Sube el telón… para seguir el legado

Gilberto, Edmundo y Sandrita toman las riendas de La Comedia Puertorriqueña tras la partida de la primerísima actriz, Sandra Rivera.
La inolvidable actriz Sandra Rivera (tercera de izquierda a derecha) en un compartir familiar junto a sus hijos Gilberto, Edmundo y Sandrita. (Foto suministrada)

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La compañía teatral La Comedia Puertorriqueña, fundada en 1965 por la fenecida actriz y productora Sandra Rivera, se ganó un sitial en Puerto Rico por sus altos niveles de producción y acertada selección de obras que han llevado un mensaje al pueblo, sin dejar de ser comerciales o rentables.

Luego de la partida física de su creadora, sus hijos Sandra Teres, Gilberto Rodríguez y Edmundo Rodríguez han tomado las riendas para continuar con el legado y sumar más producciones a las elogiadas piezas como “Los monólogos de la vagina”, “Eurídice”, “Amores, penas y ¿qué me pongo?”, “Boleros para los desencantados”, “La prueba” y “Red”, entre muchísimas otras. Ahora le toca el turno a “Paseando a Miss Daisy” (Driving Miss Daisy, de Alfred Uhry), en cartelera desde el 24 de febrero en el Teatro Victoria Espinosa en Santurce, protagonizada por Marian Pabón, Willie Denton y Jimmy Navarro. Luego de afrontar el proceso de duelo tras la muerte de Sandra Rivera en 2021, los hermanos optaron por llevar a escena la galardonada obra que obtuvo el Pulitzer en Teatro -adaptada luego a película siendo merecedora del Oscar- “Paseando a Miss Daisy” , texto que ya su madre tenía en mente presentar en cartelera cuando estuvo activa. (Alfred Uhry ganó un premio Oscar en la categoría de Mejor Guión adaptado por la versión al cine de su obra “Driving Miss Daisy” en 1989, la cual fue protagonizada por Jessica Tandy, Morgan Freeman y Dan Aykroyd. Tandy se alzó con el Oscar a la Mejor Actriz ese año por su interpretación de “Daisy”. La cinta también fue premiada en las categorías de Mejor Película y Mejor Maquillaje).

Gilberto A. Rodríguez y Sandra Teres producen para La Comedia Puertorriqueña la obra “Paseando a Miss Daisy” que sube a escena el próximo viernes 24 en el Teatro Vitoria Espinosa de Santurce. (Foto suministrada)

Sandra Teres señaló, en entrevista con la Fundación Nacional para la Cultura Popular (FNCP), que La Comedia Puertorriqueña evoluciona con los tiempos, pero la selección de obras seguirá fielmente la línea de su fundadora de “siempre escoger un buen texto, con un mensaje relevante y educativo. Que tenga un tema universal y todos puedan conectar. Que los estudiantes puedan ver otra mirada y crezcan una vez salgan de la sala del teatro, que conmueva y sea entretenida. Eso mami pretendía con su compañía y lo lograba”.

Ya La Comedia Puertorriqueña tiene cinco piezas en agenda para llevar a escena. Los productores tramitan unas fechas para noviembre de este año.

Sandra Teres mencionó que durante toda su vida permaneció consciente de la labor de su madre como actriz y productora. “En mi casa se hablaba de arte, de teatro, de escenografías, de dramaturgos, poetas, músicos. Creo que orgánicamente uno va entrando a las labores de la compañía. Cuando llegábamos al teatro, que hace muchos años no había cuidadores (para los hijos), pues nos pasábamos correteando por los pasillos… Mami nos pedía barrer el escenario y cuando había dos funciones, buscar café a los actores… Eran maneras de emplearnos indirectamente. ¡Lo hacía para que nos sintiéramos útiles!”, relató.
Su primer trabajo oficial en la compañía fue en taquilla, luego aprendió a organizar los vestuarios por escena, y cómo leer un texto y analizarlo.

La productora está convencida que lo más que enriqueció su ruta en el teatro fue verse rodeada de grandes obreros del teatro y el quehacer cultural en general. “Fue enriquecedor y maravilloso, porque luego cuando uno lo toma más en serio y entras a la universidad tienes a esos increíbles diseñadores y directores como tus profesores, como fue Dean Zayas, Gloria Sáez (íntima amiga de su madre), Myrna Casas. No lo tomas solo porque es orgánico, sino desde un punto de vista más serio y real”. Aprovechó para revelar que de esas tres figuras que ya no están, “aparte de que eran unos intelectuales del teatro, también eran grandes maestros. Tenían una manera de enseñarte sin sentirte que eras menos. ¡Te llevaban de la mano! Te daban mentoría en las clases. Obviamente, Dean en la actuación y dirección, Myrna en la dramaturgia y Gloria con el diseño de vestuario. Gracias a Gloria, muchas veces Gilberto y yo hacemos el escogido de vestuario para las obras”.

La artista tiene “en remojo” su faceta de actriz, sí hace trabajos con la voz, en producción tras bastidores en cine y en la parte creativa en comerciales. “No he vuelto al ruedo actoral. Eventualmente lo haré, pero mientras produzca ahora quiero tratar de dedicarme bastante tiempo a eso”, apuntó.

En 1999 Sandra Teres compartió la escena con su progenitora en la obra “Actrices” que se presentó en el Teatro Tapia del Viejo San Juan. (Foto suministrada)

Llena de emoción, la joven productora respondió cuál es el mayor legado que dejó en ella su mamá. “Ella era una humanista. Con una cosmovisión muy grande y siempre nos inculcó a que tengamos mucho respeto por el arte, los compañeros, por el trabajo. Que no abandonemos esa parte humana que nos conecta a todos sea fuera o dentro del teatro. Me decía que siempre le diera oportunidad a las nuevas generaciones”, detalló conmovida.

El pasado año -lejos de la escena teatral activa por el luto y reestructurando la compañía- Sandra Teres vio un resurgir al abrirse las salas luego del cierre obligatorio por la pandemia del Covid-19. Subrayó que “el teatrero y el artista en sí son magos”, a la vez que ha percibido el apoyo masivo del público. “¡Qué lindo que el arte esté uniendo nuevamente a todos los seres! Tenemos que salir, tenemos que vivir, tenemos que retomar nuestro espacio…”, sostuvo. Los hijos de Sandra Rivera quieren también llevar sus producciones a distintos escenarios del País para que llegue a más gente.

Gilberto Rodríguez reafirmó, en tanto, lo expresado por su hermana, de que llevarán a escena, “obras puertorriqueñas e internacionales de buena calidad, que aparte de entretenidas tengan un mensaje y puedan educar al público”.

Mencionó que su madre vio la película “Driving Miss Daisy” y le fascinó, tanto que siempre le hubiera gustado haber interpretado a “Daisy Werthan”. “Recuerdo que antes de ella enfermarse se comunicó con Myrna Casas para ver si tenía la versión que había hecho. Nunca se hizo el proyecto, porque se enfermó. A Sandrita (Sandra Teres) siempre le gustó esa obra. Ahora estamos en la etapa de presentar una obra pequeña y una grande. Tenemos producciones programadas para los próximos 10 años que, como le dije a Sandrita, es lo que nos queda (viable en producción)…”, sostuvo.

Gilberto percibe un ‘boom’ teatral, como ocurrió en los años ’80. “Vas a ensayar al Centro de Bellas Artes de Santurce y está el calendario lleno. Te encuentras a todo el mundo trabajando. A veces no se consiguen suficientes actores o técnicos. ¡Es increíble! Parece que por ese año y medio que la gente estuvo encerrada quiere ver todo en teatro”, dijo.

Los productores ya tienen cinco proyectos en agenda para la compañía teatral. (Foto suministrada)

El productor siempre admiraba a su madre Sandra Rivera por sus múltiples “sombreros” en teatro y televisión a nivel profesional, con los que podía cumplir gracias al respaldo de familiares. “Ella siempre tenía una producción en todos los festivales teatrales. ¿Cómo coordinaba? ¡No sé! En esa época no había celulares. Ella despertaba y se acostaba pegada al teléfono. Ya de quinto grado en adelante, ella nos educó acompañándola a los escenarios, ayudando a recoger la utilería. Recuerdo cuando había doble función que nos mandaban a buscar la comida y el café de los actores. Poco a poco, sin darte cuenta, te vas entrenando”, comentó. (No puede olvidar el “gran trabajo” de los escenógrafos y utileros).

Gilberto Rodríguez permanecía callado escuchando las conversaciones de los pilares del teatro, como la directora de vestuario Gloria Sáez. “Aprendí muchísimo de ellos, sobre todo en estética. Gloria Sáez nos enseñó el buen gusto, lo que funcionaba y no funcionaba. ¡Era gente brillante! Yo desarrollé un hábito en la lectura, pero nunca al nivel de ellos. Yo iba a casa de Gloria Sáez y había libros por dondequiera, lo mismo Dean Zayas y Vicky Espinosa (Victoria). Recuerdo que mi mamá tenía cinco libros en la mesita de noche. Esos seres siempre estaban recomendando libros. Mi mamá leía su próxima producción, una biografía porque le encantaban, algo de poesía y otros libros. Ella siempre estaba buscando su próxima producción. Se acostaba tardísimo leyendo y haciendo números… Gracias a Dios quien heredó eso fue Sandrita. A mí me toca bregar números y propuestas porque tengo mucha paciencia para esbozarlas. Los números me cuestan, me dan dolor de cabeza. Ahora mismo acabo de terminar una propuesta, y la cabeza me iba a explotar porque revisé los números, los repasé varias veces”.

A Gilberto Rodríguez le preocupa que la nueva generación en el teatro no haya tenido la oportunidad de aprender de esos maestros de la escena como Victoria Espinosa, Gloria Sáez, Dean Zayas y Myrna Casas, ni haber compartido con actrices del calibre de Lucy Boscana y Madeline Willemsen.

“No sé qué va a pasar. Creo que a esta generación y la mía nos queda como unos 10 años de movilidad porque es bien difícil. La energía que estamos dedicándole ahora a ‘Paseando a Miss Daisy’, yo no la voy a tener en 10 años. Debes hacer de todo, desde cargar muebles, reunirte con el escenógrafo… Esta generación no sé si hace de todo, como la generación de Myrna Casas y de mami (Sandra Rivera) que hacía de todo. ¡Ellos sabían de todas las áreas!”.

El productor terminó diciendo que están dándole importancia con La Comedia Puertorriqueña a desarrollar audiencias, como la estudiantil para que esté más expuesta al teatro y no solo las obras que estén en el currículo del Departamento de Educación.

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