Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Originalidad.
Perseverancia.
Ángel.
Arrojo.
Demasiada tabla.
Talento a raudales.
Personalidad imponente.
Histrión genuino.
Actriz sui generis.
Magistral exponente del arte de la actuación.
Faro que desde la Ciudad Señorial ilumina a Borinquen.
Lumbrera sureña del Teatro Nacional.

Palabras y frases que describen a la artista Maddy Enid Rivera Caraballo, que en el Mes de la Mujer, representa el empoderamiento del género femenino mediante las artes, específicamente desde el drama que, en tiempos pandémicos, es oxígeno que sostiene su espíritu luchador, creativo y emprendedor.
El próximo martes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Maddy Rivera tendrá su primera aparición teatral de 2022 en Guayanilla. Se trata de un fragmento del monólogo “Nosotras lo hacemos mejor”, del dramaturgo Roberto Ramos-Perea.
“Me gusta mucho esta pieza, pero en particular que la haya escrito un hombre y que ese hombre postule y diga quién es la mujer, lo que vale y la fuerza que tiene y lo que representa en el mundo me parece necesario que las mujeres escuchen mensajes como ese. De dónde viene, para dónde va y todo lo que puede alcanzar”, dijo Maddy en entrevista para la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Se recordará que durante la pandemia del Covid-19, cuando decenas de salas teatrales estuvieron cerradas, Maddy asumió con valentía y de manera proactiva la causa del derecho al trabajo en las artes, llegando al icónico Teatro La Perla de Ponce, donde representó desde sus escalinatas la pieza “Antesala”.
“Nace por esa necesidad de que no tenemos espacios en Ponce. El café-teatro Proscenium ya no existe. Y el Teatro La Perla está cerrado. Hice una convocatoria a todos los artistas que pudieran participar. Se llama ‘Antesala’ porque precede su reapertura en algún momento y por lo que representa el Teatro La Perla”, explica Maddy al añadir que participaron artistas procedentes de los cuatro puntos cardinales de la Nación.
“Algunos cantan, otros declaman poesía y presentan monólogos. Convivimos todos ahí y le regalamos al Pueblo arte, música y teatro. Y le comentamos al Pueblo que no olvide al Teatro La Perla y que tampoco olvide a los artistas porque necesitamos espacios y estamos aquí para el Pueblo”.
Con vasta experiencia en radio, en el aula escolar y como maestra de ceremonias, Maddy Rivera es paradigma perfecto del empoderamiento de la mujer a través de las artes.
A pesar de su juventud, durante sus primeros años de desarrollo en las tablas tuvo que robustecer su carácter e inteligencia emocional para no sucumbir ante el discrimen por género, por su procedencia campesina -porque nació en Adjuntas- y por su origen humilde pues residió con su mamá en el Residencial Rafael López Nussa de Ponce.
A su sentido de inferioridad, resultado del acoso o de lo que hoy llaman ‘bullying’, se enfrentó con lectura de literatura y poesía, hasta que incursionó en el teatro, expresión que revolucionó su vida.
Como estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Maddy participó de las audiciones del taller de teatro Luis Torres Nadal. Así, bajo la tutela de Edilberto Torres Santos y posteriormente de Johanna Ferrán, encaminó su desarrollo en las tablas, acumulando la experiencia necesaria para convencerse de que su vida es el Teatro.

“Fui redescubriéndome y viendo quién era yo a través del teatro. Pude entender que contaba con la fuerza y determinación, que era capaz de pararme frente a un público, de pocas o miles de personas. A través del teatro y de la representación toco la piel de otras personas. Al subir a un escenario me sentía tan segura y feliz que supe que era lo que quería para mi vida. Por eso estoy tan agradecida con mis maestros. Para mí el teatro es una experiencia para ser compartida”, expresa Maddy, cuyo rol como educadora se traduce en sentimientos hermosos al reconocer la transformación humana y social de los niños y jóvenes que estudiaron con ella.
“He visto jóvenes que he impactado en residenciales públicos donde la experiencia de hacer teatro los marcó de manera positiva”.
En Miami, Maddy integró el selecto núcleo Actors at Work. Guiada por Sandra y Ernesto García, interpretó monólogos como “Quién le teme a Virginia Woolf”. Allá expuso su talento en el proyecto emergente Micro Teatro, cuya propuesta “El Hielo es Agua escrita” de Mabel Leyva le mereció el aplauso del soberano y los comentarios positivos de la crítica especializada.
“Recuerdo de cuando estuve tanto en Miami como en Nueva York, el monólogo me permitía buscar la verdad que poseen ciertos textos. Una verdad absoluta que puedo transmitir a través de la actuación. Navegar a través de esos mundos y esencias que no necesariamente son la mía pero que al unirnos integramos una sola. Eso me enriqueció y me hizo ver mi capacidad actoral”, evoca Maddy, que en 2014 obtuvo el primer lugar en el Festival Monologando, con la pieza “La Actriz” de Luis Torres Nadal, siendo nominada a Mejor Actriz por la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York.
“Ese es mi talismán. Lo considero un trabajo actoral precioso y muy intenso que siempre me ha abierto puertas. Aunque no conocí a Luis Torres Nadal porque fue asesinado en 1986, su obra mientras Dios me de vida la representaré porque merece mayor trascendencia. Fue un gran dramaturgo, poeta, profesor de teatro y bailarín”, comenta feliz y complacida Maddy, cuyo monólogo igualmente fue aplaudido en República Dominica, además de que con la pieza “Sinceramente Lorca” debutó en Buenos Aires, Argentina.
En años recientes Maddy ha sido vocal en representaciones de Alina Marrero y Adriana Pantoja de Cuarzo Blanco, a cuya obra “Torbellino” aportó su talento representando el personaje “Mercedes Arias” en una historia de gran valor cultural que evoca el renacimiento de la época de la danza puertorriqueña.
Y a sus créditos se suman con altos honores en 2017 la comedia romántica “Dinosaurios” con el primerísimo actor Braulio Castillo hijo.
“Siempre que me propongo un objetivo voy hacia eso. Me gustan mucho los retos. Es una obra del argentino Santiago Serrano que hice cuando era una jovencita de 23 o 24 años. Una vez pensé que me gustaría hacerla con un actor como Braulio Castillo y me decían que no era posible. Le escribí, coincidimos en una actividad y me dijo que me iba a llamar y me llamó. Me dijo que le gustó la pieza y que deseaba interpretarla conmigo. Debemos creer en nosotros cuando queremos hacer algo. Lo que te lleva al gran objetivo ese es el aprendizaje. Es un primerísimo actor de este País”.

Consciente del poder emancipador del teatro, en 2019 Maddy Rivera conceptualizó y creó el Festival de Teatro La Voz de la Experiencia, cuyo objetivo es empoderar a actrices y actores de 50 años en adelante.
“Fue preciosa la experiencia. Vemos a diario, en la televisión y también en el teatro, un poco de discrimen de echar al lado a personas por cierta edad. La edad es solo un número. La edad significa experiencia y conocimiento. Aquí hay voces que merecen más oportunidades y que tienen mucho que mostrarnos y enseñarnos sobre las tablas. Es un festival que me gustaría retomar ahora que se flexibiliza un poco lo de la pandemia. Hubo personas de 60 y 70 años. Fue un grupo precioso. Y tuvimos desde Guatemala al actor Edwin Bernal en el monólogo “Discreto” de Calígula”.
Mientras avanza 2022, Maddy Rivera se proyecta con autenticidad como actriz, maestra de teatro y directora. Desde la Ciudad Señorial, es lumbrera del teatro nacional.
A pesar de las restricciones que aun impone la pandemia del Covid-19, en agenda para 2022, tan pronto como en abril, tiene el proyecto Noche de Teatro bajo las Estrellas en el Museo de la Música en Ponce.
“Retomaré ‘Dinosaurios’ con Braulio Castillo. También tengo un monólogo que estrenaré fuera de Puerto Rico y ‘Antesala’, de Arte Frente a Todos, que es otro proyecto hermoso que llevamos a cabo frente al Teatro La Perla. Tengo que agradecer al periodista José Elías Torres Montalvo (qepd), que le dio nombre a Arte Frente a Todos y a Antesala”.
Así finalizó la entrevista telefónica que documenta en vísperas del Mes de la Mujer solo una parte de la trayectoria feliz de la actriz Maddy Rivera.
Artista que estuvo un poco apartada del teatro de la vida por una pérdida reciente en su plano personal. Pero recuperada, poco a poco, esta mujer fuerte de espíritu regresa con ímpetu imparable e inquebrantable porque cuando agarra impulso, excepto Dios, nada ni nadie la puede detener.