Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Con los Muñequitos de Matanzas conserva el disco “Rumba en Tres”.
Con Danny Rivera, un segundo volumen de “Obsesión”.
Y con los sobrevivientes de la salsa, un concepto que apela a la tradición.
Pero, aunque el virtuoso y legendario Nelson González no descarta eventualmente el lanzamiento de estas grabaciones bajo su sello Azulu (primeras sílabas de sus hijos Azul y Lucas), por lo pronto su atención se enfoca en la promoción de su segundo cd al frente de la banda Del Caribe Latin Jazz All-Stars: “Gracias Dizzy”.
Se trata de un concierto en vivo en el Museo Nacional del Jazz en el Hostos College en el Bronx, Nueva York dedicado a Dizzy Gillespie, mito del be-bop, precursor del jazz latino y cuyas colaboraciones con Luciano ‘Chano’ Pozo, con arreglos de Mario Bauzá, dieron vida al ‘Cu-bop’ o jazz afrocubano.
Dizzy, quien visitó Puerto Rico en varias ocasiones, traído por Fran Ferrar para su Festival de Jazz Tierrazo y más adelante para un concierto con su United Nation Orchestra, tuvo en sus filas a boricuas como Charlie Sepúlveda, David Sánchez y Giovanni Hidalgo.
Con su nuevo disco, Nelson González reconoce y aplaude la contribución de Dizzy Gillespie a la cultura jazzística de Borinquen y el Caribe.
“Tuve el honor de ir a Cuba con la CBS All Stars y Dizzy era parte de ese elenco de artistas. Escuchar a Dizzy hablar era aprender mucho de lo que nosotros llamamos latín jazz. Lo admiraba muchísimo porque él fue uno de los primeros que incorporó el ritmo latino al jazz, con sus colaboraciones con Chano Pozo y luego con Patato. Él incorporó la percusión afrocubana a lo que hoy conocemos como latín jazz y eso hay que admirarlo por lo innovador que fue”, señaló Nelson, quien estuvo dos semanas en Puerto Rico.
Nelson presenta versiones de “Birks Works”, “Tin tin deo” y “Manteca”, además de “For Dizzy”, “Night In Tunisia” y “Con cierto tumbao”, una composición de Emilio Morales, arreglista del proyecto.
“Hay mucha más música de Chano, que antes de Dizzy era una estrella cubana por su participación en las comparsas en Cuba con su grupo Los Dandys. Chano ya era muy conocido en ese género y también él colaboró con conjuntos. El disco es un pequeño agradecimiento a lo que son estos grandes músicos de lo que hoy hacemos como latin jazz”.
Parte de las interpretaciones de “Gracias Dizzy” superan los diez minutos de duración, tiempo para que las leyendas que integran su banda (Johnny ‘Dandy’ Rodríguez, Bobby Allende, Rubén Rodríguez y el sensacional Orestes Vilató) se destaquen en sus solos.
Nelson invitó a dos virtuosos puertorriqueños al concierto en vivo, editado en el formato de cedé: el trompetista Humberto Ramírez y el saxofonista/flautista Ricardo Pons. En el caso de Humberto, no es muy común encontrarlo tocando en vivo como ‘sideman’ de otras bandas.
“Esto fue un concierto en vivo en Hostos College. La idea era traer personas que residen en el Caribe, como Humberto y Ricardo. Me pareció que la combinación de flauta y trompeta no es muy usada. A mí me encanta esa combinación y la usé en un disco que hice, que se llama Son Mundano. Para mí uno de los mejores exponentes en vivo, con un sonido bellísimo, es Humberto. Y Ricardo es un virtuoso del saxofón y la flauta. Esa noche hubo magia”, abunda Nelson al agradecer a Eduardo Reyes como co artífice del sonido de Del Caribe Latin Jazz All Stars.
La labor de Nelson se limita a la dirección de la banda y a su aporte como acompañante desde el tres cubano. Hoy por hoy, Nelson González es reconocido como el exponente más innovador del tres, lo cual se puede apreciar en sus discos con la Típica 73, entre otras agrupaciones.
“Nunca he dicho que soy un músico de latin jazz. Al contrario, siempre he dicho que no es mi fuerte, pero decidí aportar al instrumento en ese género musical. Dar con el sonido de los músicos que tenemos no es fácil, especialmente cuando grabas en vivo. Pero lo logramos con mucho trabajo y tacto”.
Al tres, contrario a la guitarra y al propio cuatro puertorriqueño, no se le reconoce un rol protagónico en la improvisación jazzística. “Este instrumento ha estado marginado y en un momento dado estuvo en peligro de extinción. No hay buenos treseros. Todos lo de hoy quieren tocar más que el otro. No hay un movimiento de colaboración genuino. El instrumento no es fácil de tocar. Es difícil. Por la afinación no fácil meterlo en el jazz, pero me atreví respetando el género. El tres consiste de seis cuerdas en tres pares. Es una limitación al género del jazz. Me atreví por el hecho de que no hay muchos que lo hacen y porque muchos lo miran como un instrumento primitivo que solo es para el son montuno o para tocar música cubana antigua”, abunda Nelson, que en el disco “La candela” de la Típica 73 innova tocando el tres con -un pedal ‘wa-wa’, logrando resultados muy a favor del instrumento, cuyas innovaciones son influenciadas por Jimmi Hendrix, intentando equipar su sonido al de la guitarra eléctrica, lo cual no pocos puristas hoy comprenden.
Nelson, que contó con la bendición del fenómeno cubano Jesús ‘Niño’ Rivera, recoge los frutos, respaldado por una trayectoria brillante junto a la Típica 73, La Revelación, el Grupo Folclórico Experimental Nuevayorquino, Eddie Palmieri, Rubén Blades y Cachao, entre otros.
“Gracias Dizzy”, su segundo disco con el Caribe Latin Jazz All Stars, es la confirmación de la grandeza de este puertorriqueño inmortalizado en la historia del arte musical.