Serie Retro 1971 (noveno artículo)
Por Javier Santiago y Edgar Torres
Fundación Nacional para la Cultura Popular
Ocurrió hace exactamente 50 Navidades…
Raphy Leavitt y Orlando Conteras libraban una batalla por ocupar las posiciones cimeras de las listas de éxitos. El primero llevaba en su conquista “Payaso” en voz de Sammy Marrero y la orquesta La Selecta. Tras ocupar por numerosas semanas la primera posición en las listas, el cantante cubano Orlando Contreras lo sustituyó en el trono por un breve periodo. Pero entrado el mes de diciembre, ya no habría espacio para nadie: la Tuna de Cayey llegaba con fuerza arrolladora al primer lugar al son de su “Parranda del Sopón”. Lo demás fue historia…

El 8 de diciembre de 1971 el grupo comandado por don Juan Ángel Nogueras alcanzó el primer lugar de la difusión radial de manera espectacular. En aquellos años en que las listas de éxitos se dividían entre los temas impulsados en discos de 45 revoluciones por minuto (rpm) y los elepés de larga duración (33 rpm conocidos hoy como vinilos), la Tuna de Cayey dominaba ampliamente ambos renglones en ventas. De hecho, el disco en formato elepé comenzó el reinado de la Tuna semanas antes cuando plantó bandera en el primer lugar el 17 de noviembre.
El logro es de por sí fue una hazaña si consideramos los nombres de sus más cercanos rivales en el renglón navideño. Se trataba de dos binomios de la salsa difíciles de combatir: Richie Ray y Bobby Cruz y Willie Colón y Héctor Lavoe.
Los primeros propulsaban con fuerza su “Bomba en Navidad” del disco “Felices Pascuas” mientras los “chicos malos” de la Fania hacían lo propio con “La murga” del hoy clásico “Asalto Navideño vol. 1”.
De acuerdo a los números de la semana del 15 de diciembre de 1971, la Tuna estaba en la cima con su “Parranda del Sopón”, mientras el binomio Colón-Lavoe se establecía quinto con “La murga” y el binomio de Richie Ray y Bobby Cruz ocupaba el sexto escalafón con “Bomba navideña”. Tras ellos, el comediante Adalberto Rodríguez alcanzaba la décima posición con “La parranda de Machuchal”, tema que distribuía Two Faces, sello alterno de la familia Hit Parade de Paquito Cordero.

El vertiginoso ascenso de la Tuna de Cayey en 1971 fue antecedido por años de duro trabajo en el campo discográfico. Precisamente el grupo comandado por Juan Ángel Nogueras había iniciado su carrera el 15 de octubre de 1964. Como agrupación que rompió con los esquemas de la época, integró hombres y mujeres como sus exponentes en la plataforma escénica, a lo que añadió instrumentos como el cuatro, mandolina y guitarra, que rompieron el molde tradicional de las tunas de la época, especialmente aquellas establecidas en España.
En años en que la industria nacional de discos contaba con sellos propios de trascendencia en el mercado, la empresa Fragoso marcó los inicios de la Tuna de Cayey en el mundo de las grabaciones. Desde mediados de la década de 1960, la compañía editó producciones que lograron ventas sólidas en el mercado puertorriqueño.
Con la entrada de la década de 1970, el sello Hit Parade se encontraba en una sólida posición en el mercado. De hecho, el año 1969 los había llevado a la cima con temas como “Tan bonita como tú” de Julio Ángel, “Azúcar” de Nelly & Tony Croatto y el gran superéxito del año, “Génesis”, de Guillermo Venegas Lloveras, interpretado por Lucecita Benítez; tema triunfador en el Primer Festival de la Canción Latina celebrado en México.
Ante el empuje logrado por la compañía, el productor Paquito Cordero fue tras la Tuna de Cayey para integrarla a su catálogo de grabaciones y reforzar sus ventas en la Navidad. Con la grabación prácticamente completada, al grupo sólo le faltaba un tema por añadir a su debut discográfico con Hit Parade. Fue ahí que Nogueras, llegó a la casa de su vecino Pedro José Aguayo, quien también era miembro de la Tuna, y le expresó que tenía un número musical empezado que necesitaba terminar.

“La canción narraba la historia de un gallo que se volvió loco porque le mataron a su gallina”, relata María Celeste Vázquez, esposa de Pedro Juan. “En mi casa, se sentó Juan Ángel Nogueras con él y yo – por la esquinita – le fuimos dando formato a la idea… Nogueras escribió dos estrofas y la última entre mi esposo y él… La introducción fue sencilla porque no había tiempo para elaborarla. La disquera ya nos estaba diciendo que necesitaban ese último número para grabarlo rápido… Prácticamente en el estudio fue que montamos esta canción, sin imaginarnos que iba a ser el hit de 1971.. ¡Jamás pensamos que ‘La Parranda del Sopón’ iba a trascender por 50 años. ¡En todos los lugares hoy la cantan!”.
Con “El Show de las 12” del Canal 2 como plataforma televisiva, la Tuna de Cayey ya tenía parte importante para su estrategia de lanzamiento. Ciertamente la proyección a través de la pantalla chica contribuyó al arraigo sin precedentes del tema en el gusto popular de la época, si consideramos la sintonía que gozaba la programación local en las encuestas televisivas.
La exposición en los medios visuales se complementó entonces con la ofensiva en las ondas radiales. Pero a juicio de Vázquez también hay que destacar que fue la letra jocosa y sencilla la que caló profundamente en el público.
“Ese fue el factor determinante. Era una canción sin doble sentido… ¡La gente quería algo más refrescante! En todas las parrandas se cantaba, porque también daban sopón (en las fiestas y en los tradicionales asaltos). ¡Esta canción llegó al pueblo!”, precisó la dama que fue miembro de la Tuna de Cayey hasta 1976.
El efecto de aquella “Parranda del Sopón” alcanzó hasta la llegada de los Reyes Magos en enero de 1972. De esta forma el tema fue el más popular de aquella temporada navideña. Para reafirmar su impacto no hay más que ver su trascendencia en el repertorio navideño de Borinquen. Cada año se suman al mercado nuevas producciones discográficas donde se incluye como parte de el cancionero festivo de la época. De él hay versiones instrumentales de todo tipo: desde cuatro y guitarra hasta piano y arpa. Esto sin olvidar los bombazos navideños o mosaicos grabados por numerosos cantantes y agrupaciones musicales.

“La Parranda del Sopón’ es el número pico. ¡El número que todo el mundo sabe!”, apunta Gertrudis Maldonado Ríos (‘Gigi’), quien comenzó a sus 13 años con el colectivo y ya lleva 46 años en la Tuna de Cayey.
“A través del tiempo hemos regrabado el tema porque siempre está vigente. ¡Ese es el número que el público pide!”, enfatizó. Y aunque la versión de hoy corra en un estilo más movido que el original, “La Parranda del Sopón” sigue activo sin alterar su esencia.
Ciertamente fue “La Parranda” la que los llevó más allá de la conquista del “hit parade” para abrir una nueva etapa de viajes y de presencia en los medios. Al “Sopón” le siguieron “Candela”, “Puerca Sinverguenza”, “Con un pote y una lata” y la magistral producción de 1975 con Chucho Avellanet. Igual ganaron notoriedad en la pantalla chica participando en el especial de Eastern en 1972 y convirtiéndose en la primera agrupación nacional en ganar acceso a la nueva programación musical en las líneas aéreas.
En sintésis ese fue el lo que trajo para el colectivo un tema sencillo que bien pudo ser el “relleno” de última hora para una grabación discográfica. Sin lugar a dudas, “La Parranda del Sopón” fue un éxito sin precedentes que le dio un nuevo impulso a la Tuna, convirtiéndola en clase aparte dentro de su género.
“¡Jamás pensé que la Tuna de Cayey iba a trascender tanto! Sus tres fundadores murieron y el grupo sigue. Las generaciones que llegan continúan escuchando las mismas canciones y le guardan el respeto a aquellos miembros de la Tuna que empezamos esto”, concluyó María Celeste Vázquez a quien todos llaman Brunilda.