Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Durante más de dos años, la Escuela José Julián Acosta, plantel especializado en Artes Teatrales –para estudiantes de sexto a duodécimo grado- permanece entre sombras y en un hábitat solitario. Tras sufrir serios daños por los sismos registrados a partir de enero de 2020, el histórico edificio fue clasificado por ingenieros como un lugar no apto. Desde ese momento, la única escuela pública especializada en teatro en Puerto Rico y todo el Caribe, se encuentra cerrada. Alumnos, padres y maestros, urgen y piden en regreso al centro docente público.

“Este plantel escolar es la única escuela pública de teatro en el Caribe, donde se forma al estudiante desde el Departamento de Educación. Está sumamente probado que toda herramienta que se utiliza para crear, y que utilizamos en el teatro, como disciplina, compromiso, solidaridad, trabajo en grupo, concentración y dedicación, enriquecen al estudiante. Aportan al proceso creativo que son elementos necesarios aplicables en cualquier momento en la vida”, explicó la maestra Lourdes Morán, parte del equipo magisterial de la escuela especializada.
“La escuela ha probado que no tiene deserción escolar de ningún tipo. Los estudiantes que llegan, se entregan, nadie abandona los estudios. Como trabajamos esa parte de empoderamiento, podemos observar como se expresan. Desarrollan su pensamiento crítico e incursionan en el mundo social tomando una postura de mejoramiento humano. Todo eso lo logra el teatro”, señaló Morán.
La educadora dijo, que en su caso, brinda todas las materias y ofrece clases de actuación, dicción, introducción al teatro. Morán, es egresada del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico y completó maestría en Educación en Teatro de la Universidad del Turabo. En el centro público educativo que tienes más de dos décadas de fundado, en la mañana ofrece las clases académicas y en la tarde las clases de especialidad.

“Estos estudiantes, cuando llegan a sexto grado, aman el teatro, pero nunca han tenido la exposición en el arte. El teatro los ayuda a entender que todo lo que nos pasa en la vida es un producto sociológico, somos resultado de una serie de elementos que nos acondiciona para ser lo que somos. Y esto, es esencial al momento en que vamos a interpretar un personaje. Ellos pueden entender muchas veces la vida que les ha tocado vivir, y asumir una postura de enfrentamiento y mejoramiento a la vida. Todo eso es el poder inmenso del teatro”, recalcó la profesora que ha utilizado igualmente, sus conocimientos en la educación teatral para integrar las bellas artes en el proceso de rehabilitación de drogas y alcohol en Casa La Providencia en Viejo San Juan.
“Nuestra escuela es un edificio histórico extraordinario, hermoso, que sufrió los embates de los terremotos. Fue uno de los edificios que más se afectó. Creándose un problema serio con las columnas que lo sostiene. Nos prometieron que iban arreglar esas fallas. Y no ha pasado nada. Luego, llegó la pandemia y todavía estamos esperando. Llevamos dos años y medio fuera de la escuela; y este plantel, cuenta con los salones adecuados para enseñar teatro. Nosotros hemos creado esos salones con nuestras conexiones y hasta con nuestro dinero. Unas facilidades extraordinarias, porque son salones- laboratorio”, narró la también actriz, recordada por la participación en telenovelas como ‘Sombras del pasado’ y ‘Angélica mi vida’; comerciales para la televisión.

Los alumnos y cuerpo docente de la Escuela José Julián Acosta fueron reubicados provisionalmente en el plantel público Ramón Power en la calle Loíza.
“Nos mudaron a una escuela en donde el director y los maestros nos han recibido muy bien, pero también está deteriorada y hasta más que la nuestra. Puede poner en incluso en riesgo a los que estamos allí. Además, es una escuela que no tiene las facilidades que requerimos para ofrecer nuestras clases”.
En el último mes, se ha desarrollada una campaña bien activa de parte del estudiantado en donde enfáticamente reclaman el regreso al edificio histórico en el casco de San Juan.
“Hay una promesa. Entiendo que el secretario de Educación se ha mostrado muy cercano a los estudiantes y al personal de la escuela. Hizo un compromiso de arreglar el edificio y creemos ver la luz al final del túnel, algo que nos entusiasma. Esperemos que continúe así, porque ya varias veces nos han dicho que van a comenzar los arreglos y no lo hacen. Siempre existe el temor de que al ser un edificio tan extraordinario no los quiten. Los estudiantes tienen ese temor. Pero el secretario de Educación ha dado su palabra públicamente de que eso no será así… tenemos que confiar en él”, expresó la profesora Morán, que además apuntó que originalmente la matrícula se componía de unos 180 estudiantes. Al moverse la enseñanza a otro edificio, muchos padres no avalaron la movida y se retiraron unos 40 estudiantes.