‘Bodas de sangre’ en sólida producción

La excelente presentación del clásico del inmortal Federico García Lorca celebra el 40 aniversario de Producciones Aragua.
Alba Nydia Díaz y Jorge Luis Ramos reciben el aplauso del público que llenó la Sala Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes de Santurce. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El teatro de Federico García Lorca (1898-1936) es de los más representados, no solamente en el ámbito hispano, también en el internacional. Dado el centenario de nuestra gloria teatrera, Victoria Espinosa (1922-2019), y por los vínculos existenciales que la directora forjó con el teatro del dramaturgo español, en este año, en todo Puerto Rico, son muchas las representaciones que hemos visto, y faltan por estrenar, de Lorca: “El público”, “La casa de Bernarda Alba”, “La zapatera prodigiosa”, “Así que pasen cinco años”. El fin de semana pasado, fue el turno de “Bodas de sangre”, en el Centro de Bellas Artes de Santurce.

La ocasión celebraba los 40 años de Producciones Aragua, Inc. Desde hora y media antes de comenzar la función, el público, reunido en el vestíbulo del Centro, estaba eufórico. La función era libre de costo. La casa estaba llena y algunos se quedarían sin poder entrar. Florentino Rodríguez, presidente y fundador de la compañía, recibía a las personas en la puerta de entrada a la sala Carlos Marichal. El jueves 20 de octubre, día antes del estreno oficial, en una función privada para la prensa y amigos, se le había rendido homenaje al productor por haber presentado más de 50 producciones teatrales, televisivas y educativas, en 40 años de trayectoria. El domingo, cuando fuimos a ver la obra, Rodríguez mantenía ese brillo de nervios mágicos que anteceden a un gran acontecimiento.

El ‘rapport’ entre Jonathan Cardenales y Alba Nydia Díaz arropó la audiencia en este montaje dirigido por Miguel Diffoot. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

El productor dedicaba la ocasión, conforme a sus palabras en el programa de mano: “… a dos figuras del teatro que me brindaron siempre el apoyo y nunca me dejaron solo. Mi amada profesora y mentora, Victoria Espinosa, quien me inculcó el amor y el respeto y la disciplina en el teatro… y la profesora Gloria Sáez, quien me diseñó y vistió con elegancia con elegancia y sabiduría…” ¡Honor al mérito!

Federico García Lorca tiene cautivo el corazón de todos los teatreros, poetas, lectores y público que lo conoce. La historia del dramaturgo español conmueve hasta el tuétano; su poesía es fascinante y su teatro, con muchas posibilidades de montajes, da vida a unos personajes que son el sueño de cualquier actor. Lorca embruja desde su nombre.

“Bodas de sangre” se define como una tragedia en verso y en prosa. Fue escrita en 1931, y estrenada en 1933. Se cuenta que el autor se inspiró en una noticia real del periódico. Básicamente, es la historia de una boda en un campo de España. La novia, a punto de contraer matrimonio, continúa enamorada de Leonardo, un antiguo novio. Este hombre está casado con una prima de la muchacha, y tiene un hijo con ella. Leonardo es el único personaje que tiene nombre propio en esta obra. Su familia es responsable de la muerte del padre y el hermano del novio, y la madre de este no ha perdonado. La novia huye con Leonardo después de haberle dado el sí en la iglesia al novio, y, si no lo saben, es imaginable, los dos chicos a fuerza de hacer lo que dicta un absurdo código, con principio incierto, que nadie detiene (fomentado por las propias mujeres), se matan a cuchillazos entre sí. Las féminas se quedan solas, vestidas de negro, con velas encendidas en las manos. La historia es novelesca y real, suficiente para agarrar a cualquier público. El comentario del autor es mordaz, atrevido, audaz; es bellísimo, además.

El impetuoso Leonardo fue caracterizado atinadamente por el actor Israel Solla. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Nuestro primer encuentro con la escenografía (teatro arena a tres lados) fue certero. Un solo árbol, telón diseñado por Felix Vega, era el único elemento fijo en escena. El árbol se convertía en virtud de las luces de Quique Benet, para los distintos propósitos del montaje. El resultado de esas dos combinaciones (luces y decorado) produjo una estética atractiva muy de acuerdo con la belleza que Lorca inspira. Al momento de nuestra entrada, las ramas del árbol, bañadas con luces de colores cálidos, parecían ser, una mujer acostada con las piernas levantadas, o una mujer de pie con los brazos al aire.

Después de la tercera llamada, Roberto Ramos-Perea, socio de Florentino Rodríguez, se dirigió al público para darle la bienvenida. Manifestó sentirte satisfecho, y muy orgulloso, por la calidad, que estaban mostrando los montajes teatrales en Puerto Rico, en cuanto a los textos y realización.

Entonces comenzó la obra. La guitarra (Alberto Rodríguez), que no debe faltar en todo lo que pretenda ser Lorca, y la Muerte (Cristina Sesto), además de ubicarnos en un espacio donde un árbol es tan solo la puerta, auguró el montaje de Miguel Diffoot, sensible, creativo, directo, con un tráfico escénico de buen ritmo, lindas composiciones, y excelente uso de los espacios, en la tierra y en el cielo del escenario. Diffoot añadió a su montaje su inspiración en el trabajo del pintor español Julio Romero de Torres (1874-1930), e incluyó en la obra el famoso pasodoble, “La morena de mi copla”, compuesto por Alfonso Jofre de Villegas Cernuda y Carlos Castellano Gómez, en 1929. El trabajo del director con los actores fue efectivo.

En esta puesta en escena, dedicada a Victoria Espinosa y Gloria Sáez, la actriz Mariana Quiles supo bordar el personaje de una novia con todas sus contradicciones. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Como la Muerte, Cristina Sesto se presentó irreconocible, sencillamente extraordinaria. Hemos visto crecer a esta actriz desde sus comienzos hace más de 20 años. La aplaudimos de pie.

Una profunda, poderosa, sensacional, Alba Nydia Díaz, prestó todo su talento, cuerpo, voz, intención, a la extraordinaria Madre que encarnó. ¡Qué gusto nos dio verla en nuestros escenarios! ¡Que se repita!

Jonathan Cardenales, como el Hijo de una madre a quien no quisiéramos enfrentar, resultó digno y convincente. El rapport entre Díaz y Cardenales arropó la audiencia con el embrujo sin remedio, consecuencia de ese toque esencial que no se da siempre entre los pares de una escena. ¡Bellísimo!

Leonardo, impetuoso, enérgico, rendido al amor de una mujer con quien no se casó, encontró un buen intérprete en Israel Solla. Su antagonismo fue evidente desde el primer momento.

Mariana Quiles supo bordar a una atractiva, sincera, delicada y fiera a la vez, Novia, envuelta en las nubes de la fatalidad por el dolor de un amor, escandalosamente prohibido, pero demasiado común, en una sociedad cerrada.

Cristina Sesto representó a la Muerte, mientras Alberto Rodríguez enmarca la  escena con las cuerdas de su guitarra. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Jorge Luis Ramos, con su presencia, el uso exacto de su voz, y sus desplazamientos escénicos, nos agrada siempre. Verlo en escena como el Padre, no fue la excepción. Maricarmen Avilés, impartió su belleza, veracidad y credibilidad a la Mujer de Leonardo. La exquisita Luna, vital en la poesía y el teatro de Lorca, tuvo un intérprete exquisito en Bryan Villarini, ágil de cuerpo y palabra, pletórico de columpios y lucesitas.

Uno tras uno, nos enredaron en éxtasis actores, diseñadores y elementos de este montaje. Aplaudimos a Linnette Torres (Suegra), Jaysi Rodríguez (Niña), Vanessa Alicea (Vecina), Sonia Rodrígue (Criada); Guisseppe Vázquez, Rubén Rosario, Elieced Román (Mozos y Leñadores); Belkis Colón, Astrid Ayala, Nubia M. García, Jaysi González (Muchachas). Aplaudimos de la misma manera a Raúl de la Paz (coreógrafo), a la maestra de maestros Gloria Sáez (vestuario), y a Miguel Vando (vestuario de la novia y la muerte).

Completan el equipo, Edd Aponte (diseño y confección vestuario de la luna); Florentino Rodríguez (coordinador de vestuario); Guisseppe Vázquez (coordinador de utilería); Rubén Rosario (utilero); Natalie Droz y Luis Miguel Roldán (efecto especial); Javier del Valle (fotos de publicidad); Luis Alvarado (artista gráfico); Nubia M. García (percusión); Bryan Villarini (maquillaje y peinados); Miguel Difoot (dirección y montaje vocal); Cristina Robles (asistente del director y regidora de escena).

El elenco y el público reconocieron la labor de Florentino Santana por 40 años de labor con Producciones Aragua. (Foto Alina Marrero para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Pondremos laureles de oro en la frente de Florentino Rodríguez por hacer historia en nuestros escenarios con esta, y todas las producciones, que ha desarrollado en su trayectoria de 40 años. Con estos laureles también honramos a todos los productores de teatro en Puerto Rico, quienes, contra toda adversidad, procuran la prolongación del oficio.

Las funciones de “Bodas de sangre” continúan este fin de semana, en el Centro de Bellas Artes de Santurce, el viernes 28 y sábado 29 a las 8:00 p.m. y el domingo 30, a la 1:00p.m. y a las 4:00 p.m. La Sala Carlos Marichal acomoda solo 200 personas. La entrada general es libre de costo. No se hacen reservaciones, las personas que deseen ver la obra, deben estar presente. Los boletos se repartirán desde hora y media antes de comenzar la función. La espera vale la pena. No se la pierdan.

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