Aquel joven triunfador tras una ‘Fugitiva’…

A 60 años del éxito de la canción que lo convirtió en toda una revelación, Chucho Avellanet sigue vigente llenando escenarios con su voz.
Chucho Avellanet se presenta hoy domingo 12 de marzo, a las 4:00 de la tarde, en Moneró Café Teatro & Bar en Bellas Artes de Caguas en la tercera función de su concierto “Yo siento, yo canto”. *(archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Por Edgar Torres y Javier Santiago
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Cuando en los primeros meses de 1963 un joven mayagüezano llegó a la cima de la difusión radial con el tema “Fugitiva”, lo menos que el público pudo advertir fue la trascendencia que aquella voz tendría en la historia musical de Puerto Rico.

Armando “Chucho” Avellanet fue toda una novedad en aquella revolución musical que con guitarras eléctricas, bajo y batería comenzó la ofensiva rockanrolera de conquista por el gusto popular. Con apenas 21 años cumplidos, y una imagen sencilla y campechana, la juventud adoptó al artista que se perfilaba como la revelación indiscutible del año. Y con la corriente de moda que arropaba al mundo, el rock en nuestro idioma comenzó a surtir su efecto al aparecer en el panorama uno de los primeros ídolos del movimiento en suelo nacional.

“Fugitiva” fue labrando su ascenso a la cima desde el saque en enero de 1963. Si bien Chucho había debutado en las ondas radiales meses antes con “Canto por cantar”, fue “Fugitiva” la canción que editada en un disco 45 rpm bajo el sello Rico-Vox, llegó el 30 de enero al segundo puesto de las listas, superado entonces por “Chiquitina” en versiones de Monna Bell y Marisol (hoy Pepa Flores). Tras semanas de intensa batalla, el 27 de febrero el joven boricua se coronó en las listas. Y allí permaneció durante varias semanas, disputando su soberanía con temas como “El pecador” de Marco Antonio Muñiz, “El bimbi” de Joe Quijano, “El cigarrón” de Hugo Blanco, el sabroso “Pancho y Ramona” de Mon Rivera y la balada italiana “Al di la” de Emilio Pericoli.

Debut discográfico de Chucho Avellanet donde se incluye “Fugitiva”., tema que alcanzara el primer lugar de las listas en 1963. (archivo Fundación Nacional para las Cultura Popular)

Con el triunfo en la mano, Avellanet se convirtió en rey. Y como uno de los primeros experimentos del pop rock nuevaolero, dejó momentáneamente las serenatas y los boleros para seguir la senda que el Rey Midas de la nueva ola portoricensis le fue trazando. Ese toque de oro para Chucho se dio gracias a la inventiva y estrategia de Alfred Domingo Herger, joven arecibeño que en aquel momento animaba y producía el programa “Teenager’s Matinee” para el Canal 11, de Rafael Pérez Perry.

Herger, que apenas se asomaba a los 20 años, ya había pulido su ingenio en la radio, la prensa escrita (como columnista del periódico El Mundo) y en el entonces novedoso medio de comunicación: la televisión.

Con su carnet de periodista de El Mundo viajó a Filadelfia para entrevistar a Dick Clark, del legendario programa juvenil “American Bandstand”. Y con el permiso de éste, emuló su fórmula televisiva a nivel local, con los temas que le gustaban a los jóvenes de aquella época, competencias de baile y pequeñas entrevistas.

Según narra el propio Alfred, “Fugitiva” sonó primero en Puerto Rico en su versión original en inglés, titulada “Runaway”. El 12 de julio de 1961 el tema alcanzó la segunda posición en la lista de éxitos boricua. La composición, original del arreglista y productor Max Crook, grabada por Del Shannon, llamó la atención por el sonido agudo de un órgano eléctrico cuyo uso no era común en aquellos días. “¡El tema pegó en el mundo entero como ‘Runaway’!”, apuntó. Fue, entonces que al enterarse que en muchos países estaban grabando versiones en español de éxitos del rock en inglés, Alfred comenzó a indagar sobre la posibilidad de entrar en la corriente de moda.

“En aquel momento en Puerto Rico los músicos no estaban tocando rock ‘de verdad’ y los estudios no tenían la ‘malicia’ de cómo grabarlo… Ya la música americana estaba aquí bien pegada… Un joven judío que era dueño de un estudio de Nueva York me ofrecía los hits todos los meses para que yo sacara un elepé… Le pregunté entonces si me vendía la música sin el cantante. Lo convencí, y me traje mi primer rollito de pistas. La pista más destacada era la de ‘Runaway’; las otras estaban también buenísimas. De ahí salieron muchos artistas, de ese primer rollito”, expuso.

Su recibimiento en el programa “Teenager’s Matinee” tras su llegada del entrenamiento miliitar marcó su primer contacto multitudinario como ídolo de la juventud. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

El productor indicó que para esa época le había llegado un disco de Argentina que incluía “Runaway” en español. Allí la había grabado Jackie y los Ciclones, mientras en Chile habían hecho lo propio The Carr Twins.

En búsqueda de una voz para versionar los éxitos sajones al español Alfred vio a Chucho en un programa de Gaspar Pumarejo cantando boleros. Allí se anunció que estaría en una actividad que se presentaría en el Escambrón Beach Club. Sin perder tiempo, Herger llegó al lugar para conocerlo y hablarle del movimiento de la Nueva Ola. Hasta ese momento el mayagüezano aspiraba a seguir el rumbo en el bolero de figuras como Marco Antonio Muñiz y Lucho Gatica. Pero Alfred lo convenció… dio un giro musical a 180 grados… y lo demás fue historia.

Con las pistas que había conseguido el productor, Chucho le puso voz a los temas indicados. Como Herger laboraba en el Canal 11 de WKVM Televisión, llevó la canción a la estación radial de la empresa Pérez Perry. Allí trabajaba el disc-jockey Michelín Villalobos, quien se enamoró de ‘Fugitiva” y empezó a sonarla en la radioemisora que encabezaba una poderosa cadena de estaciones.

“¡Con esa canción empezó la Nueva Ola puertorriqueña! ¡Esa fue la carta de presentación de Chucho Avellanet!”, apuntó con determinación.

Alfred D. Herger le dio un giro total a la carrera del intérprete mayaguezano, convirtiéndolo en ídolo de la juventud puertorriqueña en la década de 1960. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Un reto estaba aún por verse según recordó el también psicólogo: en años de la guerra no declarada de Vietnam, el joven cantante había recibido alerta de que pronto tendría que cumplir con el servicio militar obligatorio. Tras asesorarse para encontrar una salida, Chucho entró a la Guardia Nacional lo que lo mantuvo lejos de la amenaza del campo de guerra.

En esos seis meses en que el novel cantante se encontraba en el adiestramiento, Alfred pudo “calentar la plaza” llevando a “Fugitiva” al primer lugar de las listas. Cuando Chucho reapareció entonces el también animador le hizo un recibimiento en “Teenager’s Matinee”, logrando abarrotar con seguidores el estudio de televisión, donde pudo cantar -vestido con un gabán- algunos temas, que ya figuraban en su primer disco de larga duración para el sello Rico-Vox.

“Fugitiva” catapultó al artista en aquellos inicios de la Nueva Ola nacional. Tras su reinado de varias semanas, el descenso lógico en el llamado “hit parade” no se hizo esperar. Pero en la semana del 10 de abril de 1963, mientras “Fugitiva” aparecía en el décimo puesto Chucho retomaba la ofensiva con una nueva canción. Así debutó “Magia blanca” en su voz en el quinto lugar de la lista. Y esta vez, la canción no sólo sería un éxito gigantesco para el cantante, sino también para el propio Alfred, cuya letra en español arropó el pentagrama de toda Latinoamérica en innumerables versiones.

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