Manolo Ramos… ¡Todo un lujo!

“Amor y punto” fue un concierto de excelencia que marca la trayectoria musical del cantautor puertorriqueño.
El cantautor puertorriqueño Manolo Ramos cosechó aplausos con su presentación en el concierto “Amor y punto” escenificado anoche en el Teatro Francisco Arriví de Santurce. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

¡No necesitó presentación! Anoche el cantautor puertorriqueño Manolo Ramos evidenció madurez escénica, compromiso, autenticidad y pasión durante su magno concierto en el Teatro Francisco Arriví en Santurce.

Sin prisa, pero sin pausa, el artista se ha ganado un público: que lo admira, que aplaude sus letras inteligentes y llenas de contenido, aún esas que parecen sencillas o divertidas.

El intérprete presentó temas que han marcado su trayectoria en el pentagrama contemporáneo. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Las luces del recinto se apagaron a las 8:46 de la noche para quedar iluminado el escenario, donde apareció luego de presentarse un vídeo que resaltaba cómo el ser humano lleno de pasión y sueños emprende el camino hacia la felicidad y llega a ese lugar haciendo las cosas con “Amor y punto”, título de su espectáculo.

Manolo Ramos es de esos artistas que puedes escuchar toda la noche sin mirar el reloj porque canta con el corazón, desborda talento de pies a cabeza, es genuino con su público y respeta el escenario.

Desde el inicio, con la melodía “Corazón lleno”, el intérprete trazó la ruta de una velada de distintos matices en la que evidenció que queda poco de aquel muchacho con miedo escénico. Ahora se ha transformado en todo un artista transparente, que hasta confiesa si una línea por segundos se le va de la mente, aunque nadie lo note.

Su amiga más fiel, la guitarra, estuvo con él en “No lo vi venir”, a la vez que su voz motivó a los espectadores a acompañarlo en el tema; lo mismo ocurrió con “Hablemos claro”.

Desde su primer saludo dio las gracias a sus seguidores, a los que llama “familia”, por decir presente en el show, exteriorizó su felicidad por cantar para ellos y rememoró sus inicios en que no se atrevía demostrar su arte en un escenario y luego compitió en el Festival de la Voz y la Canción en el Teatro Tapia. Reveló hasta cuando se lo dijo a su mamá que le respondió que él no se atrevía a cantar ni delante de ellos.

“Hacernos falta”, con la presencia digital de la cantautora Paula Arenas, formó parte del repertorio de la noche. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Frente al cantante José Juan Tañón, quien estuvo en primera fila y hasta lo llamó su mentor, dijo -en broma- que no sabe si hizo trampa porque ganó el festival.

El concierto continuó con “Para no seguir llorando”, “Bobo” y “Dímelo”, este tema lo quiso grabar con Ñejo El Broco, pero no se atrevió a enviárselo y terminó haciéndole una adaptación para poder incluirlo en el disco “Amor y punto” debido a la letra, ya que se alejaba de la temática de los demás.

La voz de la cantautora Paula Arenas estuvo presente en la interpretación de Manolo Ramos del sencillo “Hacernos falta” al proyectarse el vídeo de ambos.

El solista mencionó, como preludio a entonar “Que nadie me despierte” que tiene fuertes influencias venezolanas en su música por parte de su padre. Luego, comentó que hasta terminó casándose con una venezolana. Manolo aprovechó para tocar el cuatro venezolano.

Ramos dejó el escenario encendío con “#ElJuego”, para luego aparecer en una pequeña sala a la extrema derecha del escenario para cantar de forma más íntima y con su guitarra, “Por última vez” y “A ratos”. Manolo advirtió a sus fans que sus letras no son para dedicarlas a otra persona, sino para que se desahoguen.

La presencia de su hijo Gael marcó un momento sublime en en el concierto del autor de “La Tierra de Papá”. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

En un cambio de temática, impactó a todos con “Ser tu Amigo”, canción que escribió para su entonces novia y con la que ganó el Tercer Festival Mundial de la Voz y la Canción (2013) en Panamá . En esta ocasión, la dedicó a una seguidora, pidiéndole a su hijo Gael, “no le digas a mami. Tú, calla’o…”. Cerró ese ciclo más íntimo con “Tengo un sitio”, también con matiz de nostalgia.

De nuevo en el escenario principal, Manolo Ramos cantó y encantó a todos junto a su formidable banda, compuesta por Enoc Hernández (piano y director musical), Kelvin Adames (guitarra acústica), Irving Lebrón (bajo), Josiane Feliciano (guitarra eléctrica), Félix Montalvo (batería) y Savier Díaz (percusión).

La oferta musical siguió con “Dios y el pavo” -revelando que llegó a temer por la crítica del sector religioso si no entendían la letra, lo que no ocurrió- y con “Es más fácil ser bueno”, que le escribió a un compañero de trabajo que lo tenía loco, pero terminaron siendo “panas”.

A oscuras y desde una mini barra comenzó las primeras notas de “Se detiene el tiempo”, tema que luego dijo le gustaría escucharlo en voz de Joaquín Sabina, imitando cómo sonaría. Acto seguido, deslumbró con su sencillo “Turquesa” dedicado a las “parejas disparejas”.

El cuatro venezolano también fue abordado por el talentoso cantautor boricua. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Realmente, escuchar a Manolo Ramos fue un lujo, porque hizo vivir distintas emociones en el espectáculo. Su amor por Puerto Rico lo demostró en su segmento especial que dio inicio -sentado en el escenario- con “Lo que el viento no se lleva”, que escribió por la devastación del huracán María en 2017, que provocó que Univisión lo despidiera, ya que Telemundo lo utilizó como tema bandera.

Uno de los mejores momentos de la noche llegó con “La Tierra de Papá” junto a su pequeñín Gael que apareció arropado con la monoestrellada. Antes de presentar a su invitado especial, dijo que es impredecible, un poco inquieto y que no lo juzgaran por lo que dijera o hiciera. El emblemático tema lo había cantado con su heredero Mateo en el especial de Popular, “De Puerto Rico para el mundo”.

El público enarboló la enseña nacional a los acordes de “Yo soy puertorriqueño”, mientras Manolo Ramos portaba la suya que antes exhibió su hijo.

Antes de culminar con “Amor y punto”, que dio título al evento musical, Manolo Ramos captó imágenes de su gran noche y, en son de broma, pidió que gritaran como si estuviera Bad Bunny.

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