Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El concepto “¡Vive la Bohemia!” del veterano actor y cantante Julio Enrique Court es una plataforma ideal para que tanto talentos experimentados como nuevos demuestren su arte a plenitud en un espacio íntimo como el teatro de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, ante un público ameno, pero igual de exigente.
Esa gran oportunidad la aprovechó de principio a fin el joven artista Luis Obed Velázquez, quien va trazando una carrera fructífera en el teatro puertorriqueño -siendo de los actores más solicitados principalmente en musicales- y gracias a su “alma vieja” es convocado como cantante por intérpretes ya probados.

El sábado 27 de mayo, Luis Obed Velázquez demostró en el espectáculo “Dos bohemios empedernidos” de “¡Vive la Bohemia!” que es un auténtico diamante que, al igual que esta piedra preciosa que resalta en una joyería por su brillo, transparencia y dureza, él lo hace en el teatro y otros escenarios con sus capacidades histriónicas y vocales, a las que se suman su carisma, transparencia frente al público, pasión, disciplina y vocación. Todos esos elementos más el talento lo convertirán, de seguro, en un artista completo.
El propio Julio Enrique Court, creador de “¡Vive la Bohemia!, lo tuvo de invitado especial llenándolo de elogios por ser un apasionado de las canciones con contenido, esas de grandes compositores que han trascendido generaciones.
“Es una alegría inmensa ver a un joven inclinado a este tipo de canciones”, afirmó Court, resaltando además que Luis Obed posee el don de la palabra, la presencia, el talento actoral y la voz. Pero, fue más allá en sus comentarios subrayando que, aunque no piensa en el retiro, a su compañero de escenario, “sería a quien yo le pasaría el batón en el algún momento de mi vida” para que continuara con el concepto de “¡Vive la Bohemia!”, a punto de celebrar sus 15 años.

Ante el aplauso de la selecta audiencia, Court recalcó, también, que Luis Obed, “¡no para de trabajar! Es de los primeros jóvenes actores de Puerto Rico”. Añadió, “que continúe con esto me haría tan feliz… Gracias por ser como eres, por tu talento…”.
Tras quedar enmudecido por unos segundos, Luis Obed comentó, “no sabes el honor que me haces”.
Lo más que sorprendió a los fieles seguidores de Julio Enrique Court en “¡Vive la Bohemia!” es que Luis Obed se convirtió en su invitado 132, y provocó, sin quererlo, que su excompañero de escena en las producciones “Érase una Isla” y “West Side Story” reconociera en él a un artista ideal para ser su sucesor en este proyecto que tanto atesora.
La velada de “Dos Bohemios Empedernidos” inició a las 8:43 de la noche, bajo la dirección musical del maestro Cuqui Rodríguez y la intervención del percusionista Gabriel Oliver. Hizo su entrada Julio Enrique con el tema “Imágenes” para luego expresar que siempre está pendiente del cuarto sábado de mes por esta cita con su público. Reveló que “¡Vive la Bohemia!” es su principal jangueo, ya que “la edad avanza y uno se va encerrando un poquito”. Habló del privilegio que tiene de que la gente lo respalde cada mes y algunos han sido asistentes asiduos por 15 años (13 de ellos en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, que celebrará en julio). “¡Es puro amor! ¿Qué más puede ser?”, cuestionó, mientras una señora gritó, “¡es talento!”. (Court identifica a la gran mayoría de los espectadores por su nombre o apellido).
Julio Enrique Court rindió homenaje, entonces, al español Raphael con el clásico “Qué tal te va sin mí”, compuesto por “el genio Manuel Alejandro”, puntualizó. Acto seguido, dedicó “Dos bohemios empedernidos” a las madres, indicando que perdió la suya (Yolanda) hace 15 años, sin embargo, “todos los días vive en mi mente… Si la tienes, ¡hónrala!, si no, también. ¡Las madres van siempre en el corazón!”.

Fue en “Perfidia” que Court se unió a Luis Obed, a quien conoce desde 2017 cuando actuaron en “Érase una Isla”. En broma y en serio, el joven histrión precisó, “fue amor a primer musical”.
Con Julio Enrique Court a su lado, Luis Obed deslumbró a los presentes en solitario en la melodía “Aquellos ojos verdes” (de Adolfo Utrera y Nilo Menéndez), recibiendo fuertes aplausos, Inmediatamente, prosiguió Court con “Fichas negras”, de Johnny Rodríguez.
El “alma vieja” de Luis Obed vibró al prestar su voz a “Nuestra Luna” de Sylvia Rexach, compositora de la que ha realizado varios proyectos durante su corta carrera. “Cuando escuché sus canciones no me pude despegar. Pensé que había vivido más de 39 años que fue cuando transitó”, admitió. Estuvo acompañado de su guitarra, como también lo hizo en el siempre sublime “Por siempre” y en el sensual “En la oscuridad” (de Rafael Solano, que popularizó el inolvidable Tito Rodríguez). Enfatizó que temas así han sido los de mayor influencia en su vida y que “disfruto cantar”. Fue impactante cómo los espectadores permanecían callados disfrutando sus interpretaciones.

Después de 47 años sin tocar guitarra -según confesó- Julio Enrique recurrió al instrumento de cuerdas de su amigo en “Solamente una vez” (de Agustín Lara). “Acostúmbrense, ahora todas las voy a tocar”, embromó.
Ambos artistas se pusieron a hablar de lo que significa “alma vieja”, como se describe Luis Obed, quien aseguró que en su generación ha sido incomprendido. Esto fue el preámbulo para cautivar con “El incomprendido” de Bobby Capó.
Los protagonistas de “Dos bohemios empedernidos” charlaron sobre el nombre para otra aparición juntos, que podría ser “Vive la Bohemia… Alma Vieja”, pero finalmente Julio Enrique precisó que el título más adecuado sería “iVive la Bohemia Vintage!”.
Para recordar la orquesta de José Luis Moneró la oferta musical incluyó “Olvídame”. Luego de cantarla, Julio Enrique indicó, “estas letras son increíbles… Quizás es que he vivido esto”.
A las 9:50 de la noche, “Vereda Tropical” dejó encendido el recinto para dar paso al intermedio y evidenciando desde ya lo que sería un ‘nocaut’ musical de Luis Obed por la reacción de la audiencia y de su “maestro” Julio Enrique.

A las 10:10 de la noche, Julio Enrique Court reapareció con “Alegoría”, como preludio animó a sus cómplices a cantarla con él.
Explicó que las bohemias van del llanto a la risa, del dolor al gozo, del gozo al dolor y del odio al amar, por los distintos matices que dominan el espectáculo que no solo debe ser musical.
Julio Enrique tranquilizó la algarabía que surgió en medio de la informalidad para cantar “Noche de ronda”, de Agustín Lara.
Luis Obed llegó destacando la presencia de “mi enamorada” y uniéndose al anfitrión de “¡Vive la Bohemia!” en “Querube”, de Pedro Flores.
El invitado 132, que más bien pareció en todo momento como un elemento fijo del concepto por lucir como pez en el agua, estremeció con “Mi regalo”, reafirmando su dominio de la guitarra.
Julio Enrique abrazó también las letras de Sylvia Rexach al seguir con “Y entonces”.
Estos bohemios empedernidos aprovecharon para hablar de sus experiencias en el musical “West Side Story”, donde Luis Obed tuvo que ensayar más las coreografías.
En tono jocoso el actor y cantante manifestó a Julio Enrique, “me voy a dejar la barba para ver si soy digno de ser el sucesor”.

La noche entraba en su etapa cumbre con “Bésame mucho” (de Consuelo Velázquez) en voz de Julio Enrique y “El breve espacio” (de Pablo Milanés) por Luis Obed.
Julio Enrique, quien lamentó que la bohemia llegara a su final, se despidió dando las gracias a Luis Obed por su voz, su presencia, su talento. “¡Estoy muy orgulloso de ti!”, dijo, para comenzar los dos a interpretar “Yolanda”, de Pablo Milanés, y luego el veterano actor regaló “A mis amigos” y “Me basta”.
El artista ante su responsabilidad –
Luis Obed Velázquez había participado en “¡Vive la Bohemia! hace algunos años en calidad de guitarrista de un invitado de Julio Enrique Court.
En un aparte con la Fundación Nacional para la Cultura Popular, el artista comentó que no esperaba que Julio Enrique expresara que a él pasaría el batón de su concepto “¡Vive la Bohemia!”. :¡Wao! Es una responsabilidad y, definitivamente, me impresionó. Creo que todo se hilvana con amor. Creo que el amor al final triunfa. Tendrías que preguntarle a Julio, pero creo que es lo que él percibe en mí con respecto a esta música, a la música del ayer. Es el respeto, el amor, es lo que provoca esta música que se tiene que mantener viva. ¡Se tienen que seguir cantando estos temas!”, apuntó.