 10:00 de la noche… Los tres artistas causaron sensación en “Preciosa”, “Piel canela” y “Cumbanchero”, dando cátedra de que los “Grandes” compositores hay que reconocerlos siempre.
¡Aplausos!