Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La creatividad y quehacer musical-artística de la cantautora Zoraida Santiago no toma pausa. Luego de jubilarse en diciembre pasado de su trabajo como profesora de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto Rico (UPR), se autoimpuso otros encargos. Su apego a la creación de letras, atracción por la investigación; y relanzamiento de su primer proyecto discográfico como solista -versión CD y en plataformas digitales- acaparan gran parte de su día a día.
“Luego de terminar mi labor como profesora en la UPR, me he dedicado a continuar trabajando en una investigación sobre la Nueva Canción Puertorriqueña en donde estoy haciendo entrevistas y todo lo que conlleva una labor investigativa. Precisamente, estoy por publicar un artículo en una revista española… Estoy sacando información poco a poco… Eventualmente, pienso escribir algo más completo. Pero eso tomará algún tiempo, porque existe mucho material para leer e investigar”, expresó Zoraida Santiago vía telefónica desde su residencia en La Parguera.

La conversación dio un giro retrospectivo y viajamos a su niñez, cuando cantaba y fue descubierta por el cura de la parroquia.
“Un día, me puse a cantar y el cura de la parroquia me escuchó y me reclutó para cantar en la misa. Era entonces, la nena que cantaba en la parroquia. Canté todos los domingos hasta que entré a la universidad y me revelé (manifestó entre carcajadas). En la universidad cambió mi percepción del mundo y comencé a escuchar a Roy Brown, Antonio Cabán Vale y Andrés Jiménez”, recordó.
Comentó que un disco importante fue ‘Yo protesto’ de Roy Brown. Se aprendió todas las canciones y a partir de ese momento, se inició en la compra de discos de Violeta Parra, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, trova cubana y música latinoamericana. De esta manera, se adentró al movimiento de la Nueva Canción.
“El primer concierto de Joan Manuel Serrat (cantautor y poeta español) en el teatro de la Universidad de Puerto Rico, para mí fue definitorio. Ver a este joven cantando poemas de Antonio Machado fue un descubrimiento de gran emoción. Me dije, eso es lo que yo quiero hacer. Y todavía no me había planteado la posibilidad de cantar con mayor seriedad. Estaba estudiando antropología y la canción era algo que me gustaba hacer, pero todavía no me había planteado esto de trabajar con la música”.
La artista pasa por un año de bonanza en lo que se refiere a presentaciones y conciertos. Ejemplo de esto, la participación en la puesta musical de Roy Brown, ‘Distancias’ en Bellas Artes de Santurce, en el pasado mes de abril -reseñado por la Fundación Nacional para la Cultura Popular- y más recientemente, el concepto del mismo concierto en el Hosto’s Arts Center de Nueva York.
“Por otro lado, sigo componiendo poco a poco para un proyecto musical que vendrá pronto por ahí,
en su momento y realizado sin prisa”, destacó Santiago que durante el tiempo pandémico ha legado los sencillos que se pueden acceder en YouTube y las plataformas digitales, ‘Nostalgia de la alegría’ y ‘Extraño’.

Sobre los momentos de inspiración o musa, esos instantes donde sus versos y prosa convergen con melodías, explicó cómo trabaja y se autodisciplina.
“Hay veces que la inspiración llega y otras son autoimpuestas. Pienso que, si no saco el tiempo, nunca va a llegar. Es un trabajado integrado que hay que realizar. La mayor parte de mis canciones comienzan como poemas. El poema se va transformando según voy buscando la manera de musicalizarlo. A veces llega la inspiración… Otras veces el tema puede ser sobre lo que está pasando a mi alrededor y tengo que expresarlo. En ocasiones digo, voy a trabajar esta letra o esta música. Una combinación de la disciplina de sentarse a trabajar y la necesidad de hacer cosas”, señaló la creadora de producciones discográficas exquisitas como ‘Canción sublevada’, ‘Del sueño al hecho’, ‘Retratos’ y ‘Algo más que rabia’.
Un colaborador cómplice, indispensable y necesario en sus proyectos, es su hermano, el gran pianista y arreglista Tato Santiago. Siempre dispuesto en acompañarla en sus andanzas y retos musicales.
“Ahora mismo, estoy trabajando con mi nuevo bebé. Un bebé de 1984. Acabo de relanzar mi primer LP que publiqué en 1984, ‘Tiene que ser la Luna’. Está próximo en llegar en formato de disco compacto y también estará disponible en todas las plataformas digitales. Había un reclamo por parte de la gente, que preguntaba por este trabajo. Ahora estará disponible”.
Entre las propuestas que Santiago ha emprendido durante su carrera mujsical, se encuentra la musicalización de los poemas de Julia de Burgos. Labor que realiza desde hace mucho tiempo. Fue ‘Casi Alba’ el primer poema de la poetisa carolinense, que trabajó.

“Esa fue la primera canción con los versos de Julia que hice. Roy Brown me pidió que la grabáramos como parte de un disco, que terminó llamándose precisamente, ‘Casi Alba’ del grupo Aires Bucaneros. Había redescubierto a Julia en Nueva York, donde compré sus libros y rápidamente pensé que sus poemas eran canciones. De hecho, muchos de sus poemas los tituló canción. ‘Canción sublevada’, ‘Canción hacia dentro’, ‘Canción desnuda’… Para mí, todo esto fue como un llamado. Era una época en que toda Latinoamérica y en España, se rescataban a los poetas. El movimiento de la Nueva Canción Catalana… A parte de todo lo que pasó en América Latina de musicalizar a Guillén, Neruda, Martí y las canciones basadas en poemas”, expresó Santiago que, junto a Roy, Pablo Nieves y Carl Royce formaron parte del grupo Aires Bucaneros.
Explicó que se habían musicalizado a Luis Lloréns Torres y otros poetas. Que Roy Brown era quien más se destacaba nacionalmente en enfatizar sobre esa encomienda.
“Un trabajo que ese tiempo no conocía era el de Brunilda García, que laboró con los poemas de Julia. Una poeta que no aparecía en la discografía de la nueva canción y música popular. Me dije, tengo que hacerlo por la calidad impresionante de sus poemas”, dijo la artista que viene de una familia musical.
La cantautora expuso que su trabajo con Julia fue incrementando y constantemente en desarrollo. En la primera grabación discográfica como solista musicalizó ‘Te llevarán’. En el disco ‘Canción sublevada’ grabó tres poemas más, y en sus discos, siempre incluye a Julia. Para la conmemoración del centenario de la poetisa en 2014, realizó una antología con los versos que había musicalizado y adicionó otros.
Como parte de la tertulia y en una retrospección momentánea, Zoraida recordó que, en su hogar, la música fue parte del quehacer diario. Su padre -Domingo Santiago- cantaba con orquestas y grupos en su juventud; y junto a sus hermanos, entre ellos Tato y Coqui Santiago -una crianza de siete hermanos- escuchaban desde música clásica; hasta canciones de tríos.
“Un día le dije a mi mamá que deseaba aprender piano. Me llevó con un profesor de piano y luego, mi abuela apareció con un piano que compró con sus chavitos ahorrados de su pensión de maestra jubilada. Primero empecé yo, después le siguió Tato y todos mis hermanos. Mami conocía a doña Consuelo Corretjer, quien iba a casa a darnos clase de piano uno a uno detrás del otro. Definitivamente, la música fue parte integral de nuestra crianza”, concluyó diciendo la cantautora.