Por José Jorge
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Las terapias de conversión parten de la premisa equivocada de que la orientación sexual es un problema que hay que resolver. Y, tomando ese paradigma como cierto, se han inventado diversas maneras para cambiar la orientación sexual y arreglar el supuesto problema, que van desde las más sutiles hasta las más crueles e inhumanas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos aporta los siguientes datos acerca de las terapias de conversión:
- Muchas podrían catalogarse como una modalidad de tortura, lo que puede ir contra el derecho internacional;
- Son extremadamente peligrosas para los que se someten a ellas;
- Hasta hoy, su práctica está legalmente prohibida en solo seis países del mundo: Alemania, España, Suiza, Países Bajos, Noruega y Canadá;
- Es una práctica científicamente desacreditada a nivel internacional;
- Debido a que legalmente carecen del derecho a controlar sus decisiones, los menores de edad son las víctimas más frecuentes de las terapias de conversión.

En Puerto Rico, todavía a nivel legislativo estamos en el culipandeo y el juego político de prohibir o no estas prácticas abominables. No debe de extrañarnos si recordamos que casi todas las decisiones que han dado derechos a la comunidad LGBTTQ+ en Puerto Rico, han llegado a través del Tribunal Supremo de los Estados Unidos y no por legislación local.
La obra teatral “Reconversos”, que estrenó este fin de semana en el Teatro Victoria Espinosa de Santurce, revive el tema de las terapias de conversión en la discusión colectiva. Es una pieza corta en duración, pero de una profundidad tal, que sigues pensando en ella mucho tiempo después de salir del teatro. De hecho, el elenco, compuesto por Josean Ortiz y Cristian Mariani, tiene un exquisito conversatorio con el público al finalizar cada función, que sirve para profundizar en el tema y en el texto, magistralmente escrito por el reconocido dramaturgo colombiano Paul Caballero. Esta agradable conversación, en la que también participan el autor de la obra y un sobreviviente de terapias de conversión, nos ayuda a comprender lo importante de que esta producción pueda llegar a cada rincón del planeta con su valioso mensaje.
En términos de actuaciones, me parece que el binomio Josean Ortiz y Cristian Mariani cumple cabalmente con el propósito de que el público se identifique con las experiencias de estos personajes que se reencuentran para revivir un pasado lleno de deseos reprimidos, amores prohibidos, hipocresía y desengaños. Josean Ortiz da vida al personaje de Alejandro, el sicólogo y terapeuta que una década atrás practicó la terapia de conversión a Matías, el personaje que interpreta Cristian Mariani. Como de costumbre, Josean nos regala una actuación orgánica y bien trabajada, que transmite la crueldad detrás de estas terapias que destruyen la psiquis de sus víctimas. Alejandro no es bueno ni malo. Simplemente es el resultado de años de adoctrinamiento, homofobia y discrimen, como ocurre con tantos otros promotores de las terapias de conversión.

Mención aparte merece el trabajo del actor argentino Cristian Mariani, quien interpreta a Matías. No es fácil tener de compañero actoral a Josean Ortiz, porque es un actor que tiene una fuerte presencia escénica que cautiva al público desde el primer momento en que entra a escena. He visto a Josean actuar junto a otros actores y han sido muy pocos los que han logrado establecer el equilibrio actoral idóneo para medirse con este primer actor del teatro nacional. Pero Cristian Mariani logra y supera su reto, brindándonos una extraordinaria y naturalmente convincente actuación. Su interpretación no solamente conmueve, sino que comunica elocuentemente el mensaje de transformación social que quiere llevar el autor a través de la historia que, siendo un trabajo de ficción, no deja de ser además la realidad de miles de personas gays a través del planeta.
También hay que reconocer la valentía y la labor titánica de Hispanic Federation, FUERZAfest y Productora Angeles del Fin Inc. para lograr que este trabajo subiera a escena y se encuentre de gira por varias ciudades. El teatro comercial es importante y necesario, pero también necesitamos que más productores se comprometan con obras que eduquen y sensibilicen a las audiencias acerca de temáticas como la que presenta “Reconversos”.
A nivel personal, “Reconversos” marca la primera vez que me aventuro a ir al teatro luego de más de dos años de encierro pandémico. Y lo hice, no solamente porque es necesario empezar poco a poco a regresar a la normalidad, sino también porque toda producción teatral con Josean Ortiz es un trabajo que garantiza una alta calidad artística y de contenido, lo que evidencia su larga y exitosa carrera profesional. Y no me equivoqué, pues “Reconversos” es mucho más que una pieza teatral. Es una terapia de conversión contra la ignorancia, la homofobia y el discrimen, que nos hace salir del teatro con un conocimiento renovado de un tema complejo y socialmente polarizante.
La obra se presentará el viernes 18 y sábado 19 de marzo a las 8pm, y el domingo 20 de marzo a las 4pm en el Julia de Burgos Performance & Arts Center (1680 Lexington Ave, New York, NY 10029).
(El autor es dramaturgo y educador)