Entre ‘Rocíos’ se perfila una nueva artista

La cantante boricua de flamenco Ana del Rocío cosechó aplausos el pasado sábado en su presentación en el Monero Café Teatro de Bellas Artes en Caguas.
Ana del Rocío retomó su tributo musical a Rocío Durcal y Rocío Jurado bajo la dirección musical de Eduardo Reyes. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Por Javier Santiago
Fundación Nacional para la Cultura Popular

Si hay algo de lo que puede sentirse orgullosa la joven cantante Ana del Rocío, es de la innegable evolución que ha ido alcanzando como artista. Un vistazo a lo que fue su presentación el pasado sábado en el Café Teatro Moneró del Centro de Bellas Artes de Caguas, es prueba fehaciente de ello.

En una presentación donde estuvo acompañada por excelentes músicos – muy bien acoplados y dirigidos por Eduardo Reyes – la propuesta escénica de la joven boricua del flamenco mostró a todas luces su crecimiento en el mundo del espectáculo. Esa “cancha” que ha ido ganando de escenario en escenario, tomando todas las oportunidades que le llegan – sean aquí o en el extranjero – y generando sus propios proyectos musicales, han sido base importante para la evolución de la artista.

El Centro de Bellas Artes de Caguas fue el último escenario donde se presentó Rocío Jurado en Puerto Rico. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Con esta premisa establecida, el regreso del concepto “De Rocío a Rocío”, dedicada a las inolvidables Rocío Jurado y Rocío Dúrcal, fue un nuevo acierto en su camino. En la noche del sábado la intérprete rindió un homenaje sencillo que no descansó en la consabida repetición de canciones ya consagradas en las voces de ambas estrellas. Ciertamente, esta vez las canciones vestían un traje sonoro de distinto color. Así, daba gusto escuchar lo que ya sabemos de memoria, pero de manera diferente. Arreglos musicales, muchos de ellos basados en variantes del flamenco, hicieron de este tributo un encuentro refrescante.

Sabiamente, la amplitud y comodidad del Moneró le dio a la artista espacio para elementos visuales que fueron perfectamente integrados a la presentación. Con una pantalla de proyección, las imágenes complementaron la actividad escénica. Imágenes que – para añadir a la amena cita – se concentraban en los mismos músicos presentes y en la bailaora de flamenco.

Canción a canción el programa de la noche fluyó sin contratiempos. La pasión y el despecho de un “Que muera el amor”, contrastó a la perfección con lo sublime del vaivén de un “Acompáñame” y el romántico “Cómo han pasado los años”.

Siguiendo la pauta, Ana del Rocío hizo galas de su fuerza interpretativa en temas como “Señora” y “Lo siento mi amor” (este último con el destaque del guitarrista Jonuel Negrón). Su dramatismo arrancó aplausos con “Se nos rompió el amor” y “Ya te olvidé”. Y, en campo de lo sublime, definitivamente el asomo de “Amor eterno” marcó un momento refulgente.

La bailaora de flamenco, Patricia Muñiz, fue una de las artistas invitadas a la presentación de Ana del Rocío. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Al programa de la noche se añadieron dos complementos importantes: la bailaora boricua Patricia Muñiz y la cantante Laura Reyes. Muñiz, brilló con la elegancia que le caracteriza en sus movimientos marcados por el flamenco. Su proyección coreográfica fue precisa y cautivante. Por su parte Rey aportó una nota de humor al cantar a dúo con Ana del Rocío el despechado tema “Ese hombre”. Si bien su intervención fue corta, tuvo el tiempo necesario para probar sus innegables quilates como cantante, amén de su dramatismo. El coro que acompañó a “Ese hombre” era enorme… ¡casi todas las féminas de la sala! Y qué gusto se dieron…

Otro punto que sabiamente se destacó en el repertorio giró en torno a la selección de temas musicales. Si lo medular se concentraba en un puñado de éxitos de las dos Rocío, Ana supo añadir otros elementos como fueron la interpretación de composiciones propias, y la “canción cepillo”; término que utilizó para describir esos temas que de niña interpretaba en la sala de su casa, con el cepillo de peinar cabellos en la mano simulando el micrófono, jugando a ser artista. En esta ocasión se trató de “Huele a peligro”, balada popularizada por la chilena Myriam Hernández, que en el caso de la entonces niña anticipaba que ya había un talento en desarrollo que se inclinaba por el dramatismo y la pasión interpretativa.

La cantante Laura Rey puso un toque de humor con su interpretación a dúo de la balada “Ese hombre”. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Como nota adicional debemos resaltar la interpretación de “Por amarte así”, canción popularizada por Christian Castro de la autoría de Alejandro Montalbán y el maestro Eduardo Reyes, este último director musical de la noche. Reyes, quien definitivamente amarró con sabiduría el aspecto musical tanto en dirección como arreglos, contó con un trío de talentos ejemplares compuesto por Jonuel Negrón en la guitarra, Iker Santiago en la guitarra eléctrica y Henry Rodríguez en el cajón y la batería. Había que ver con el gusto que todos tocaron durante la velada. Sepan, que cuando hay afinidad y entrega en lo que se hace, esa integración de músico con intérprete le llega a todos en cualquier sala de conciertos. ¡Bravo!

En resumen, Ana del Rocío se anotó un nuevo éxito en una carrera que ha ido desarrollando con perseverancia, amor al arte y pasión por el flamenco.

¡Aplausos para ella y todo su equipo musical! ¡Aplausos para el productor Samuel Echevarría y Producciones Eché por una labor encomiable!

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