Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El nombre de Luis Obed Velázquez es uno de los que más suena entre los productores teatrales en Puerto Rico por su gran talento escénico. Ha intervenido en “Érase una isla”, “Cuatro, Un Musical”, “Charlie, el musical”, “Cabaret”, “On your feet!”, “West Side Story” y “La Guagua Aérea”. También, ha hecho teatro realista particularmente en la universidad y producciones de corte infantil.

El talentoso artista, de 26 años, no puede olvidar su participación en “Cuatro, un musical’, comisionado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, que le abrió puertas de par en par en proyectos de ese tipo.
Luis Obed recuerda siempre un pensamiento de su amigo Luis Negrón. “‘Cuando la palabra no le es suficiente al artista, el artista canta; cuando la canción no es suficiente, el artista baila’. Fue una manera bonita de evidenciar algo que yo iba descubriendo a nivel práctico. Para mí, es como descubrir diferentes niveles de expresión. Cada nivel tiene una dimensión particular de aquello que queremos expresar y lo puedes tal vez transmitir de una manera más completa”, manifestó.
Puntualizó que el teatro musical ha sido “un oasis artístico porque puedo unir todos estos lenguajes, todas estas destrezas y disciplinas que cada una es un universo distinto, pero se mezclan y por eso creo que el público también ha quedado tan entusiasmado con los musicales. Son como tres titanes viviendo en un mismo escenario”.

Luis Obed admitió que ha dejado “una huella directa a mi alma” la producción “Cuatro, un musical”, donde caracterizó a “Samuel”. “Primero, para ponerlo de una manera un poco trivial, me colocó en el mapa escénico y artístico porque fue la primera pieza que protagonicé de teatro musical y tenía una carga vocal. En términos actorales tenía que construir ese personaje que era narrador, pero también participé de la historia al mismo tiempo. Había como una simbiosis extraña entre el pasado y el presente. Las historias que se estaban contando él las había escrito o empezado a escribir con su amiga de la infancia con quien se encuentra en el aeropuerto”, narró.
Destacó que “Cuatro, un musical” gozó de críticas excelentes por su gran impacto en el público por “ser una pieza original. Básicamente, esto lo escribe Miguel Rosa López desde su experiencia de la diáspora y de la nostalgia boricua de haberse ido y pasar la pandemia (del Covid-9) en el frío y la soledad de Nueva York y de querer regresar a la Isla y también a través de los desastres…Los arreglos musicales estuvieron a cargo de Juan Carlos Rodríguez y la coach vocal y co-compositora Michelle Brava”.

El reto mayor a nivel de canto, baile y actuación ha sido “West Side Story”. De inmediato, le cuestionamos si le tembló el cuerpo cuando en la función de estreno tuvo como espectadores a la multigalardonada estrella puertorriqueña Rita Moreno y a otro orgullo boricua, Lin-Manuel Miranda, a lo que respondió, “para ser completamente honesto, dentro del proceso creativo yo traté de pensar en eso lo menos posible. Ese factor externo a veces es contraproducente tenerlo demasiado presente… Cuando ya el producto está maduro, ensayado y casi listo para que el público lo pueda disfrutar, pues uno se rinde ante el trabajo y lo que viene luego es recibir toda esa retroalimentación no solo del público, sino también de personajes icónicos de nuestra historia y que han representado a Puerto Rico a nivel internacional. Una Rita Moreno, quien ha sido merecedora de todos los premios de la industria del entretenimiento americano… Fue un honor tenerlos allí. ¡Definitivamente! Pero, al mismo tiempo, soy de los que pienso que el arte siempre va a ser más grande que cualquiera de sus mensajeros. Yo, así como me rindo ante el trabajo y el sacrificio que mis compañeros y yo hacemos cuando hay una obra de esta envergadura, también me rindo al arte como fenómeno. Ayer fueron ellos, hoy seremos nosotros, mañana vendrán otros que nos reemplazarán… Obviamente, sin dejar de admirar y reconocer el legado que nos han dejado”.

El histrión mencionó, además, que en el caso de “La Guagua Aérea, el musical” donde interpretó a “Eunir” tuvo “el placer de decir las líneas de Eugenio Monclova. Cuando vi la película, creo que fueron las líneas más icónicas”.
Afirmó que musicales como “Cabaret”, “On Your Feet!” y “West Side Story” le permitieron acercarse más a la disciplina del baile.
Luis Obed no quiso pasar por alto que uno de los grandes aciertos que está teniendo en su carrera profesional es compartir con distintas generaciones de actores que lo han precedido. “Por ejemplo, poder ver trabajar a Gerardo Ortiz, a Magali Carrasquillo… Estos personajes que han labrado nuestro caminar artístico y, por decirlo de alguna manera, que yo pueda estar en la misma guagua con ellos… Gerardo estuvo en la película y es darse cuenta de que esta historia es digna de contar, que nos sigue pasando lo mismo”, expuso el joven, que estudió actuación en el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico.

El actor ha ganado elogios de colegas que aseguran que es un talento muy completo. En esa línea le preguntamos si tiene la mirada puesta en Broadway, a lo que comentó, “no lo descarto. Pero, al mismo tiempo, no me voy a limitar necesariamente al mercado norteamericano. Me gustaría explorar Europa, particularmente España. Como soy guitarrista pasé mucho tiempo obsesionado con el flamenco. Quise irme para el sur de España a estudiar como guitarrista de flamenco. Hay muchos intereses…”.
En su mente también da vuelta la idea de grabar un disco de boleros. “Quiero consolidarme como músico y cantante. Tener esas destrezas te permite ‘poner huevos en diferentes canastas’. Más allá de simplemente apuntar al teatro musical quiero seguir expandiéndome en todo lo que me pueda ofrecer cada disciplina… Definitivamente, en algún momento me iré a Nueva York a audicionar”, precisó aquel niño que en primer grado participó en un certamen de poesía en su natal Quebradillas, lo que le provocaba mucho miedo a hablar en público, y aun así se alzó con el primer lugar. Luego iba a competir a nivel regional, pero ahí sí los nervios lo dominaron.

Hoy Luis Obed jura y perjura que “soy un eterno aprendiz. Uno debe ser un eterno aprendiz. Nunca es suficiente con lo que se tiene. Soy amante de la lectura, me encanta la poesía, la filosofía, el misticismo. Creo que una clave para cualquier artista, más allá de querer serlo, es interesarse por la vida, porque al final es lo que vamos a representar en el escenario. Dos elementos importantes para mí son ser un eterno aprendiz e interesarme por la vida, aunque puedan ser complementarios”.
‘Bohemio Empedernido’ este sábado en San Juan –
Luis Obed estará el sábado 27 de mayo en el proyecto musical “¡Vive la Bohemia!” denominado en esta ocasión “2 Bohemios Empedernidos”, invitado por Julio Enrique Court, en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan.

Ambos artistas se conocieron en 2017 cuando participaron en el musical “Érase una Isla” en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, como parte del Teatro Repertorio. Aunque hay diferencia marcada de edades, Luis Obed hizo química de inmediato con el veterano cantante y actor porque “me consideran un alma vieja y suelo conectar con generaciones mayores a la mía. Compartimos canciones y gustos musicales… Nos reencontramos en ‘West Side Story’ y rápido hablamos de cuándo íbamos a cantar, a hacer una bohemia. Me llamó para el 27 de mayo dedicar una bohemia especialmente a las madres, pero puede ser un repertorio que yo conozca, y canciones de todo tipo”.
El talentoso intérprete adelantó que planifica cantar “Mi Regalo” de Sylvia Rexach. Ese no es el primer contacto sobre un escenario con la inolvidable compositora porque había intervenido en un concierto con Alejandro Primero y Aidita Encarnación por el centenario de Sylvia. Antes de eso, había conocido a Lío Villahermosa, quien fue el gestor de una primera experiencia en un encuentro cultural de un recorrido que él hizo por toda la avenida Ponce de León, y proyectaban imágenes de los ’40 y ’50, del Santurce de esa época. Por estaciones iban cantando temas de Sylvia”. (Luego grabó viñetas -para subir en las redes sociales- sobre Sylvia en procesos de creación junto a su entrañable amigo Tuti Umpierre, que interpretó, siendo audicionado por Lío Villahermosa).