Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El sonido de las pailas y tambor estremecían sus sentidos. Un oído afincado a la percusión acariciaba la idea de algún día, repicar el timbal o las conga en una tarima. Como un buen cangrejero creció escuchando a Ismael Rivera y una gama de salseros que dominaban la escena musical de la época. José ‘Che’ Vega Sánchez se lanzó a la rumba sin pensarlo.

“Siempre me he llamó la atención la percusión. Mi mamá quería que aprendiera a tocar guitarra. Quería que fuera guitarrista, y yo le decía que no… no me gustaba la guitarra. Me compró como quiera una guitarra, porque en la iglesia que asistíamos daban las clases. Fui a dos clases y dije, no más, me quité”, dijo entre sollozos, Che Vega.
Los intereses musicales transitaban hacia otra dirección. Tomaba prestada una conga de un amigo y practicaba, hasta que su padre le preguntó de dónde conseguía la conga. Después de hacerle la historia, lo convenció de comprarle la anhelada timba.
“Más adelante, conseguí un trabajo de verano que ofrecía el gobierno a los jóvenes, y un amigo de Puerta de Tierra, -Pacheco-, estaba vendiendo unos timbales. Me los vendía en 75 dólares y tan pronto me pagaron el primer cheque, fui corriendo y compré los timbales. Cuando mami me preguntó ¿y eso? Le dije con esto es que vengo”, narró el percusionista, conocido en el ambiente musical como ‘Che’.
A palo limpio, esa era la sonoridad rutinaria para los vecinos de la familia Vega-Sánchez en la calle Del Río, al filo de la calle Loíza. Pero la voracidad por la música, lo llevó a transitar por diversos senderos.
“Al año, compré unos timbales marca LP, y así empecé con el timbal. Tocaba la conga, pero le daba más al timbal. Tocaba por ahí con los muchachos… En el Esquilín, con todo ese grupo de la Avenida Puerto Rico, todos los que rumbeaban. Un amigo, Goyo, hizo un grupo y los lunes, íbamos a diferentes sitios a tocar. A residenciales, barriadas y distintos lugares… Un día nos contrataron para una actividad de Navidad en Campo Rico, Carolina; y ahí fue que me gané mis primeros 35 dólares como músico”, recordó con nostalgia.

A partir de ese momento se activó la actividad musical con varios grupos y orquestas. Hasta recibir una invitación para participar en una orquesta en Bayamón.
“Era un grupo buenísimo, de donde salieron buenos músicos. Ensayábamos en Rexville, en un negocio del papá del cantante. La orquesta no tenía nombre. Un día, hicimos un ensayo y todos preguntábamos, qué nombre se le pondría al grupo. Para ese tiempo, había salido el disco de Mongo Santamaría y Justo Betancourt, ‘Ubane’ y les dije, vamos a ponerle ese nombre. Todos estuvieron de acuerdo por que a muchos de ellos, les gustaba ese disco. Tenía un tema bien pegado que se llamaba ‘Cantándole al amor’. De ese grupo salieron músicos como José Alberto ‘Beto’ Tirado y otros, que luego tocaron con Mulenze y Patrulla 15”, continuó narrando Che.
Durante ese tiempo pasó por diferentes grupos, incluso, participó de muchos demos y grabaciones de estudio. La amistad y afinidad con Beto Tirado, lo llevó a diversas colaboraciones de grabaciones, tocando percusión menor (maracas y güiro, entre otros). Época de mucho trabajo con las contrataciones para bodas, quinceañeros, inauguraciones y otras actividades. En ese tiempo, conoció e hizo gran amistad con el conguero recientemente fallecido, Jimmie Morales, el trompetista Cusi Castillo y el bajista, Johnny Torres.
Orquesta La Diferente, un grupo con un tresista y bien típico, le abría paso al timbalero que también formó parte del grupo del trompetista Néstor Préstamo, ‘Maldades’ de Archie Pereira, Víctor Skerett y su Orquesta, Grupo Sunoco; y en ocasiones era reclutado por el vocalista, Héctor Tricoche.
Recordó de manera especial su participación con el cantante Carlos Alberto Fortuño en el Festival OTI 1995, celebrado en Paraguay, donde se desempeñó con el timbal, conga y bongo. Todo bajo la dirección de Ramón Sánchez.

“Recuerdo que en una ocasión en Nueva York, Manny Oquendo –1931-2009/legendario percusionista de raíces boricuas- director del famoso Conjunto Libre, lo invitó a tocar con el grupo y aportar una descarga.
Entre otras aportaciones en el área musical, también participó en la realización de múltiples demos y jingles realizados al lado del maestro, Cucco Peña.
Durante la década de 1990 y 2000 se convirtió en un músico de excelencia para grabar maracas y güiro en muchísimas producciones discográficas. Se destacó en discos como ‘Hecho en Puerto Rico’ del trombonista y cantante, Willie Colón; la producción ‘Paradise’ de Humberto Ramírez; y en varios proyectos de Tony Vega, Brenda K Starr, Gilberto Santa Rosa, Domingo Quiñones; y el pianista Pedro Bermúdez.
Tras una aportación musical de varias décadas en la salsa, ‘Che’, es un músico capaz de dar interesantes pasos como timbalero, conguero y bongosero; que ha perfeccionado sus ejecutorias en la percusión menor (maracas y güiro) ganándose el respeto de sus colegas.