Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Tras dos años -de una espera interminable- por la pandemia del Covid-19, la junta directiva del Salón de la Fama de la Música, presidida por José Nieves, pudo celebrar ayer domingo 7 de agosto su décima gala de exaltación, teniendo como escenario el Centro de Bellas Artes de Humacao.
Un extenso vídeo que recopiló momentos gloriosos de pasadas ediciones fue el preludio de la actividad, que tuvo como animador a Edgardo Huertas, quien de entrada exaltó el recinto. “Estos tres pisos representan un espejo de lo que es proteger nuestra identidad y nuestra cultura. Nosotros somos esto y, si no lo cuidamos, desaparecerá. Somos responsables de querer nuestra patria, nuestra Isla, nuestra idiosincrasia y cultura. Que a la hora de la verdad es lo único que tenemos. Así que gracias, por decir presente y acompañarnos, porque significa que nuestro sueño no se está soñando solo, lo estamos soñando todos y ahí es cuando se hace realidad”, enfatizó.

Como dijo Huertas, la ceremonia fue “un viaje por el recuerdo, las emociones y el reconocimiento a figuras que con su legado y trayectoria han escrito en letras de oro nuestra historia musical”.
La agrupación Kasi Novo, compuesta por músicos pioneros del movimiento del rock de los años ’60 y de la Nueva Ola, aportó su talento musical, con la participación especial de Luis Enrique, quien ha sido miembro de varios grupos y es conocido como el primer artista tributo oficial de Elvis Presley en Puerto Rico, y Joey Molland, compositor y guitarrista británico de rock, cuya carrera abarca cinco décadas. Molland es mejor conocido como miembro de Badfinger, el más exitoso de los actos con los que actuó y estuvo asociado a la casa disquera Apple de The Beatles.
La tarde continuó con un homenaje póstumo a personalidades que nos han dejado, como Quique Lucca, Ruth Fernández, Johnny Ventura, José Miguel Class, Joe Quijano, Cheo Feliciano, Antonio Barasorda, Ketty Cabán, Pedro Matos Rivera, Antonio “Toñito” López, Eduardo Disdier, Roberto Roena, Lucy Fabery, Horacio Olivo, Elías Lopés, Julio Ángel y Ramoncito Rodríguez (“El Andino Mayor”).

El primer exaltado -en forma póstuma- fue Antonio “Toñito” López, percusionista, cantante y compositor de gran número de los éxitos de su hermano Juan López (Johnny “El Bravo”). Precisamente, Johnny “El Bravo” recogió la distinción, acompañado de Olga Colón, viuda de Toñito.
El segundo exaltado fue “El Rey de Corazones” Manny Manuel, muy aplaudido por el público. “¡Qué rico cuando aplauden a uno… y las cosas buenas de uno! Es una gran satisfacción. Las exaltaciones, los honores y los reconocimientos son hermosos en el transcurso de la vida. Pero, tengo que hacer hincapié y sé que van a estar muy de acuerdo todos ustedes conmigo que la exaltación más grande que la vida nos ha dado es que el Todopoderoso nos haya permitido nacer aquí en la Isla del Encanto, en la isla del talento, en la isla de la belleza, de la inteligencia, del cordero. No hay mayor exaltación en la vida de un puertorriqueño que eso. ¡Qué viva Puerto Rico!”, recalcó estremecido. Insistió, de inmediato, “doy gracias a la vida por tenerme vivo y por haber aprendido tantas cosas a través de la música y de la vida misma. Tener ese cariño de un pueblo que no me deja, no me suelta. Esa es otra de las exaltaciones más grandes que puede tener un ser humano. Soy bendecido, lo digo una, otra y otra vez cada mañana que me levanto. Gracias por tenerme en consideración junto a tantos grandes talentos, tantas glorias que están con nosotros o que permanecen a través de su música y su legado. Estoy sumamente agradecido, ¡qué viva Puerto Rico, qué viva su talento, su música, su belleza, sus astronautas, en fin, somos los mejores y el mundo lo sabe!”.

El cantautor Glenn Monroig no pudo asistir a la exaltación al Salón de la Música, pero lo representó su pianista y arreglista Frankie Suárez. “Él está muy agradecido de que lo quieran, de que lo entiendan y vayan el sábado a verlo… (en el Centro de Bellas Artes de Santurce, en su concierto de 50 aniversario) ¡No se van a arrepentir!”, comentó Suárez.
El Premio Bohemia recayó en el actor y cantante Julio Enrique Court por sus 12 años con su genial concepto “Vive la Bohemia” teniendo como sede la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan -“que considero mi casa”- y una trayectoria impecable en la actuación, el canto y la producción. Su “proyecto de vida”, como se refiere al espectáculo, lleva 14 años de creado. Court dio las gracias a Dios, porque “es quien reparte los talentos y los dones, los pone en distintas personas, pero no nos pertenecen… Los dones pertenecen a aquellos que los reconoce y disfruta, el público… Hay que cuidarlos, educarlos, para mantenerlos firmes”. Además, pidió un fuerte aplauso para Javier Santiago, director ejecutivo de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, por haber confiado en su arte, al igual que a los colaboradores (resaltando sus familiares) y los 129 artistas invitados en la jornada de “Vive la Bohemia”. Al mismo tiempo, dedicó el galardón a su fallecida madre Yolanda Mora y, también, enalteció a su hermana y “mano derecha, mano izquierda, pie derecho y pie izquierdo”, Ruth Court. Al despedirse añadió, “gracias por este reconocimiento, me tomó por sorpresa. Lo recibo como una gran bendición, como un impulso a seguir adelante en lo que he llamado ‘Vive la bohemia’ hace 14 años como mi proyecto de vida”.

Durante la ceremonia se rindió homenaje con la Medalla Santa Cecilia (“Patrona de la Música”) a Omar Pagán ( baterista y compositor, maestro y miembro de Hudson Music); a Pablo Rosario (percusionista, compositor y profesor de música, quien ha grabado con grandes artistas internacionales como Dizzy Gillespie, Tito Puente, los hermanos Palmieri, Willie Colón, David Bowie y Bobby Valentín, entre otros), y a Carlos “El Profe” Sánchez (flautista y por muchos años director musical del Conjunto Cachana de Joe Quijano).
En el evento se entregó el Premio San Gregorio (Santo Patrón de los Cantantes) a Pedro Matos Rivera (fiel trovador y compositor de montaña adentro premiado en múltiples festivales en todo el País, quien tristemente partió a morar con el Señor durante esta pandemia) y Wanda Reyes, corista que ha acompañado a grandes estrellas como Lissette, Ednita Nazario, Yolandita Monge, Awilda Carbia, Tito “El Bambino”, Iris Chacón, Sophy, Nydia Caro, Lourdes Robles, Olga Tañón, Millie Corretjer, Melina León, Carmita Jiménez, Lunna, Gilberto Santa Rosa, Chucho Avellanet, Glenn Monroig, Rafael José, Luis Fonsi, Willie Colón, Los Rayos Gamma, Andrés Jiménez, José Nogueras, Lucía Méndez, Isabel Pantojas, Álvaro Torres, Braulio, Rubén Blades y Jencarlos Canela.

El Premio Rafael Quiñones Vidal correspondió para el inolvidable libretista, actor, productor y comediante, don Tommy Muñiz, justo al celebrarse el centenario de su nacimiento. Pedro Muñiz, hijo de don Tommy, recogió la distinción, resaltando que su padre creó el programa “Borinquen Canta” que cambió la historia de la música típica. Recordó lo orgulloso que él estaba por haber aportado algo a favor de nuestra música y sentenció que “amaba a Puerto Rico sobre todas las cosas”.
Pedro Muñiz agregó con emoción, “nosotros, sus vástagos amamos a Puerto Rico sobre todas las cosas, porque Puerto Rico es donde vivimos con… ¡Y tenemos que defender a Puerto Rico! Ahora mismo, tenemos a una compañía que nos está robando la vida, se llama Luma. ¡Hay que sacar a Luma, hay que sacarla!”.
Otros invitados de la actividad fueron José Nogueras, quien interpretó su composición “Amada mía” en tributo a quien la hizo popular, el fenecido cantante Cheo Feliciano, y Juan Custodio con un popurrí recordando a Julio Ángel.
En el evento estuvieron presentes, además, el alcalde de Humacao, Julio Geigel (quien puso a disposición el Centro de Bellas Artes de Humacao para continuar haciendo las galas de exaltación al Salón de la Fama de la Música); el representante Eddie Charbonier, el cantante José Juan Tañón y el expresidente del Senado, Antonio Fas Alzamora.