Héctor ‘Coco’ Baréz y su diario percusivo

El músico puertorriqueño logra repercusiones positivas y brinda continuidad al proyecto de bomba vanguardista ‘El laberinto del coco’.
Héctor ‘Coco’ Baréz es un destacado percusionista que ha plasmado su cadencia junto a Débora Brum, Calle 13 y William Cepeda entre otros. (Foto suministrada)

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Es un percusionista con múltiples recursos sonoros. Un estudioso de los diversos ritmos y del significado folclor más allá de su 100 x 35. Héctor ‘Coco’ Baréz se define como un apasionado de los tambores y los sonidos naturales que emana la madera al repique en el cuero. Un boricua en la Luna, que en un momento no vivió en su Tierra, pero su mente y consciencia, sí habitó la tierra luz.

Después de vivir 12 años entre Richmond, Virginia, Maryland y Washington la situación de la pandemia obró de manera misteriosa y lo devolvió a su patria. Una larga estadía junto al conglomerado musical Calle 13, Don Omar, Bacilos y la orquesta salsera de Richmond, Bio Ritmo, amplió su intelecto rítmico para brindarle una óptica macro de cadencia y sabor.

El percusionista es un estudioso de los ritmos nacionales y latinoamericanos. (Foto suministrada)

“Regresé a Puerto Rico durante la emergencia de la pandemia. Fue una buena oportunidad para volver a casa. Laboraba como profesor en lo que se conoce como la VCU (Universidad en Richmond) en el Departamento de Danza Moderna, colaborando con Alicia Diaz, una de las profesoras del Departamento de Danza. Allí se incorporó la bomba en las clases de danza moderna. De igual forma, tocaba con una orquesta de salsa local, llamada Bio Ritmo. Pero realmente, algo me dijo que era el momento de volver a Puerto Rico”, señaló Coco Baréz.

Tras años de trabajo junto a René Pérez y Eduardo Cabra optó por quedarse en Washington, lo que posteriormente desató una serie de colaboraciones con múltiples artistas y grupos.

“Cuando concluí de tocar con Don Omar, me propuse que era el momento para desarrollar mi propio proyecto. Había trabajado y colaborado con muchos músicos, pero debía hacer lo mío”, destacó el percusionista que, en sus inicios formó parte del Ballet Folclórico Areyto, Son del Batey y Plenibom de Norma Salazar, donde empezó como bailador de bomba.

Una serie de factores se comenzaron a dar para lograr la materialización del proyecto genial y creativo de ‘El laberinto del coco’. El resultado, un rico banquete de bomba puertorriqueña enlazado con arreglos vanguardistas donde se utiliza cuerdas, metales, guitarra eléctrica y una certera cadencia percusiva por parte de Baréz.

“Existía la necesidad que, ante mi ausencia, anhelaba ese contacto con mi País. Encontré que ese contacto con la Isla, para mí fue la bomba. Estaba lejos de casa y ese era mi transporte. Mi experiencia al tocar con William Cepeda me abrió los ojos sobre la posibilidad inmensa que se tiene con la bomba. De ahí nace ‘El laberinto del coco’. Quiero que la gente venga a la bomba, nos atrevimos con el proyecto y lo hicimos”, explicó con sinceridad y humildad el músico.

La producción ‘El laberinto del coco’ (2017) es un acertado proyecto que fusiona la bomba con sonidos vanguardistas. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Recordó que durante su estadía con Calle 13, viajó por distintos rincones del mundo. Se dedicó a estudiar y buscar la raíz musical en esos lugares. Sobretodo, si tenía que ver con tambores o ritmos. Junto a Calle 13, incorporó muchos elementos folklóricos de otros países. Un gran ejemplo es la canción ‘La Perla’.

“Un momento clave para estar bien cerca del ritmo fue cuando nos llamaron para el especial del Banco Popular, ‘Sonó sonó’… nos tocó el tema ‘Sorongo’ de Tite Curet Alonso. Recuerdo que estábamos en una gira y mientras viajábamos, veíamos la película ‘The Last King of Scotland.’ Esta cinta cuenta con un ‘soudtrack’ impresionante. Muchos elementos de ‘afro beat’. De un momento a otro, salió una canción en ritmo de 6 por 8 (6/8), y nos llegó la idea de irnos por esa línea”, explicó detenidamente.

Detalló que, de esa manera surgió el arreglo de ‘Sorongo’. Un tema que lamentó nunca tocó Calle 13 en vivo. Tras esta experiencia y encuentro nuevamente con la bomba, se puso como misión trabajar con el ritmo en un proyecto como líder. Desde ese instante se dio a la tarea de componer. Al tiempo, se enteró por una amiga que el Instituto de Cultura Puertorriqueña había activado una convocatoria para brindar ayuda a producciones nuevas. Esto fue la antesala de ‘El laberinto del coco’, un proyecto que se materializó con colaboraciones de Puerto Rico y Richmond.

Con un buen grupo de composiciones y armonías plasmadas por Coco Baréz junto a los arreglos del trombonista Toby Whitaker, nació la propuesta. El fuerte sonido de los metales Whitaker (trombón), Bob Miller (trompeta), John Lilley (saxofón tenor) y J.C. Kuhl (saxofón barítono), lograron darle un aire distintivo y moderno al proyecto. La elegancia de la sonoridad de Kim Ryan (viola), Ellen Cockerham-Riccio y Tressa Gold (violines) y Schuyler Slack (cello) sellaron con nuevos aires el ritmo. Sobresaliente fue la aportación y trabajo extraordinario de las vocalistas Amarilys Ríos, Kiani Medina y Chamir Bonano otorgando frescura, identidad y gran peso a la producción.

Barez formó parte del tinglado de músicos que acompañó a la cantante brasileña Débora Brum en su reciente concierto en la Fundación Nacional para la Cultura Popular. (Foto Wilma Colón para F.N.C.P.)

Otras colaboraciones magníficas son de parte del baterista Efraín Martínez; Derrick Englert y Abiud Flores (bajo), DJ Williams y Andrew Rapisarda (guitarras); y Benjamin White (teclado). También, colocaron su granito de arena efectivo, los invitados Jerry Medina (voz) y Christian Nieves (cuatro).

‘El laberinto del coco’ es un disco de 2017, que no pierde vigencia en su elocuencia. De hecho, continúa brindando repercusiones positivas, porque expande la propuesta; una heterogénea, bien recibida y con aceptación donde se presenta.

“Durante la pandemia hicimos un espectáculo virtual para la universidad de Richmond. De igual manera producimos un EP de la presentación virtual. Ahí hicimos entre otros, el tema ‘Danza para Popa’, un tema que había hecho para un documental llamado ‘Las carpetas’. También incluí en el EP, ‘Memorias’. En este espectáculo virtual participaron Luis Marín (piano) y el cuarteto de cuerdas Tabonuco”, recordó el percusionista que posteriormente a la grabación, ha legado los sencillos ‘La complicidad, ‘Las condiciones’ y ‘El silencio’.

De manera más reciente, el público ha disfrutado de la propuesta ‘El laberinto del coco’ en las presentaciones de la gira propulsada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña mediante su gira Cultur Sinfónico.

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