Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El legado musical del pianista puertorriqueño nacido en Nueva York, Hilton Ruiz, está tan vigente y perpetuo que sigue inspirando a otros músicos del pentagrama contemporáneo. Como ejemplo reciente el bajista, compositor, arreglista, productor y educador de jazz, Leon Lee Dorsey, legó un excelente y extraordinario proyecto discográfico. Con un formato de trío, el bajista logra una efectiva conexión rítmica en unión a Mike Clark (batería) y el cubano Manuel Valera (piano) en la producción “Freedom Jazz Dance” (2021); un formidable trabajo para JazzAvenue 1 Records. El melódico pique que imprime el trío, e imponente destaque de cada uno de los músicos, hace brillar la grabación.

Dorsey, un bajista que colaboró con Art Blakely, Lionel Hampton, Dizzy Gillespies, Freddie Hubard, Wynton Marsalis, e incluso, con Hilton Ruiz, continúa con su alto calibre y es un deleite escucharlo en sus solos de contrabajo. En unión a Mike Clark, ha logrado una hermética sintonía –han trabajado varias producciones juntos- que se puede apreciar en cada una de las piezas de “Freedon Jazz Dance”.
Esta es la cuarta colaboración de Dorsey y Clark, después de los trabajos “Monk Time” (2019), “Play Sgt. Pepper” (2020) y “Thank you Mr. Mabern” (2021). Al interesante trío se unió el pianista cubano, Manuel Valera, brillante tecladista que originalmente inició su carrera profesional como saxofonista. Siguiendo la tradición de su compatriota Gonzalo Rubalcaba, es un versado del bebop, son cubano y el danzón.
Dorsey logró tocar regularmente con Hilton durante los últimos años del pianista; incluso, colaboró en diversos proyectos como “New York Story” y “Steppinn’with T.P.”, una dedicación de Ruiz al maestro Tito Puente. El propio bajista señaló que la colección de ocho melodías,”‘Freedom Jazz Dance”, destaca la estética musical que Ruiz adoptó a lo largo de su asombrosa carrera.
Los temas “Home Cooking” y “New Arrival” de la autoría de Hilton Ruiz sirven de base para lo que es un proyecto de mucho potencial, fuerza e inteligentes improvisaciones. Desafiantes son las piezas originales de Dorsey, que recogen una gama de influencias jazzísticas en “Baptism”, “Until The End of Time” y “Chillin”. Por otro lado, una clara y nítida apertura voraz abre la producción con el tema de Eddie Harris, “Freedom Jazz Dance”, pieza que brinda el título al disco.
Tanto el trabajo de Dorsey, Clark y Valera componen una afirmación del buen jazz logrado en un disco obligado a escuchar una y otra vez. Un bravo acierto de Dorsey que sigue cosechando música de excelencia.