Orgulloso de sus huellas Aníbal De Gracia

El músico hace una retrospección tras más de 40 años de alegrar al público.
El trombonista Aníbal De Gracia lleva más de cuatro décadas en el ambiente musical. (Foto suministrada)

Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

La música lo seleccionó. Desde su niñez, fue el quehacer diario que ocupó sentido y pensamiento. Su padre era dueño de una tienda de discos, por lo que la música se convirtió en su respirar. El sonido heterogéneo de géneros musicales enriqueció sus gustos y permitió que escuchara de todo y a todos, lo que afinó la sensibilidad por el arte musical.

“Escuché todo tipo de música. Desde Toña la Negra hasta Arsenio Rodríguez… Ramito y Chuito el de Bayamón… los discos de Willie Colón y Héctor Lavoe… Marco Antonio Muñiz y un grupo inmenso de artistas. Aunque podía escuchar de todo, fue esa ola inmensa de explosión salsera, la que me cautivó. Mi padre me recalcaba con insistencia que debía aprender a tocar un instrumento musical. Es cuando entré en el Programa de Música de Bayamón de la banda municipal”, recordó De Gracia.

El trombonista boricua cursó estudios en la Escuela Libre de Música. (Foto suministrada)

A partir de ese momento, fue el primer contacto con el trombón, relación que lo sigue acompañando cuatro décadas después. La experiencia de tomar clases en la Escuela Libre de Música como estudiante externo junto al profesor Salcedo; y proseguir con maestros como Lutty Maldonado y Aldo Torres, desarrollaron la afinidad por el trombón.

“Me encantaba la orquesta Borincuba de Justo Betancourt. Conocí sus músicos e hice amistad con ellos… es cuando comienzo a interesarme de manera más formal por la música”, detalló el trombonista que se adentró en la música del trompetista canadiense Maynard Ferguson (1928- 2006) y de las orquestas grandes (big band).

El hoy, también contable –estudió un bachillerato en Administración de Empresas, concentración en Contabilidad- ingresó a la Universidad de Puerto Rico, recinto de Bayamón, donde en algún momento había intentado formar una banda o agrupación musical. Al tiempo fue contactado para encabezar el proyecto musical y tras audiciones entre estudiantes, arrancó la aventura musical.

“Me encantó la experiencia… eso de dirigir y organizar la banda. Hicimos presentaciones y funcionó de manera interesante. Le tomé el gusto. Entonces, se presentaron oportunidades para tocar con diversas orquestas y cantantes como Willie González, Omar Alfanno, Manolo Lezcano y Primi Cruz”, señaló el músico que admite, su gran satisfacción es observar el disfrute de la gente al escuchar su música.

Dedicación, responsabilidad y duro trabajo son las palabras que dice, definen su perseverancia en el ambiente musical. Y ¿qué lo motivó a tomar su rumbo personal? Liderar su propia banda.

Más allá de la música. Aníbal completó un bachillerato en Administración de Empresas, concentración en Contabilidad. (Foto suministrada)

“Cuando mi mejor amigo decidió planificar su boda, le dije en tono de broma, que tocaría en la boda. Cuando se acercaba la fecha, me preguntó, si tenía todo listo. Le comenté que había sido en broma, pero me sentenció que tenía que cumplir mi dicho de tocar en su boda. No tuve otra alternativa que buscar músicos… me preparé, hice la agrupación y toqué en su boda”, narró, sobre la primera experiencia con su grupo.

Desde ese momento, identificó la posibilidad de continuar con la orquesta y amenizar bodas, fiestas privadas, corporativas, navideñas y convenciones entre otras actividades. Encontró un área donde concentró sus esfuerzos para hacer música, y capturar un nicho que cultiva a través de todos estos años. Incluso, llego a ser protagonista musical de múltiples campañas publicitarias de diversos productos.

“Me moví hacia los eventos de bodas, corporativos, privados, porque encontré un espacio para llevar la música… presentar un show amplio con diversos ritmos que alegraran la gente y los amantes del baile. A través del tiempo, los gustos han variado mucho… el público de hoy, tiene otras exigencias y gustos. A mis 60 años de edad, he visto como la música ha evolucionado y va a seguir evolucionando. Es cuestión de adaptarnos sin resistencia ni temor, brindando lo mejor que sabemos hacer… música”, expresó De Gracia.

La plena lo cautivó y decidió adentrarse, buscar, aprender y encontrarse con el género de expresión cultural-folklórica nacional. De esa inquietud musical nació su orquesta ‘Plena dulzura’. Un caminar interesante mayormente con la plena como estandarte, lo que dio paso al disco ‘Piña colada’ con Juan Manuel Lebrón en la parte vocal.

“Luego de un tiempo y con la llegada del nuevo milenio, me inquieté por tratar con nuevas ideas musicales. Había hablado con Héctor Rodríguez ‘Atabal’, sobre el deseo de hacer una fusión de plena con batucada. Quería hacerlo de manera correcta, sin errar o cometer alguna falta al género de la plena o sus exponentes. Me enseñó más sobre la plena y cómo se debía hacer cada cosa correctamente. Fusionar de la mejor manera posible. Creamos la fusión y la llamé ‘Batuquéalo’, con los tres panderos, güiro; y añadimos los zurdos de las batucada de Brasil, y el redoblante”, recordó De Gracia que con ese proyecto legó la producción discográfica ‘Atrevido’, la que tituló así, tras la proeza de la fusión.

Su producción discográfica “Dejando huellas” le produjo gran des satisfacciones en el campo profesional. (Foto suministrada)

Luego, continuó con trabajos discográficos como ‘Que siga la fiesta’, ‘50 años de fiesta’ y ‘Salsealo’. La pasión musical del trombonista nunca se detuvo, aunque en un momento de su carrera se vio obligado a dejar a un lado el quehacer musical para trabajar a tiempo completo, y en colaboración de su esposa, tomar las responsabilidades de hijo único y velar por el bienestar y salud de su padre y progenitora.

Un gran acierto en la carrera musical de Aníbal De Gracia fue la producción discográfica salsera ‘Dejando huellas’ (2016), un proyecto ambicioso musicalmente hablando, que reunió gran cantidad de músicos y cantantes de primer orden como Gilberto Santa Rosa, Víctor Manuelle, Jerry Rivas, Carlos García, Juan Picorelli, Frankie Pérez, Rafy Torres, Carlos García y Christian Nieves, por mencionar algunos.

“Era el momento donde se comentaba y se hablaba mucho de las generaciones viejas y nuevas. Decidí hacer un junte de la llamada nueva generación con artistas que entendía, estaban en el ‘pick’ de sus carreras. Gilberto, Víctor, Jerry, los muchachos de NG-2, Pete Perignon, Julito Alvarado, Juanchi… un ‘dream team’. Y lo mágico de este proyecto fue que todo comenzó con un sencillo que hicimos en homenaje a Willie Colón y Héctor Lavoe: ‘Tributo al cantante de los cantantes’. Al ver el impacto del tema y el vídeo, seguimos haciendo sencillos como ‘Lágrimas negras’, ‘Desenfunda’; y un tributo a la reina Celia Cruz con un junte de vocalistas femeninas… Michelle Brava, Nahyra Pérez y Melina Almodóvar entre otras… no quedó otra alternativa, que plasmar todo esto en el disco, ‘Dejando huellas’. Lo demás es historia”.

Tras recorrer más de 40 años en la música, no se detiene. Continúa liderando Aníbal De Gracia y su orquesta. También, creó y maneja lo que considera su proyecto musical más importante, la orquesta femenina boricua ‘Son Divas’. Próximamente, lanzarán al mercado discográfico un disco que vienen cocinando hace un tiempo, reforzadas con otras grandes exponentes de la música de diferentes rincones del mundo.

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