Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
En el marco del centenario de Amaury Veray Torregrosa y Héctor Campos-Parsi, el Conservatorio de Música de Puerto Rico celebró esta semana la séptima edición del Simposio de Investigación Musical, dedicado a los fenecidos compositores y académicos puertorriqueños.
Uno de sus discípulos, el Dr. Raymond Torres-Santos aprovechó la coyuntura cultural e histórica para reflexionar sobre la contribución de ambos al pentagrama clásico nacional.

Un rasgo común es la presencia del elemento criollo en sus composiciones, lo que a juicio de Torres-Santos redunda en música clásica de identidad boricua.
“Crean una música que tiene que ver con el sabor puertorriqueño, incorporando a la música clásica elementos folclóricos de la montaña, la costa afrocaribeña y puertorriqueña”, resalta Torres-Santos al observar que la obra “Villancico Yaucano” es la expresión más elocuente de la identidad boricua en el repertorio de Amaury.
“Creo que nosotros, los compositores de música clásica en Puerto Rico, somos lo que somos porque ellos existieron, aunque hubo compositores en el Siglo XIX. Pero Amaury y Campos-Parsi estuvieron en el sitio correcto en el momento correcto”.
Con agradecimiento, Torres-Santos celebra el privilegio de la mentoría que recibió de los autores cuyo centenario se conmemora en 2022.
“Estoy muy emocionado porque ellos fueron mis maestros y mentores de toda la vida. Desde mi niñez los admiré mucho. Nos dimos a la tarea de hacer unos paneles que analizan todo lo que crearon, como por ejemplo el hecho de que fueron los primeros compositores de música cinematográfica en Puerto Rico a través del Programa de Educación para la Comunidad”, dijo Torres-Santos en conversación telefónica con la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Finalizada la jornada del viernes en el Conservatorio y de camino a cenar, con su deferencia habitual en el ínterin Torres-Santos reservó unos minutos para poner en perspectiva la trascendencia de Amaury Veray Torregrosa y Héctor Campos-Parsi.

Ambos, respaldados por Don Ricardo Alegría, plantaron el cimiento de lo que eventualmente se conocería como el Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Corporación de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, el Festival Casals, su evento cumbre, y la fundación del Conservatorio de Música de Puerto Rico.
“En el renacer de 1948, en que ocurre una sinergia artística, hacía falta compositores, maestros y música para la Orquesta Sinfónica y el Festival Casals. Y ellos fueron los pioneros. Los primeros que crearon música para esas agrupaciones. Fueron los primeros que nos dejaron creer que podíamos ser compositores de música clásica en Puerto Rico”, afirma Torres-Santos, en implícita alusión a compositores como Luis Manuel Álvarez, Ernesto Cordero y otros.
De Amaury, ya en el plano personal, jamás olvidará sus consejos, que atesora por su espiritualidad y sabiduría.
“Una vez me sentí triste porque no me había ganado el primer premio de composición en el Conservatorio en una competencia. Y él me dijo: ‘Raymond, este va a ser solamente tu primer premio. No te preocupes porque lo que viene es mucho mejor’. Y entró en detalles religiosos y místicos que fue impactante para mí y aún hoy lloro”, recordó Torres-Santos al acotar de Campos-Parsi que fue un intelectual con un don de la palabra extraordinario.

“Fue la primera persona que me llevó a cenar a un restaurante chino y que me enseñó a comer con los palitos”, rememora en un tono jocoso.
La séptima edición del Simposio de Investigación Musical finalizó con un foro en el que se analizó la contribución de Amaury Veray Torregrosa y Héctor Campos-Parsi a la música clásica puertorriqueña.
El maestro, catedrático, pianista y compositor Dr. Raymond Torres-Santos puntualizó que el centenario de tanto Amaury como de Héctor es oportuno para reconocer su aporte a la música.
“Campos-Parsi es el autor del Tomo de Música de La Gran Enciclopedia de Puerto Rico y Amaury escribió sobre Tavárez, Morel Campos, la danza y José Ignacio Quintón. Es gente que se dedicaron a otros. ¿Por qué nosotros no vamos a dedicarle a ellos este simposio?”, concluyó.