Héctor Maisonave en el quehacer musical

El legendario y visionario promotor de espectáculos y artistas dejó huellas imborrables en Nueva York y diversas partes del mundo.
El salsero fallecidoTito Rojas comparte un cariñoso saludo con Héctor Maisonave. (Foto suministrada)

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

A principios de la década de 1960, el promotor de espectáculos y artistas Héctor Maisonave (30 de junio-1930 en Barceloneta, Puerto Rico / 13 de diciembre de 2022 en Nueva York) revolucionaba a son de música y baile diferentes puntos de encuentros en Brooklyn, Nueva York. El legendario y visionario puertorriqueño impulsaba encuentros de baile en un momento donde la industria musical era eje de la actividad social en ‘La Gran Manzana’.

Lo que no sabía en ese momento Maisonave era que sus propuestas de bailes y espectáculos abrirían puertas prolíferas a crear un espacio vital en esa época dorada de la música. Acompañado por su creatividad, dinamismo, visión y confianza, comenzó a forjar un gran camino.

“Fue como en 1960 o 1961 que empezó a desarrollar sus bailes y espectáculos. Eran tiempos en que muchos clubes funcionaban a través de membresías. Muchos puertorriqueños se reunían a jugar dominó, realizaban fiestas, cumpleaños y celebraciones familiares. Hasta que mi padre decidió hacer un baile entre sus conocidos. Ese fue el comienzo”, narró vía telefónica, Ana Maisonave, hija del legendario promotor.

Héctor Maisonave (al centro) en compañía de La Lupe y Tito Rodríguez en Village Gate de Nueva York. (Foto suministrada)

“Empezó así, desarrollando bailes pequeños que con el tiempo fue incrementando y expandiendo sus ideas y presentaciones. Repartía por el barrio, negocios y las muchas casas de discos que existían, la promoción de los bailes. Era una época en que se vendían mucho LP y en todas las equinas había tienda de discos y diferentes negocios”, recordó.

Maisonave continuaba en ascenso con sus ideas y proyecto y se lanzó la aventura de organizar un baile en una barra-restaurante en Brooklyn. No fue sorpresa que abarrotaran el lugar. La fructífera experiencia le dio mayor confianza y el siguiente paso fue un baile de mayores proporciones.

“Ya sabía que se podía y nada lo detendría. Llegaron los bailes masivos y la oportunidad de planificar giras al complejo vacacional Las Villas en Newburgh y Plattekill, Nueva York. Esto fue tremendo. La gente viajaba en autobús… llegaba a Las Villas. Podían bailar con orquestas en vivo. Por un módico precio tenían transporte, comida boricua -arroz con gandules- y baile. Esto fue un verdadero éxito. Se llenaba tremendamente. Hasta El Gran Combo tocó en ese lugar”, contó detalladamente la hija del promotor.

Los bailes organizados por Maisonave tomaron fama y eran esperados. Un salón inmenso de un hotel en Brooklyn combinaba diferentes y múltiples orquestas en una misma noche. Se alineaban grandes figuras del momento como Joey Pastrana, Joe Bataan, Joe Cuba, Johnny Colón y Willie Colón en ofertas quilométricas que duraban hasta las 4:00 o 5:00 de la mañana.

De igual manera, desarrolló conciertos en barcos por el río Hudson hasta llegar a ‘Bear Mountain’ o Montaña del Oso en barcos o botes nocturnos llamados ‘Moonlight on the Hudson’.

Con el tiempo, no se limitó a formarla solo en Nueva York, sino que amplio su propuesta por diferentes países.

El promotor boricua destacado en Nueva York, fue Gran Mariscal de la Parada Puertorriqueña en Filadelfia. (Foto suministrada)

Tras el éxito de sus propuestas bailables y espectáculos, entró al área de asesorar y representar artistas. Gran cantidad de esos músicos eran sus amigos y le llevaban preocupaciones, inquietudes y dudas sobre sus carreras, contratos o compromisos.

“Podemos decir que se adentró en esta otra faceta manejando a Joe Bataan. A mi padre le gustaba ayudar y no soportaba injusticias… en ese tiempo, los artistas tenían diversas situaciones con las compañías disqueras, porque conocían muy poco sobre el negocio. No sabían de promoción, publicidad y a veces, ni sabían lo que habían firmado o negociado en sus contratos. Entonces dijo, voy a representar artistas. Ahí comenzó a trabajar con Tito Rodríguez, La Lupe, y otros. Luego hizo lo propio con Héctor Lavoe -durante su carrera como solista- Oscar D’ León, Jerry Rivera y Luis Enrique por mencionarte algunos. Fue otra etapa muy buena para mi padre”, señaló con nostalgia.

“Tenía carácter y se ganó respeto. Siempre enfatizaba en lo importante que era granarse el respeto. No toleraba el abuso. Era un hombre sabio, con mucha visión y tenía conocimiento de cómo desarrollar un artista. Los protegía, defendía y estaba siempre delante de las cosas, porque era un visionario”, terminó narrando Ana Maisonave.

Muchos conocedores y personas que vivieron los años gloriosos de Maisonave, detallaron que organizó miles de bailes, conciertos y espectáculos a través del mundo. Lo que comenzó con un baile entre conocidos y explotó en barras-restaurantes, Las Villas, hoteles y botes, afloró en ‘Maisonave Management’ con una amplia propuesta de presentar eventos, promover talento, promocionar conciertos, asesorar sobre derechos de autor; y demás asuntos en la industria musical.

El también exsoldado que batalló en la Guerra de Corea recibió la Medalla de Oro otorgada por el Congreso de los Estados Unidos, como parte de Los Borinqueneers. Entre múltiples reconocimientos, obtuvo en 2010 el ‘Lifetime Achievement Award’ en Lincoln Center; y participó de Gran Mariscal en la Parada Puertorriqueña en Filadelfia y ‘New York City Three Kings Day Parade’.

Don Héctor vivió nueve décadas. Nació en Barceloneta y creció en San Juan. Buscó y encontró su camino. Se vio obligado a dar un giro a su vida al trasladarse a Nueva York junto a su hermano, tras quedar huérfano a muy temprana edad. Enfrentó nuevas opciones con su tía y las aprovechó. Soñó, luchó y se trazó metas. En compañía de su esposa e hijas (Ana y Mildred) buscó su espacio y atesoró la industria musical, la que hizo parte indispensable de su vida.

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