¡Gracias Sandra Zaiter!

‘Tocó generaciones con su ejemplo de superación, su amor a la niñez y ese aura que representa lo mejor de nuestro espíritu borinqueño’ – Alí Tapia.
Sandra Zaiter (al centro), educadora y estrella de programas televisivos, falleció ayer a los 79 años. (Foto FB/SZ)

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Comenzamos a escuchar rumores de la muerte de Sandra Zaiter desde antes del mediodía del domingo 25 de septiembre y deseamos que no fuera verdad. Sandra es uno de esos seres humanos por los cuales la vida es un planeta ideal. Si bien su historia de superación no tiene límites, su trayectoria antes del accidente que la dejó cuadripléjica, dedicada totalmente a la felicidad y bienestar de nuestros niños, era bellísima. No pudimos evitar recordar la primera vez que la vimos en televisión. Una amiga que había compartido conversaciones y espacios con ella, me comentó: “Esa mujer que ves ahí ama a los niños más que a nada en esta vida. Es muy dulce, tiene algo amoroso, algo distinto. Ella es bien especial”.

Tuvimos pocos encuentros con Sandra Zaiter en actividades que coincidimos, pero la atesoramos, y vimos crecer su carrera en los primeros años de la década de 1970. La artista tenía mundos de posibilidades a sus pies.

La noticia de su partida del plano terrenal ha consternado al País. (Foto suministrada)

Cuando ocurrió el terrible accidente, Sandra contaba con 30 años de edad, una trayectoria de estudios sin descanso y trabajo duro. Era maestra cuando todavía estudiaba en la universidad, y se destacaba, por sus méritos, en todo lo que hacía.

En 1969 comenzó a trabajar en el espacio Telecómicas. En 1971 pasó al programa “Romper Room” por el canal 7 de Rikavisión. En 1974, Sandra debutó en su propio espacio, “Sandra en Rikalandia”.

Apenas un año después, específicamente el 13 de septiembre de 1975, sucedió lo que todos lamentamos, en medio de un pasadía en la isla de Icacos, donde se divertía con unos amigos. A ella le encanta nadar. La marea estaba baja, Sandra se lanzó de cabeza, y al caer, el impacto le fracturó la cervical quinta y le causó daño en la séptima. De inmediato, la llevaron al hospital donde le dieron una noticia poco alentadora, estaba totalmente inmóvil desde su cuello hacia abajo, sin posibilidades de mover sus brazos ni volver a caminar. Pero nuestra admirada amiga no cedió, nunca pensó que ese sería el fin de su vida activa, y, como la flor de loto, desde el fango donde estaba, se transformó en ese ser humano que con su sola existencia nos alienta a ganar.

En 1976, Sandra regresó de su rehabilitación en Estados Unidos, decidida a ser una persona independiente y valiosa, con licencia para manejar vehículos de motor. También, regresó a ejercer su plaza de maestra en la Universidad Sagrado Corazón. Además, comenzó a moderar su programa de televisión, el cual, gracias a la colaboración de colegas artistas nunca salió del aire. Sandra Zaiter tenía una misión diferente e invaluable. Comenzó a pintar, compuso canciones, nos representó en el extranjero, fue recipiente de muchos merecidísimos premios, se convirtió en un modelo que aumentaba peldaños de superación en su ruta de vida, sin descanso, por la vida. Tiene que haber sido muy difícil, pero nunca dejó de sonreír.

En la década de 1980, se desempeñó como relacionista pública del Canal 7 de TeleLuz, y en el mismo canal, comenzó su programa “Con Sandra”, mientras que se iniciaba en el canal su programa “Hablemos”.

Sandra con su artista invitada Olguita Álvarez en una edición del recordado programa “Rikalandia” que transmitía el canal 7 de Rikavisión en la década de 1970. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

El 13 de septiembre de 1983, cuando se conmemoraban ocho años de su accidente, regresó al canal 2 con el programa “Teatrimundo”. Sin duda un acto causal, simbólico y significativo.

Conforme la biografía de Sandra Zaiter de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en la cual basamos nuestras líneas: “En 1986 la artista vive uno de sus momentos más emocionantes cuando su canción “Quién”, interpretada por Edward, fue escogida como estandarte nacional de Borinquen en el XV Festival de la OTI que se celebró en Acapulco, México. A este logro como compositora también se sumaba el hecho de que previamente su canción “Mi mundo”, había sido grabada por la baladista Sophy en 1976, mientras tres años antes, Lissette le había grabado “Hay que cantar, reír, que cantar”. Convertida en símbolo para todo un país, Sandra colaboró en el programa “En vivo a las 5” de Telemundo, así como editó varias producciones discográficas como “De pie sigue la esperanza” (1986), “Cuentos y fábulas” (1987), “Días feriados” (1986), “Cantando historia de Puerto Rico en el Quinto Centenario” (1992) y “Chim Bum Bam” (1999). Estas se sumaron a lo que fue su discografía previa que incluía entre sus títulos “Ronda de la Alegría – canciones nuevas para un nuevo ambiente”, “Mis primeras canciones”, “Las tablas de multiplicar cantadas”, “Cantando la ortografía” y “Festilindo”.

En 1991, Angela Meyer llevó a la televisión el unitario “Gaviota de la Esperanza”, de Viviana Falcón, inspirado en la vida de Sandra. En ese momento, la artista tenía en el canal 6 el programa “Contra viento y marea” y en Telemundo alentaba a los niños a no creer en las fantasías que veían en el cine.

La artista recibe el saludo de Miliki (Emilio Aragón) en el estudio de Telemundo, mientras Paquito Cordero y José Vega (“Remi”‘) observan. (Foto FB/SZ)

En verano de 2001, con la sabiduría de quien entiende que nunca se tiene demasiada experiencia para aprender, la maestra de maestros que son excelentes educadores, Sandra Zaiter se despidió de su espacio televisivo en el canal dos con una carta abierta al público televidente, donde les pidió a los niños que siguieran los consejos de Remi, María Chuzema, Chícola, Burbujita, Emmanuel y Juglar. A fines de ese año, el mismo canal, le dedicó su Festival Infantil Navideño, y bautizó el estudio siete con su nombre.

Días atrás, la familia de Sandra observó un deterioro en su salud y fue hospitalizada por problemas respiratorios. De esta manera, nos dijo hasta luego, a sus 79 años, quien había nacido el 21 de noviembre de 1943, en Santo Domingo, como hija del libanés, Emilio Zaiter, y de la italiana, Italia Trifilio, quienes se mudaron con la niña a Puerto Rico cuando ella tenía apenas dos años de edad. Puerto Rico fue la casa y la patria de Sandra Zaiter.

Al enterarnos de que ya no veremos asomar su sonrisa y el campo de fuerza de belleza y bondad que llevaba a todas partes, dimos un paseo por las redes sociales. Amigos, conocidos y público en general, manifestaron su sentir por el deceso de Sandra y aclamaban el duelo nacional que ya existe en nuestros corazones. Sin importar nuestra edad, nuestro género, nuestra condición social, todos extrañamos a Sandra.

En un compartir entre amigos con Lissette y Alberto Cortez. (Foto FB/SZ)

“Descansa Sandra amada. Gracias por el privilegio de conocerte. Gracias por el ejemplo, por tanto amor. Gracias, gracias y hasta siempre”. (Carlos Esteban Fonseca, actor)

“Muy, muy triste. No sólo perdimos un icono, una gran artista, cantante y la Titi de los que crecimos durante la década de 1970, 1980 y 1990. Perdimos un excelente ser humano, una luchadora, una gran amiga y mentora. Se siguen yendo los buenos. Descansa en paz, Titi Sandra”. (Edgardo Rubio, actor)

Un abrazo eterno y aplausos infinitos a nuestra amada Sandra Zaiter. Solidaridad en el dolor para su familia y seres queridos. (José Vidal Martínez, Presidente de la Junta del Colegio de Actores de Puerto Rico)

“Sandra, todo Puerto Rico te va a extrañar. Tú fuiste siempre una guerrera de luz y nos brindaste la ternura en tu sonrisa, la sabiduría en tus palabras, la alegría en tus canciones. Nada te detuvo y esa es una de las grandes lecciones que dejaste a nuestro pueblo. Descansa en paz”. (Tere Marichal, dramaturga)

¡Titi Sandra, gracias! Nunca olvidaré lo que me enseñaste. Lo importante que era para ti ser ejemplo para los niños, los valores, el ambiente, los animales. Tití Sandra, una gran mujer, fuerte, soñadora y amorosa. Descansa en paz, te recordaré por siempre”. (Dagmar, cantante)

La década de 1970 marcó los inicios de Sandra Zaiter como educadora en el Colegio Universitario del Sagrado Corazón (hoy U.S.C.) (Foto FB/SZ)

“Sandra Zaiter tocó generaciones con su ejemplo de superación, su amor a la niñez y ese aura que representa lo mejor de nuestro espíritu borinqueño. Sandra hizo de su adversidad el oasis de muchos chamaquitos y chamaquitas, que no teníamos cable, muchos de nuestros televisores eran en blanco y negro, con una manzanita de canales, y que solo contábamos con una unidad compartida por todos”. (Alí Tapia, cantautor)

Sandra nos deja un espacio existencial, muy genuino, muy real, adónde acudir cuando estemos a punto de perder la esperanza en la capacidad de recuperación de nuestro pueblo y cuando las dudas sobre nuestras capacidades nos pongan el espejismo de una pared de fracaso. Tenemos las estrellas señaladas, gracias a ella, y gracias a ella, sabemos que no tenemos excusas para alcanzarlas.

Se espera que mañana martes, 27 de septiembre, en la funeraria Ehret, nos reunamos para el velatorio de esta gran puertorriqueña, y celebrar su vida.

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