Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Fusión Jonda deslumbró a su público. Durante una década, el conglomerado musical fundado y liderado por el cantante y guitarrista Juan Luis Romero muestra con poderosa mezcla rítmica en estilo y vanguardia, el mensaje melódico que desean comunicar. Con la presentación en el Teatro Tapia del concierto ‘Fusión Jonda: 10 años de Romería’ quedó evidentemente claro, la madurez y amplio desarrollo musical del grupo. Un encuentro de validez, entrega y pasión que puso de pie a los asistentes y hasta los obligó a mover sus cuerpos desde las butacas.

El domino en escena tanto de música, bailes y poesía urbana enlazó con efectividad la base inspirada por el flamenco. Chispa principal que logra converger nítidamente con cante jondo, bulerías, bomba, son montuno, ritmos árabes, urbanos y hasta pizcas de jazz. El sonido del grupo fue sólido, acoplado y exquisito, bien adornado por los bailes, luces y la escenografía que complementó con una pantalla gigante de fondo que reforzaba con vídeos y ricos visuales.
Desde el inicio el grupo logró hipnotizar. Un arranque de Romero –en la parte vocal- haciendo galas del cante jondo, demostrando sus destrezas que posteriormente fue reforzado por la imponente presencia de la bailaora Patricia Muñiz. Un momento emotivo que dio paso a la fusión de bomba y expresión urbana con el baile de Cary Martínez Cepeda, Mario Cepeda (barril de bomba) y Javier ‘Insurgente’ Velázquez con la poesía urbana. Luego de ese encuentro, la tarima se encendió en ritmos, cadencia y sabor. En el tema enlazaron efectivamente las voces de Nayka Vallejo y Juan Luis Romero.

El corte ‘Tírate que está llanito’ abrió brechas a la pieza siguiente que con el trabajo del veterano Sabú Rosado en la percusión sirvió de antesala a los movimientos corporales de la bailarina de fusión tribal, Indra Brugueras. En los cortes siguientes es necesario destacar el sonido fuerte e intachable de Dario Tabales (trompetista) y Joey Torres (trombón) que sonaban como una presencia de cuatro músicos en tarima en vez de dos. La cadencia rítmica y sabrosa del violinista Guillermo Peguero, brilló toda la noche con su tremendo dominio e improvisaciones.
Fusiones con salsa, aires árabes y de la India, creó el ambiente para Jorge Morales y sus tablas indias; que luego desembocaron en un corte dedicado al poeta y dramaturgo español Federico García Lorca, donde Ángel Quiñones mostró quilates con el cuatro puertorriqueño. El virtuoso de las cuerdas, se destacó también, en la guitarra y requinto. Las tablas árabes (Rosado) y las indias (Morales) sentaron presencia toda la noche en compañía del repique del cajón de Henry Rodríguez que marcó con elegancia.

El recuerdo del declamador puertorriqueño Juan Boria conocido como ‘el faraón del verso negro’ se hizo presente al compás del toque del barril (Mario Cepeda), baile de Cary Martínez Cepeda y aire urbano de Insurgente Velázquez.
‘Djobi, Djoba’ fue punto de lanza para en una versión con un poco de salsa, La combinación de voces de Juan Luis y Nayka y la colaboración de la bailarina de fusión tribal, Valeria Rodríguez fue estupenda. Un solo de trombón de Joey Torres lo selló con un toque especial.
La fuerza de los metales se unió a la magia de los teclados de James Fraschetti –músico más nuevo del grupo- para formar la rumba flamenca ‘Calixto’ una lírica sabrosa de Romero que encendió la tarima. El afincado acompañamiento de Wilfredo Dávila ‘el canela’ (batería) y el bajista William ‘Pipo’ Torres establecieron el compás y la base rítmica que estuvo presente en todo el espectáculo. Es importante recalcar la contundente participación de la bailaora Patricia Muñiz, quien se destacó con efectividad en todo momento y mostró dominio y clase en ascenso sin tregua.

Luego de la despedida y culminación del espectáculo, Romero y lo integrantes de Fusión Jonda regresaron al escenario ante el pedido de la gente, que sabía faltaban los conocidos y pegajosos temas ‘Que no, que no’ y ‘Chócamelo’. Un público eufórico por el regreso de la banda, pedía las canciones y los acompañó en los coros desde los asientos.
En fin, un espectáculo mágico que logró su cometido -disfrutar con su gente de Puerto Rico tras las varias incidencias vividas con huracanes, terremotos y pandemia- un rico y exquisito junte que demuestra el desarrollo brutal y acoplo del conglomerado, que conectó realmente con los presentes.
Resultado emotivo, placentero y victorioso para un músico como Juan Luis Romero que ha trabajado duro por lograr estos resultados… Bendiciones que definitivamente comparte en memoria de sus progenitores. El mensaje fue claro, que hay Fusión Jonda para buen rato.
