Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Su más alta distinción fue sentarse en la banqueta del piano de Don Rafael Ithier y dirigir a El Gran Combo de Puerto Rico.
En otro hecho inesperado, el pianista y arreglista Willie Sotelo, de 61 años, falleció súbitamente esta tarde, tiñendo de luto la salsa en una coyuntura histórica: la celebración del sexagésimo aniversario de Los Mulatos del Sabor.
Lo conocí en 1994, durante una presentación de Frankie Ruiz en el Festival de Bomba y Plena del Barrio San Antón de Ponce. Era el director musical de Frankie, a quien conocía muy bien desde sus años con La Solución en su natal Mayagüez.
Al frente de parte de los arreglos y la dirección musical de los recientes álbumes “En cuarentena” y “De Trulla con el Combo”, el más solicitado durante la pasada Navidad, Willie impartió un nuevo aire a la legendaria orquesta, descifrando su sonoridad, integrando nuevo personal y complaciendo a su fundador Rafael Ithier, quien se sentía muy feliz con su trabajo, en la consolidación del frente de Jerry, Anthony y Joselito, que entró por Papo Rosario.
Con una agenda de conciertos en celebración del 60 aniversario, que incluye a Puerto Rico, Willie se marcha inesperadamente, pero deja una estructura de trabajo sólida que debe garantizar continuidad, tal vez con Leni Prieto, que previo a su llegada también llegó a sustituir a don Rafa, quien a los 95 años aun acaricia las blancas y las negras.
Willie Sotelo, que incluso grabó en su estudio en Carolina a talentos como Ismael Rivera Jr. y a la folclorista Norma Salazar en el concepto de la poesía negrista de Tite Curet Alonso desarrollado por la Fundación Nacional para la Cultura Popular, recorrió el mundo junto a Frankie Ruiz.
Y, aunque la pandemia paralizó la actividad musical, con El Gran Combo también viajó en cantidad.
Entre su taller con Frankie Ruiz y sus últimos años con El Gran Combo, etapa en que vio salir a eslabones como Charlie Aponte y Eddie ‘La Bala’ Pérez, que fallece por razones de salud, Willie Sotelo emprendió un paso sólido como exponente salsero al fundar en junio de 2005 la Orquesta La Mundial.
Este concepto de salsa para el bailador surgió de una reunión de Sotelo con el ingeniero de sonido Ray Peña y el empresario español Luis Domínguez.
Su sello Envidia lanzó el cd “Hijos de la Salsa Gorda”, distribuido en España, Alemania, Bélgica y otros mercados de Europa.
“Hemos observado, por ejemplo, que la fusión de la salsa con hip-hop no resulta atractiva para el bailador tradicional. He viajado mucho, tanto con Frankie Ruiz como con el Apollo Sound y he confirmado que el público que llena los clubes prefiere la salsa tradicional, la que nunca muere”, dijo entonces a este cronista musical sobre el disco que reunió a Choco Orta, Mel Martínez, Luisito Carrión, Osvaldo Román y Bernie Pérez.
Cabe documentar que en 1988 Willie Sotelo produjo un disco a Mario Feliciano. Sotelo tocó puertas en Sonotone y TH-Rodven, pero ambas disqueras salseras mostraron poco interés por su trabajo.
“Uno nunca sabe de dónde recibirá ayuda. Aquí preferimos lo de afuera. Pero a Domínguez le encantó nuestro trabajo y lo sacó”, sostuvo en ese momento.
Su trabajo como director musical de Frankie Ruiz y la creación de La Mundial lo acreditaron como uno de los nuevos productores de la industria.
Tanto así que al año siguiente, en 2006 y durante la convalecencia de Rafael Ithier, recibe una llamada para que lo sustituya en una gira por Canadá y Nueva York.
Sotelo también grabó en los discos “Arroz con habichuelas”, “Sin salsa no hay paraíso” y “Alunizando”.
“Nunca en mi vida pensé estar en El Gran Combo porque el dueño era el pianista. En el piano nunca uno lo piensa. Ha sido una experiencia de verdad bien única y he aprendido muchísimo con la orquesta”.
Descanse en paz, Willie Sotelo.