Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
“Ay, Carmela”, del dramaturgo español José Sanchis Sinisterra, producción de En buena compañía, Inc., que cerró el Segundo Festival de la Comedia en el Teatro Braulio Castillo de Bayamón, fue la obra que fuimos a ver el pasado sábado 29 de octubre. La pieza, recipiente del Premio Max al Mejor Autor Teatral en Castellano en 1999, fue escrita en 1986 y estrenada en 1987. La celebración de los 35 años del estreno de “Ay, Carmela” se celebró en Puerto Rico con esta representación, que, a la vez, celebró los 20 años del estreno en nuestro archipiélago. En aquella ocasión, protagonizaron José Felix Gómez e Idalia Pérez Garay.
“Ay, Carmela” es, antes que nada, el título de una canción que relacionamos con la Guerra Civil Española (1936-39), pero que se compuso a inicios del siglo 19. La cantaban los soldados españoles que lucharon en Guerra de la Independencia Española y fue recuperada por los soldados republicanos en la Guerra Civil. La melodía también fue utilizada, por seguidores franquistas.

Simplificar la explicación de un conflicto crea confusiones irresponsables que colaboran con el caos. Las diversidades de un país tienen que ser consideradas cuando se trata de entender asuntos bélicos. No obstante, no mienten los que afirman que, en la Guerra Civil Española, los republicanos, apoyaban al gobierno del presidente Manuel Azaña Díaz (elegido democráticamente), que a la vez era apoyado por comunistas, anarquistas, obreros y campesinos; y que, los nacionalistas, encabezados por el general Francisco Franco Bahamonde, apoyados por los burgueses y clases altas, eran apoyados, a la vez, por los fascistas de Alemania e Italia. En 1939, los nacionalistas le dieron un golpe de estado al gobierno y quedó Franco como dictador. Recordamos lo felices que se sintieron un sector significativo de los españoles, cuando, después de la muerte del absolutista, en 1975, un movimiento netamente español llamado “Destape” le dio la vuelta al mundo.
Lo anterior puede brindar un halo tenue de luz al momento histórico que ronda el extraordinario texto de Sanchis Sinisterra. El autor, nacido en Valencia en 1940, defensor de los desafortunados y desdeñados, es dueño de un estilo único que funde la vanguardia con la tradición, y es uno de los dramaturgos más representados y laureados de España.
Es posible que “¡Ay, Carmela!”, titulada a veces como “Elegía de una guerra civil en dos actos y un epílogo”, sea la obra más representada de José Sanchis Sinisterra. Sin duda, recordamos la película homónima de Pedro Almódovar, en 1990, basada en el libreto de Sanchis, la cual, dicen, no fue dilecta del autor.

El dramaturgo lanza su tesis con el siguiente argumento: Carmela y Paulino son artistas de una revista de tercera que se presentan en la España republicana de la Guerra Civil. Por un error al cruzar líneas, son tomados prisioneros de los nacionalistas y se ven forzados a representar un espectáculo que burle a la república y a unos soldados que van a ser fusilados, en Belchite. En forma espontánea, Carmela invierte la burla, por lo cual es fusilada. Paulino se consuela con las visitas del fantasma de Carmela. A través de retrospecciones y el diálogo recibimos la excelente propuesta del dramaturgo, una insuperable ensalada de lo glorioso, lo vulgar, la gracia, la mordacidad, la materialidad y lo fantástico.
Los personajes están bien delineados. Paulino es amilanado y sumiso. Carmela es, naturalmente, honrada y compasiva. Con esas definiciones, y sin emitir juicios que censuren la naturaleza humana, el autor presenta su comentario sobre el carácter de la mujer.
Con toda la fidelidad al autor, el director Miguel Vando trazó una ruta inteligente, sofisticadamente creativa, que mantuvo el alto interés del público en las, un poco más de dos horas de duración de la pieza. El montaje logró una hermosura visual con elementos mínimos, y simbólicos, como el tocadiscos.
El diseño escenográfico y de vestuario, también de Vando, mantienen complicidad, en colores, cambios e identificación eficaz, con sus propias intenciones.
El trabajo del director con los actores es la estrella de su propuesta. Ambos, Yamaris Latorre y Braulio Castillo, logran mantener, de rabo a cabo, un acento español creíble hasta la médula, sin descartar las emociones y reacciones en cada situación. Como Paulino, Braulio Castillo ofrece una interpretación muy sincera que destaca lo divertido con toques de acertada ternura. La falta de valentía del personaje logra nuestra compasión. Castillo aprovecha cada segundo que le ofrece Paulino.

Yamaris Latorre se transformó, impresionantemente extraordinaria, en Carmela, ágil, certera, salerosa, profunda, espontánea, real, dramática y a la vez, sencilla. La actriz no acepta un segundo de descanso, no se pone límites en su actuación. Como bailarina y cantante es, sencillamente deliciosa. Nos cautivó desde la entrada a la salida. ¡Laureles de oro para la frente de esta excelente actriz!
Con los actores y el director, también aplaudimos a Ana Sánchez Colberg, directora de movimiento. De la misma manera aplaudimos a Leonardo Aguilú y a Ronald Borrás, por el diseño de luces; a Carlos Muñoz por su diseño de maquillaje y peinados; a Chenan Martínez por la música, banda sonora y diseño de sonido, elementos importantísimos en este montaje; y a la regidora de escena, Jack Mari Ortiz, porque su trabajo se encargó de que las piedras preciosas de la corona no se cayeran.
Completan el equipo, Rudeth León (realización de vestuario); Sonia Ramírez y Virgen J. Ruiz Robles (asistentes de vestuario); Pedro José Rivera (asesoría vocal); Zailyn Cuevas (utilería); Dayaneira Rivera (técnica de luces); Ahmed Illich (tramoya); Rey Effecto (visuales de publicidad y fotografía); Wilda Santamaría (relaciones públicas y publicidad); Manuel Portela y Osvaldo Luis Cintrón (asistentes de producción) y Awilda C. Cintrón, (producción ejecutiva).
“¡Ay, Carmela!”, sin duda, cerró con broche de oro el Segundo Festival de la Comedia en el Braulio Castillo de Bayamón, que regresó bajo una producción general de Ulises Rodríguez de Teatro Caribeño Inc. para empresas 4Vientos, administradores del Teatro Braulio Castillo. El Festival estuvo dedicado a la primera actriz puertorriqueña Marian Pabón. La ocasión eligió como beneficiaria a la Beca Estudiantil Albert Rodríguez, de la Fundación Raymond Gerena. Esta iniciativa se creó para impactar a estudiantes con rezago económico del Programa de Producción de Espectáculos del Departamento de Teatro de la Universidad Del Sagrado Corazón. ¡Aplausos para los productores conscientes del legado a los sucesores y a los productores que se ocupan de la calidad en las presentaciones! ¡Qué sean muchos más los festivales y las buenas acciones!
Estaremos en primera feliz en el Tercer Festival de la Comedia en el teatro Braulio Castillo en Bayamón, el próximo año.