Ángela ante un nuevo reto histriónico

La veterana actriz protagoniza junto a Raymond Gerena la galardonada obra ‘Lo que pudo haber sido’, este fin de semana en Bellas Artes de Santurce.
Raymond Gerena y Ángela Meyer protagonizan la obra “Lo que pudo haber sido”, de Terrence McNally. (Foto suministrada)

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

El True Color Fest cierra su jornada en el Centro de Bellas Artes de Santurce con la galardonada pieza “Lo que pudo haber sido”, de Terrence McNally, a escena del 14 al 17 de julio. Con este montaje se hizo historia en el primer recinto cultural de Puerto Rico al abrir sus puertas a un evento para la comunidad LGBTQI+.

Ángela Meyer expresó sentirse “más que honrada” por participar en la propuesta teatral. “Es una obra que no me cansaré de decir que cuando la gente salga del teatro va a ser mucho mejor persona. Es la negación de una madre (‘Katherine Gerard’). No quiere que se le deje de guardar luto a su hijo que murió hace 20 años. Le reclama al compañero de su hijo (“Cal”, interpretado por Raymond Gerena) que hizo su vida nuevamente después de ocho años de guardar luto. Él está con otro compañero y han alquilado un vientre para poder tener un hijo. Es tanta la inconformidad y el dolor que ella le saca en cara cómo ha podido ser feliz cuando tendría que estar guardándole luto a su hijo”, indicó la artista.

Meyer aseguró que la pieza es “fuerte, muy actual, que hace reflexionar y, sobre todo, te da la capacidad para tener la humanidad de entender que las cosas no son como una las ve…”.

Abundó que su personaje es “una mujer llena de resentimientos, de odio. Ella no acaba de entender lo que fue el Sida, que fue la promiscuidad de su hijo lo que le mató. Le echa la culpa al compañero y no le perdona que sea feliz. Es una mujer muy aferrada al pasado, sin perdón alguno”.

La actriz resaltó que la única diferencia en la temática de la obra, sobre lo que le pasó a su hijo en la historia y ahora, es que la gente ya no muere de VIH, porque se puede controlar.

Destacó que “la misma ignorancia de la gente, confiarse, no cuidarse… En este momento hay un aumento en lo que son personas con VIH… Con un tema tan marcado es la primera vez que hago una obra así”.

Ángela Meyer compartió que durante casi tres años trabajó en el Departamento de Epidemiología del Municipio de Bayamón y se graduó de consultora en sustancias controladas y VIH (Sida), por lo que hablaba con pacientes que lo adquirieron por transfusión de sangre o por contacto sexual. “Lo que más me empezó a llamar la atención es que de pronto a consultoría venían niños de 14, 15 y 16 años junto a sus padres… La desinformación está elevando otra vez los casos de VIH y eso me preocupa mucho. Aunque no muere de VIH es llevar toda una vida con medicamentos”, precisó evidenciando conocimiento del tema.

Aunque existió el Festival de Teatro del Tercer Amor en el Teatro Coribantes en Hato Rey, que presentaba obras dirigidas a la comunidad LGBTQI+, preguntamos a Meyer si percibe en la actualidad más apertura para abordar la temática en la dramaturgia. “Creo que sí. Es importante. Ellos han luchado mucho por ganarse un respeto y por ganarse dentro de la comunidad la aceptación, no como que es homosexual… Se han ganado el derecho de que los miremos con el mayor de los respetos. Y con una realidad, ¡todos somos iguales! El ser humano se puede evaluar por lo que es, por sus principios, no por sus preferencias sexuales… Yo me siento más que agradecida de tener la oportunidad de trabajar en esta obra donde, como dije, saldremos del teatro siendo más respetuosos, más considerados, con mejor empatía y mejor ser humano”, expuso.

Meyer aceptó que la dramaturgia ha tocado el tema en distintos momentos -como lo hizo el dramaturgo Juan González- Bonilla con la producción “Doce paredes negras”, por mencionar una pieza- y recalcó que ahora “hay un movimiento teatral” dirigido a demostrar que “los seres humanos somos los que tenemos en el alma, en el corazón”.

En esa misma línea, rememoró que en la comedia “que es muy buena” se trataba al homosexual como “un típico mariquita o partido”, pero sentenció, “ya es hora de que estemos haciendo un teatro diferente”.

En este año que planifica retirarse, Ángela Meyer apuntó que las obras que le ofrezcan, “siempre van a ser evaluadas, ya que lo que quiero llevar es un buen teatro a la gente”.

La actriz cuenta con otra oferta teatral que analiza y se despedirá finalmente en 2023 con un proyecto ya seleccionado.

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