Por María Odría Jiménez
Si una de mis mejores amigas me pide que haga algo, yo lo VOY a hacer. Ni temo, ni pregunto, ni titubeo.
Y eso me pasó anoche cuando mi hermana Gisela me escribió: “Sé que no te gusta BB, pero es necesario que veas esto”. Y me manda un enlace.
“Rayetes” -me dije-, con todo y “roleo de jójos”. Pero sin pensarlo dos veces me fui a ver el vídeo de “El Apagón”.
Antes de contarles mi opinión, coja un respiro, porque como es usual en mí, voy pa’ largo y empiezo con un necesario prologuito:
🙄 Prologuito –
Los que me conocen y saben de mi experiencia artística-musical (no voy a entrar en detalles) están al tanto de que nunca me ha gustado el “rap”, ¡imagínense el “trap” o el reggaeton! Y aunque sé que el arte es algo subjetivo, para mí la MÚSICA tiene que tener un conjunto mínimo de parámetros. Algo así como melodía, armonía, afinación, dinámica, arreglos, letras. BUENAS letras. Lo demás, los posibles “side orders” como el “look”, el “savoir-faire”, ser “buena persona”, son una buena oferta para añadir al “combo”. Pero yo necesito el menú completo.
Ahora vamos al vídeo.
📹 ‘El Apagón & the rest’ –
Bad Bunny hace y vende lo que a nadie se le ocurre hacer. Se propone con su usual sencillez para luego presentar un par de las dramáticas situaciones que vivimos en la Isla: desde el frágil sistema eléctrico, hasta el desplazamiento de los nuestros, que tanto le hace sospechar a uno que existe un “Killing Me Softly Project” en programa desde hace años. Para lograr esto, BB no usa modelos como super Zuleyka en La Perla pa’ distraernos. ¡No qué va! Aquí están el flaco, el nenito en la motora, la doña vestida en bata detrás del portón de su casa pobre.
Es después de una sección que llamaría sin más ni más: “La Jodedera” (vaya pa’ que vea), que se escucha una voz sutil y hermosa, como una sirena cantando (y encantando):
🎵”Yo no me quiero ir de aquí
que se vayan ellos, que se vayan ellos” 🎶
Con todo y una especie de música “lounge” con el estribillo que se pega.
😍 Oh yesss, ¡se pega como un pop-mantra! Es el LEIT MOTIF, el objetivo y el TODO: Que lo cantes, que te entre en el tuétano justo ahí, donde te duele la estrella solitaria. ¡Ouch, coño! ¡Qué lindo!
Entonces arranca el documental –
NO soy seguidora de Bad Bunny, pero es imposible no notar cuánto el hombre está usando su posición magnífica para GRITAR por cada uno de nosotros, los dolores, las frustraciones, la desesperanza que nos está habitando y los abusos que llevamos viviendo. Todo “as is”, porque cuando el dolor ya se arrastra desde hace años, uno abandona las peticiones y exige los derechos; ya entonces uno no canta, sino que se “ejgalilla”. Y no se baila sino que se perrea. Ya uno deja las finuras y se tira pa’ la calle’r medio.
Admito que me sigue molestando tanta mala palabra junta y tanto besuqueo pa’ tó el mundo (les quiero recordar que me crié entre gays, trans y lesbianas, así que calma “people”), porque me parece que esta manía de intensificarlo todo con el deseo de “normalizar”, está saliendo “trasquilá”. (Mis dos chavos prietos y claro que puedes diferir).
Por mi parte, nunca dejo de preguntarme qué habría sido de mi vida si se me hubiera ocurrido cantar: “Me gusta el @#$%* de Puerto Rico”. (mira pa’llá, hasta rima más! 😂 ) No solo a Carmita le habría dado un “yeyo” y mi familia me habría renegado, sino que el País jamás me lo habría perdonado y se me habrían negado todos los espacios artísticos posibles. Ya de adolescente tuve que pasar por productores que me dijeron que “me vestía extraño” y una productora que me dijo que “estaba gordita”. 😠
¡Qué fantástico habría sido entonces poder contar con un Cañoneo Mediático a lo Bad Bunny para abrir los caminos de los muchos que quisimos presentar alternativas! Bad Bunny tuvo suerte, pero hay que agradecer su generosidad en compartir su espacio con artistas a los cuales posiblemente no habrían dado “break” ni tan siquiera hoy en día, porque PueLto Rico sigue cerrao pa’ muchas cosas.
Yo ni canto ni escribo con el lenguaje “badbónico” pero comprendo que se haya vuelto el grito irreverente de nuestros jóvenes boricuas sin luz para estudiar, sin médicos para curarse, con calles destrozadas, con menos escuelas y becas, asfixiados por infiltraciones religiosas, desprotegidos por el gobierno y desposeídos de sus tierras.
Gracias BB, por usar tu fama como recurso para denunciar, criticar, advertir y más aún informarle al mundo en qué consisten nuestros tan envidiados “beneficios” coloniales. Si bien hay que darle mérito a los que vinieron antes que tú (desde Lucecita, Danny, Haciendo Punto o Residente, para cubrir un “timeline” amplio del “hard patriotic”), hasta la lista infinita de cantantes que nos han recordado que somos una “Tierra Luz”. Nunca he dejado de sorprenderme por la cantidad de canciones que le hemos dedicado a nuestra Isla y ese antojo de gritar en medio de un estribillo “¡Puerto Ricooooo!”, como “trademark” imperioso. Es tan curioso que yo me río y gozo.
Gracias “BiBi” por haber vuelto a hacer lo que te dá la gana, mezclando tu tipo de música con el reportaje, con los datos, con la alegría, la injusticia, lo juvenil y lo patriótico, porque se tenía que decir y se dijo y hasta los que diferimos de tu tono tenemos que terminar aceptando que no nos dejaron alternativa. Cosiste el folclor con tus hipérboles modernas para reunir un nuevo corillo “fruto del futuro, semilla del mañana”. ¡Qué orgullo estos hijos nuestros, ciertamente menos ovejas y más conejos!
Era justo y necesario. Era hora.
🎵”Esta es mi playa, este es mi sol
Esta es mi tierra, esta soy yo”🎶