Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Llegó el momento para Víctor Manuelle de complacer ambos bandos de la salsa. A los que prefieren el sonido bravo y vibrante de los 70’ (1970); y a los que se ha dedicado a cantarle a través de su carrera – música romántica- ganándose el nombre de ‘el sonero de la juventud’. Estoy seguro que los salseros de la mata, deseaban un disco en esa dirección. De hecho, cada vez que sube a tarima en diversos puntos del País, se ‘cura’ al ritmo de improvisaciones y soneos.
‘Lado A Lado B’ es un proyecto bien pensado y bien hecho. Sin duda, uno de los mejores del cantante isabelino. Desde hace algún tiempo, viene tanteando la posibilidad de cruzar la frontera de lo romántico hacia lo clásico en términos de grabación. Lo escuchamos con la producción ‘Memorias de Navidad’, un trabajo sólido y excelente donde legó también varias composiciones.

‘Lado A Lado B’ es cantar para ambos públicos, los que disfrutan del romanticismo en las letras y la fusión con ritmos urbanos; y los que prefieren ‘salsa de la gorda’. A través de su carrera, ha cultivado ambas zonas hábilmente. El sabroso estilo, habilidad para improvisar y una escuela repleta de grandes maestros del género le han ganado un espacio particular. De igual manera, colaboraciones con figuras destacadas dentro del mundo urbano, le ha logrado respeto y versatilidad para compartir juntes con estos exponentes. Es importante señalar que el artista se ha destacado desde hace bastante tiempo, en realizar colaboraciones con cantantes del género urbano, pensando que en adición a la salsa romántica, puede llegar a un público más joven.
El lado A del disco, comienza con una colaboración junto a Miky Woodz en el tema ‘Vamo a ver si el gas pela’, una especie de ‘tiraera’ entre Víctor y Miky, donde hace una aparición gracias a las bondades de la tecnología el siempre recordado Marvin Santiago (1947-2004) con el tema, ‘Fuego a la jicotea’. La dinámica del sencillo y el arreglo está dirigida a ese grupo que Víctor atesora y cuida mucho. Mientras los temas ‘Devuélveme un te amo’, ‘Decidí tener pantalones’, ‘Esta noche te conviene’, ‘No la culpes’ y ‘Llévame suave’, se van por la línea de la salsa romántica. Otras dos colaboraciones culminan el lado A, ‘Besito suave’ junto a Farina; y ‘Víctimas las dos’ con la participación de La India.
El lado B de la producción, es un manjar y oasis para los salseros de la mata. Las letras, arreglos, sonido, músicos e interpretación, puro deleite. Un banquete de letras, desde las escritas por Víctor Manuelle y José ‘Leni’ Prieto; hasta el clásico de Catalino ‘Tite’ Curet Alonso, ‘Vete y pregona’ inmortalizada por el matancero Justo Betancourt.
La salsa dura da inicio con la canción ‘La disputa’, letra y arreglo de Prieto que evoca el tumbao de Johnny Pacheco. El sonido clásico de los trompetas –el maestro Luis ‘Perico’ Ortiz realiza un solo sabroso- una improvisación encantadora del piano de Leni; y repique melodioso de Richie Bastar (bongo) pone a gozar al más exigente de los salseros.
Luego siguen los cortes ‘La vida de un artista’ y ‘Vete y pregona’ -Víctor coloca su chispa interpretativa y de soneos- donde sigue repartiendo sabrosura y bravura. Para esta parte de la producción que se rige por el sabor clásico, también dijeron presente entre otros: Pedro Pérez (bajo), Sammy García (conga), Manolito Rodríguez (timbal), Jorge Díaz (trombón) y Jan Duclerc (trompetas).
‘Si es cuestión de imaginar’ es un bolero respaldado por una sección de cuerdas que contó con Aida Sosa, Marcos Gómez, María Santiago y Harry Almodóvar. ‘Rumba de esquina’ (letra y arreglo Leni Prieto) es otro tema que ‘empapa’ de condimento la producción; ‘La reunión’ -composición de Víctor Manuelle- en un junte exquisito junto al director de orquesta, Don Perignon, que además, afinca con el timbal. Y la producción discográfica termina con el tema ‘Amaneció en el barrio’ un corte que evoca al ‘Paula C’ de Rubén Blades y temas de las Estrellas de Fania con los arreglos de Louis Ramírez y Perico Ortiz.
En resumen, Lado A Lado B logra su objetivo, complacer los dos públicos de ‘el sonero de la juventud’. Si me preguntan, con cuál lado me quedo, pues seguro que prefiero el Lado B que presenta salsa, sofrito y sabor.