Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El Certamen de Cuento Abelardo Díaz Alfaro tuvo un exitoso debut durante la segunda edición de la Feria Anual del Libro en Caguas, evidenciando la importancia del insigne escritor en la memoria de toda esta ciudad. El municipio cuenta, también, con estructuras o áreas en honor al autor como el Paseo de las Artes, una sala especial en el Archivo Histórico y su memorabilia en el Museo Casita Verde.

El ganador de la primera edición -con más de 70 participantes- fue el dermatólogo, pediatra y escritor José A. Rabelo Cartagena con el cuento “Último”.
Rabelo Cartagena mencionó, en entrevista con la Fundación Nacional para la Cultura Popular, que “cuando hubo la convocatoria recordé cómo él luchaba por nuestros ideales. Recordé cuando yo estudié ‘Terrazo’ (en intermedia), luego cuando hablé con él por teléfono para invitarlo a la escuela superior en español avanzado. Todo eso se me mezcló y pensé en la situación actual en que están vendiendo las tierras y las casas para los B&B. Me puse a ver una noticia acerca del último indio que murió de una especie y pensé qué pasaría si nosotros desaparecemos como puertorriqueños. ¡Eso me dio la premisa! Lo escribí hace como tres meses”.

El autor cayeyano ha publicado libros desde hace 25 años, mayormente sobre el ambiente, los valores y otros temas de lo que ocurre en Puerto Rico, pero de manera metafórica. Cultiva el cuento infantil y para público general, y novela para ambos tipos de lectores.
En la actividad, organizada por el Departamento de Desarrollo Cultural de Caguas, también salieron airosos los cuentos “Me morí” de José O. González Avilés (segundo premio) y “El hijo muerto es el tuyo” del exjuez Hiram Sánchez Martínez (tercer lugar).
El jurado del Certamen de Cuento Abelardo Díaz Alfaro estuvo integrado por Tere Dávila, Cezanne Cardona y el Dr. Emilio del Carril.
Contudente ponencia sobre ‘La resistencia en la obra de Abelardo Díaz Alfaro’ –
Los participantes del certamen que asistieron a la premiación se estremecieron la tarde del viernes 14 de abril con la ponencia “La resistencia en la obra de Abelardo” que hizo el profesor Juan Camacho, maestro de escuela elemental, escritor, ambientalista y luchador por la justicia social, de la que publicamos algunos extractos.
Luego de un recuento sobre las mudanzas de la familia de Abelardo -motivadas por su visión ideológica y por su compromiso y verticalidad con la patria en los momentos tan difíciles que se vivía- los primeros años escolares -teniendo que repetir el cuarto y el séptimo grado- y los estudios universitarios, Camacho fue profundizando en su obra, destacando que en 1947 publicó su libro “Terrazo”, una colección de cuentos y estampas del ambiente rural de la época que mostraban las angustias y las luchas de un pueblo en resistencia que se negaba a perder su identidad.

“El mismo año de su publicación obtuvo el premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña y otras distinciones. ‘Terrazo’ ha sido traducido a los idiomas inglés, checo, polaco, alemán, francés, italiano y ruso”, resaltó.
Destacó, además, que “si bien es cierto que en el País existía un ambiente de fatalismo y de resignación que no contemplaba posibilidad alguna de cambiar la realidad, no es menos cierto que varios sectores del país obraban de manera contraria, mostrando, aún en las peores condiciones, lucha y resistencia. Temas como la imposición de la ciudadanía, la guerra, la depresión, y otros, alentaban la resistencia, así como la presencia abierta de decididos puertorriqueños(as) organizados en el nacionalismo, que pasarían de la resistencia a la lucha frontal”.
El profesor Camacho puntualizó que “hay resistencia en el Josco, primero, porque se resiste a ceder su razón de ser, porque se resiste al yugo y porque se enfrenta en una lucha a muerte con el toro americano que pretende reemplazarlo, advirtiendo, de manera triste y dramática, las consecuencias de cambios contrarios a la vida y razón de ser de nuestro pueblo. Porque no es suicidio dar la vida en nombre u honor de una causa de conciencia”.

Poco a poco fue entrando en otros personajes de resistencia en la obra de Abelardo como “Peyo Mercé”, maestro de escuela en el barrio La Cuchilla. “Se resistía a seguir al pie de la letra las ‘últimas modas importadas de enseñanza’. Éstas les parecían a las hojas del yagrumo por lo cambiantes que eran”, precisó.
“El Pitirre, pequeña y esbelta figura que se posa en el filo esmeralda de la palma real, es otro símbolo de resistencia de Abelardo, mencionó.
Camacho, vasto conocedor de la obra de Abelardo, enfatizó ante los presentes, “es importante y necesario destacar, que la inconformidad y resistencia de los joscos, los domingos, los peyos, personajes fundamentales de la obra de Abelardo mantienen vigencia en estos días. Esto es así porque los problemas que enfrentaban, continúan hoy, aunque sea con algunas variaciones. El ataque a la cultura, al idioma, al pequeño agricultor; el menosprecio al campesino, el desplazamiento, la colonia, son problemas que persisten. Más aún, la colonia que otrora se perfumó y le dieron toques cosméticos en 1952, hoy esta descarnada y mostrada tal cual es, una realidad humillante que nadie puede negar”.