Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Cuando, en una conversación, surge el tema de obras de extensa duración, fuera de los parámetros de lo que se considera “normal”, lo primero que nos sonríe es la saga de 14 (en algunas ocasiones 15 o 16) horas de duración, del genial compositor alemán Richard Wagner, “El anillo del Nibelungo”. De inmediato, el diálogo nos hace entender que la conversación no gira en torno a la ópera, sino al teatro. Entonces hay que recordar que las obras de teatro de más de cinco horas de duración comenzaron a ponerse de moda antes de la pandemia, posiblemente (aunque no probablemente) en rebeldía por el auge que sigue teniendo el micro teatro.
Entre los muchos ejemplos de obras de algo, mucho más, que extensa duración que podemos enumerar, sobresale “Monte Olimpo”, del dramaturgo belga JanFabre, la cual dura 24 horas seguidas. Vale la pena destacar que “Monte Olimpo” comprende 33 tragedias griegas, en una versión muy particular. En 2014, el director francés Thomas Jolly escenificó un estupendo “Enrique VI”, de William Shakespeare, de 18 horas de duración. En 2009, estrenó “La casa de la fuerza” de la dramaturga Angélica Liddell, una obra de cinco horas y media. Elevantor Repair Service (ERS), compañía neoyorquina de teatro experimental, estrenó en fechas recientes, Gatz, obra de seis horas de duración, donde se lee, de rabo a cabo, la novela “El gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald.

Esta, todavía leve, tendencia excéntrica del siglo 21 tuvo precursores a fines del siglo pasado, y si rebuscamos, sabemos que encontraremos muestras desde antes del más allá. En 1995, se estrenó en Francia “La servante”, de Olivier Py de seis horas de duración y en 1985, se estrenó en España “Mahabharata” de Peter Brook y Jean-Claude Carrière, de más de 10 horas de duración, por mencionar solo dos. Algo que han tenido en común esas puestas en escena descomunalmente largas, es el éxito, ya que han recibido elogios de la crítica y el público las aclama.
En enero de 2023, Puerto Rico podrá vivir la experiencia de una obra de extensa duración, “Zayek, la Saga Teatral”. La pieza, que tiene cinco actos, que serán presentados durante dos días en distintos horarios, es escrita, producida y dirigida por una joven puertorriqueña, que cuenta con 14 años de trayectoria. Fue con ella que sostuvimos la conversación.
Irma Liz Hernandez Carmona formó su nombre artístico de su segundo nombre (Liz), y fundió su segundo apellido (Carmona) con el primero (Hernández), para crear Liz Carher.
“Me puse ese apellido para que en un futuro las personas me pregunten de dónde salió tu apellido y yo contestarles que soy, orgullosamente, adoptada y que mi seudónimo es una honra hacia mis padres. Quizá ellos (mis padres) no entiendan totalmente lo que yo hago, pero son los primeros que se sientan en primera fila, y sin ellos yo no estuviera donde estoy. Me encanta decirlo y quiero inmortalizarlo de una manera artística”, explicó Liz.
Carher, casada con Yeshmuel Almodóvar Santana, desde 2017, nos habló de su fascinación con las películas de Disney desde pequeña. Tal vez por eso, desarrolló, el mismo año de su boda, un espectáculo inspirado en Disney, que estrenó en el quinceañero de una joven con autismo, y lo presenta, totalmente libre de costo, en distintos escenarios.
La dramaturga, directora, productora y actriz, nació el 10 de febrero de 1994 y es oriunda de Naguabo. La joven es dueña de una hermosa sinceridad, muy espontánea, por lo cual no siente vergüenza de decir que en 2009 no se graduó de noveno grado porque se colgó en español y matemáticas, y en 2010, volvió a colgarse en matemáticas, por lo que tuvo que tomar clases de verano. Pero no nos confundamos al sacar conclusiones superficiales por lo anterior. Liz es brillante. Liz no es una mujer ingenua de la cual es fácil sacar ventaja. Liz es un ser humano emprendedor, determinado y genuino; una talentosa artista, muy creativa y disciplinada, que no se detiene ante nada. De la misma manera que no titubeó para describirse humana, como parte de esa humanidad, la joven reconoció su genialidad, y nos dijo con aplomo que, en 2012, cuando contaba con 17 años de edad, dejó de esperar que un director la “descubriera” y decidió “descubrirse ella misma”. Ese fue el año en que fundó su compañía, Victorious Theatre Inc., y la registró en el Departamento de Estado. El mismo año escribió, produjo y dirigió su obra “Equinox”, la cual estrenó en 2013, en el teatro Ramón Rivero (Diplo) en Naguabo.

Desde entonces, la dramaturga no ha cesado de dar a la luz sus proyectos. En 2013 escribió y estrenó sus obras “Vida” y “Romanelli”. En 2014 surgió “Chasier”. En 2016, escribió “Zayek”, que subió a escena en la Universidad Sagrado Corazón, en el teatro Diplo de Naguabo, en el teatro Rafael Castro Pereda en Juncos, y en el Arcelay de Caguas.
Cuando llegó el encierro que forzó la pandemia en 2020, la joven, que había firmado contrato con una casa editora para publicar “Zayek”, vio en el encierro una preciosa oportunidad.
“Gracias a la pandemia descubrí mi amor por el libro y la saga teatral. Ya tenía un contrato para hacer el libro, pero no estaba satisfecha. Lo que tenía es lo hoy es el quinto acto, el cual, aunque estrenó en 2016, empecé a gestar en 2014. La pandemia me dio la oportunidad de mejorarlo. Tenía deseos de hacer algo más grande, y surgieron cuatro actos más. Trabajé con entusiasmo porque me enamoré de las historias”, contó la escritora.
“Zayek” toma su nombre de un país, que en realidad es una colonia, donde viven personas controladas por políticos y religiosos, a base de la manipulación. En “Zayek “prevalece un sistema represivo, donde hay diferencias marcadas entre las clases sociales y los marginados están estigmatizados. Aunque Carher se reconoce como creyente cristiana, lanza dardos al fanatismo religioso y político. “No está mal creer en algo”, nos dice: “El problema es cuando ese algo se utiliza para controlar a las personas; eso lo ves en la sociedad, y en el ambiente inmediato. Yo viví la represión religiosa. Mi abuela practicaba una religión fundamentalista, ella era dama de esa iglesia, yo la acompañaba”.
El libro “Zayek” de la casa editorial Publicaciones Gaviota, tuvo cuatro presentaciones, en 2022. La primera fue en la casa de la abuela de la autora, el 21 de julio. La segunda fue en Casa Norberto, el 25 de agosto. La tercera fue en la Primera Feria internacional del libro en Río Piedras, el 30 de octubre. La cuarta fue en la Biblioteca Alejandrina Quiñones en Ceiba, 18 de noviembre. “Zayek” está disponible en Casa Norberto de Plaza Las Américas.

Después de haberle entregado el libro a la casa editora, surgió “Génesis”, una obra (acto) de 15 minutos que es, en realidad, la primera de la saga. Aunque no aparece en la publicación, las personas podrán apreciar la obra cuando la obra estrene en enero del año entrante.
Los cinco actos (obras) que forman “Zayek, la Saga Teatral” (El Génesis, Ignis Deus, Aura Caelesti, Aurum, Argixel), tienen acertijos y sorpresas enredadas en el contenido, como acrósticos y alusiones a unas cuantas religiones. “Tuve que leer mucho sobre religión y política para desarrollar mi obra. Investigué el chamanismo, el islam e iglesias cristianas protestantes”, informó Carher.
Cuando le preguntamos si la saga tenía como constante un personaje que hilvanara la secuencia a través de los cinco actos, Liz respondió, que la historia se sostenía por medio de una familia y sus generaciones.
La autora nos había informado que en “Zayek” ella recurre al realismo mágico. El término que define este movimiento, acuñado por el crítico de arte alemán Franz Roh, en la década de 1920, aún ejerce una poderosa fascinación en los jóvenes. El realismo mágico, con excepcionales exponentes en nuestra literatura, como Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Laura Esquivel, y Gabriel García Márquez, entre otros dioses, se adhirió al ADN de Latinoamérica, sobre todo al del Caribe, donde Macondo es la ley.
“El realismo mágico se refleja en lo que es la historia de “Zayek”, porque los elementos mágicos, o fantásticos, son parte de la normalidad. Los seres fantásticos son aceptados socialmente. La fantasía y la realidad coexisten y eso se entiende como normal. En cuanto al tiempo, yo exploro la ruptura de planos temporales, la mezcla de tiempos. Uso el realismo mágico para que sea un espejo de lo que se vive en el mundo, para que se vean las acciones. Otra cosa es que en el realismo mágico las criaturas sufren metamorfosis. En esta saga, también, y eso se verá en el escenario. La diseñadora de luces, María Esther Muñoz, está trabajando conmigo en unos efectos especiales para esos fines”, explicó Liz antes de explicar que, como hay tantas palabras poco comunes en sus cinco obras (actos), añadió un glosario, el cual aparece en el libro.
A estas alturas, le comentamos a la entrevistada que lo que ella estaba contando, además de fascinante, parecía costoso. Al escuchar lo anterior, Liz Carher, visiblemente emocionada, se le quebró la voz: “El municipio de Naguabo está auspiciando la obra. La alcaldesa, honorable Miraidaliz Rosario Pagán, tiene mucho interés en exaltar las Bellas Artes en el pueblo y apoyar a los naguabeños destacados. Ella dice presente en todas las actividades. A mí me apoya desde antes de que ella llegara a la alcaldía. Se me salen las lágrimas cada vez que recuerdo el día en el cual me entregó la bandera del municipio y me dijo que yo era la cara del teatro de Naguabo. Por mi parte, siento como misión ayudar a los demás, así que ofrezco talleres libres de costo para el pueblo”.

Liz es una apasionada conversadora, que ama la vida y respeta el potencial de cada cual, porque reconoce el propio. Cree en ella de la misma manera que cree en los demás. Fue encantador y esperanzador escucharla: “Me encanta lo que hago. Me encantaría fomentar el amor, el respeto, la empatía hacia las personas que piensan diferente a mí. Soy creyente, pero por mi vida. Un día, en 2014, cuando yo tenía 20 años de edad, alguien me dijo que todos los cristianos eran iguales. Eso me conmocionó, porque no es verdad. Tampoco todos los musulmanes son iguales. Buenos y malos los hay en todas partes porque de eso se trata la humanidad. Lo que pasa es que la gente se enfoca más en lo malo que en lo bueno, y las buenas acciones casi nunca sobresalen. De eso se trata mi teatro. Yo creo que el teatro, más allá de entretenernos; puede unificar vidas”.
“Zayek, la Saga Teatral”, producida por Liz Carher para Victorious Theatre Inc., y por Omar Moreno para One Voice Entertaiment, Inc., con una duración total de ocho horas y media, abraza a 45 actores. Entre los mismos figuran, Israel Solla, Caroline Vanessa Alicea, Javier Pastrana, Ricardo Magriñá, Luis Javier López, Jorge Antares, y Héctor Sánchez Rius. La escenografía es de Keyshla Mata y el vestuario de la propia autora.
La obra (o los cinco actos-obras), se ha ensayado desde septiembre de 2022 y estrenará en enero de 2023 en la sala Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes de Santurce, en horarios diferentes durante dos días: 28 de enero, Parte 1|El Génesis & Ignis Deus (3:00pm); Parte 2| Aura Caelesti (7:00pm); 29 de enero, Parte 3|Aurum (3:00pm); Parte 4| Argixel (7:00pm).
Sentimos mucha curiosidad y no nos perderemos una sola de las cinco funciones. ¡Nos vemos allá!