Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Conversar y tertuliar con el compositor Pedro ‘Peter’ Velázquez es un privilegio agradable que se convierte en un recorrer por varias décadas. Convergen sentimientos, anécdotas y vivencias que el tiempo, en un encuentro que solo un denominador común logra unir, la música.
Pausado, relajado y con su sentido de humor afable y habitual, Peter inició la tertulia. Evocó al recuerdo, sobre lo mucho que influyó la familia de su progenitora -de donde afirma viene la vena artística- y cómo aprendió a degustar la música.

“La vena musical viene por parte mi madre. Había músicos por parte de su familia… en la escuela siempre mostré que la música me apasionaba. Poco a poco comencé a familiarizarme con la música que escuchaba en la radio y de pronto estalló la pasión”, narró como si estuviera leyendo un libro.
“Recuerdo que en sexto grado empecé a estudiar flauta en la Escuela Rosendo Matienzo Cintrón en la Parada 25. Luego empecé a tocar flauta con diferentes combos hasta que cumplí los 16 años, que estudié con los profesores Ernesto Vigoreaux y Rafael Elvira. En ese momento le tomé más cariño a la música”, dijo el compositor natural de Santurce.
En 1980 inició la travesía en el arte de la composición. El tema ‘El broco’ surcó por el pentagrama musical con la orquesta de Orlando Pabellón. Pero la canción ‘Mujer celosa’ (1983), grabada por Rafel Ithier y El Gran Combo fue su primer gran éxito.
“Le llevé a Ithier en un cassette el tema ‘Mujer celosa’. Le gustó, lo grabó y se convirtió en mi primer éxito como compositor. Me dio a conocer en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico. Realmente me abrió puertas”, exclamó Velázquez entre alegría y nostalgia.
Más adelante llegaría otro éxito, ‘Carbonerito’, tema que lo había presentado a un cantante y al no concretarse nada, finalmente lo presentó a Ithier.
“A Rafa le gustó mucho. Me dijo que lo quería para Papo Rosario. El tema fue un ‘palo’. Ese año me premiaron como compositor. De ahí en adelante seguí escribiendo para muchos cantantes como Marvin Santiago, La Selecta, Frankie Ruiz y Andy Montañez, por mencionar algunos”.

Canciones que forman parte del cancionero clásico y universal; y éxitos de la salsa y música popular como ‘La cuica’ (La Selecta), Gandules (Pete ‘el conde’ Rodríguez), ‘Tranquilo’ y ‘Cómo le gustan a usted’ de Frankie Ruiz, ‘Ay cucú’ (Andy Montañez), ‘El cheque es bueno’ y ‘Guineítos con corned beef’ de José Nogueras han dado vuelta por diversos rincones del planeta.
“A José Nogueras le he escrito como 30 temas y a Marvin Santiago le escribí entre 10 a 15. De hecho, Marvin me puso el nombre ‘el compositor del pueblo’. Él (Marvin) era un cantante de pueblo… era tremendo cantante, amigo y ser humano”, señaló entre sollozos, al hablar del cantante de ‘El pasajero’, otro tema jocoso escrito por Velázquez para Santiago.
Los Pleneros del Quinto Olivo, Orquesta La Solución, Tavín Pumarejo y el Gallito de Manatí, Juan Manuel Lebrón, La Tuna de San Juan, Papo Cocote, Camilo Azuquita, Aníbal de Gracia, Lucecita Benítez, Domingo Quiñones, Luis Enrique y Gilberto Santa Rosa son otras orquestas y cantantes que inmortalizado líricas del orgullo cangrejero.
¿Y cuál es el secreto de Peter Velázquez al momento de escribir sus canciones?

“Escribir sencillo y pensando en el pueblo, sin palabras rebuscadas. Mi más grande satisfacción es escribirle al pueblo y que la acepten. Recibo gratificación al verlos cantar, bailar y gozar mi música. Una vez iba en la guagua y alguien cantaba una de mis canciones… me preguntaba, ¿Qué haría si supiera que esa canción yo la escribí? ¿Cómo reaccionaría? Pero lo dejé que siguiera cantando mientras lo escuchaba y me gozaba. Lo mismo sucede cuando entro a un negocio y están escuchando mis canciones. Una satisfacción tremenda saber que la gente las ha hecho suya”.
El también creador del tema ‘Salchicha con jamonilla’, de Ithier, Jerry Rivas y El Gran Combo, no podía terminar la tertulia sin narrar por lo menos una anécdota de los muchos que guarda en su caja fuerte de los recuerdos.
“Estando en un negocio de Barrio Obrero (en Santurce) jugando billar y hablando, una persona se acercó y no muy contento nos enseñó un cheque… nos dijo, ‘mira que cheque más precioso. Mira los lindos bordes y detalles que tiene. Así de bonito como está, fui al banco y me dijeron que no hay dinero para poder cambiarlo. La firma no sirve, porque no tiene fondo’. Al otro día, me senté a escribir un tema sobre esa experiencia. ‘El cheque es bueno, el cheque es bueno, el cheque es bueno lo que no sirve es la firma’… rápido llamé a José Nogueras, se la canté y le encantó. Lo demás es historia. Fue el éxito ese año durante la Navidad”, expresó entre carcajadas y despidiéndose.
Como todo lo bueno, llegó el fin. Un exquisito banquete iniciado por aperitivo, seguido del plato fuerte y culminado con postre; donde claro está, el plato principal estuvo condimentado con muchos sazón y sabrosa salsa a lo Peter Velázquez.