Por Vicente Toledo Rohena
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Un día inesperado tras morderse la lengua mientras comía un emparedado, la vida del cantante de salsa cristiana Héctor Núñez tomó un giro de 180 grados. Luego de varias citas médicas y múltiples exámenes médicos, le llegó la noticia que tenía cáncer en la lengua.
“Eso fue en septiembre de 2015… Me mordí la lengua comiéndome un sándwich y me empezó a crecer algo raro en el lado izquierdo de la lengua. Al visitar al doctor me hizo una biopsia que indicó que tenía un cáncer en la boca. Recuerdo que un médico me dijo: ‘olvídate de hablar, cantar y predicar. A ti nadie te va a entender cuando hables. Será como murmullos’. Yo le contesté: ‘creo en un milagro de Dios y eso no será así’. Se me rio en la cara… se mofó. Me fui llorando y con un ataque de ansiedad”, relató pausadamente Núñez.

Narró que durante meses había visto en la televisión un anuncio sobre un hospital especializado en cáncer. Además, trabajaban con la parte emocional ante la posibilidad que no se pudiera controlar la enfermedad.
“Finalmente en 2016 me operaron. Estuve 13 horas en sala de operaciones. La doctora tan pronto culminó la intervención, salió y pidió reunirse con mi familia. Naturalmente, ellos pensaron lo peor. Mi hermana comenzó a llorar y la doctora rápido le preguntó: ‘¿Por qué lloras?’ Mi hermana contestó con otra pregunta: ‘¿Está vivo?’ Y la doctora le dijo sí… De manera pausada y asombrada la doctora dijo a mi familia: ‘Voy a decirles, en esa sala de operación estaba Dios conmigo operando’. La doctora que no era cristiana, dijo que ahí estaba Dios. Tuvo que reconocer la presencia y la obra de Dios”, señaló el cantante vía telefónica desde su residencia en Chicago.
Durante ocho meses sus días transcurrieron sin el gusto de probar comida. Recibía alimentación a través de un orificio hasta que un día, su esposa preparó un rico arroz blanco con pollo guisado. Dejando atrás el miedo y creyendo el testimonio de su sanidad probó una cucharada, y a partir de ese momento come de todo. Afirma estar libre de cáncer. De visitas constantes de seguimiento, las mismas están a punto de concretarse a solo, una visita anual al médico.
“El Señor me trajo de la sombra a la luz. Desde que le conocí le creo y le sirvo. Soy humano, no soy perfecto. Me caigo como todos, pero Dios nos ama tal como somos”.
Aunque nació en Puerto Rico, se trasladó junto a su familia a Chicago, prácticamente recién nacido. Viene de una familia en donde la música es parte del quehacer cotidiano. Su padre y tíos tocaban en tríos; y orgullosamente, recalca que es natural de Hatillo y nacido en Arecibo.
“Como a los cinco años, regresamos a Puerto Rico. Mi padre quería que aprendiéramos de nuestras costumbres y que habláramos español. Me gustaba escucharlos y verlos cantar. Recuerdo que yo, le cantaba a mi abuela. Cuando me estaba acostumbrando a vivir en Puerto Rico, nos regresamos a Chicago. Pero me había llevado esa pasión por la música. Aprendí a tocar acordeón, tocaba muchas polkas… cuando llegué a los 12 o 13, me dio fiebre de ‘soul music’. Mi hermano y yo hicimos un grupito. Tocaba guitarra y acordeón y mi hermano batería. Fue bastante conocido aquí en la comunidad de Chicago. Era la época de Los Beatles. Me fui desarrollando. Mi papá nos dijo, tienen que tocar cosas latinas y fue cuando empezamos a tocar números de Richie Ray y Bobby Cruz. Comencé a tener ese amor por la salsa. En ese tiempo era guitarrista, pero después me inicié tocando saxofón; y durante un tiempo, toqué con diferentes orquestas”, señaló entre remembranzas.
“Soy amante de la música de Ismael Miranda. Cuando chamaco lo imitaba. Me encanta su voz. Una vez fui a tocar y no había cantante. El director me dijo, vas a ser el cantante de la orquesta. Y dije está bien. Los años pasaron, me casé, tuve mis hijos y tuve una buena carrera musical con una orquesta local que se llamaba Yambó, del pianista Archie Pereira. Archie me había visto cantando con la orquesta Sonora Tropical, se me acercó y me dijo que cantaba bien, que venía de Puerto Rico a formar una orquesta. Cuando me dijo que venía de Puerto Rico, le dije que sí rápidamente. Me fui con él y tengo grabaciones y gratos recuerdos de la orquesta Yambó”.

Posteriormente, formó parte de la Orquesta Candela, donde trabajó múltiples proyectos. Al poco tiempo, llegó la experiencia y encuentro con Dios que transformó su vida. Admitió que antes de dar el paso de aceptación al Evangelio, vivía una vida alocada y mundana. Se encontraba arropado y cautivo de las drogas y todo el paquete que como consecuencia trae ese diario vivir.
“Una noche después de utilizar drogas, me acosté a dormir y me dio un fuerte dolor. Lo único que decía era ayúdame Señor, quítame este dolor. Algo milagroso te aseguro que pasó. El dolor desapareció. Al otro día fui a la iglesia. Escuché un pastor que fue compañero de clase, que predicaba sobre el momento que Pedro negó a Jesús. Sentí una convicción en mi corazón que dije, después que Dios me salvó anoche tengo que pasar al frente. Acepté a Cristo como mi Salvador y llevó desde ese momento hasta aquí en el camino”, recordó y contó con alegría.
“Somos cristianos, aunque no somos perfectos. Procuro dedicarle mi vida y servirle. No quería, ni quiero saber nada de la calle, nada de droga, nada de nada. Aquí en Chicago, compartí en la música con Miguel Cruz, director de la orquesta Querubín… mi hija, me había traído un CD de Miguel y cuando escuché un tema que dice: Dios te está mirando y Él sabe de lo que tienes necesidad… creí esa palabra”.
A principio del nuevo siglo, en 2000, grabó su primer proyecto discográfico cristiano, ‘La voz de mi amigo’. Lo tituló de esa manera, porque a través de la voz de Miguel Cruz fue que aceptó a Jesús. Fue un disco que tuvo buena acogida y se escuchó en Puerto Rico.
Actualmente, Héctor Núñez, tiene sonando a través de las redes dos sencillos musicales, ‘Aviso’ y ‘Consejo’, ambos temas realizados bajo el sello disquero NMJ Animal Records LCC , del cantante y compositor radicado en Florida, Wito Rodríguez. El salsero cristiano espera poder presentar pronto una propuesta discográfica completa, que incluya los sencillos y canciones nuevas.