Aplausos y más aplausos para ‘In The Heights’

“In The Heights” se convierte en la primera obra musical en ser escenificada en el Coliseo José Miguel Agrelot. (Foto suministrada)

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Podríamos comenzar manifestando que, esperábamos con emoción de niños, ver la puesta en escena del musical “In The Heights”, después de haber visto la película, porque nunca tuvimos la experiencia de haber visto la obra. Podríamos contar que, al llegar al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, el pasado viernes 17, presentamos la prueba de vacunación con una identificación, nos sometimos al riguroso protocolo de Covid de la producción, y al ocupar nuestros asientos, hasta la sección designada para la prensa, nos impresionó la grandiosa y “brecktiana” escenografía de Miguel Rosa , bañada por las luces de Cory Pattak, en un pre set no menos espectacular.

Éktor Rivera, bandera en mano, asumió en difícil rol de “Usnavi” en la esperada presentación del exitoso musical en suelo boricua. (Foto suministrada)

Podríamos decir que imaginábamos las sonrisas, detrás de las mascarillas, del entusiasmado público que iba llenado la arena y las gradas dispuestas para el espectáculo, el cual comenzó después de las siete y media de la noche, 30 minutos más tarde de lo pautado, pero no nos importó. Podríamos afirmar que la experiencia era primada, en muchos aspectos: Para los actores y profesionales, envueltos en la producción, significaba la culminación de un sueño después de más de un año de espera por el encierro; lo mismo significaba para el público.

En ocasiones anteriores hemos compartido con ustedes la historia que se vive en esta obra, y alrededor de la obra, con los cómos y por qués, las puestas en escena que ha tenido en distintas partes del mundo y los premios que ha ganado. Conocemos bien el musical “In The Heights”, libreto de Quiara Alegria Hudes, con música y letra de Lin-Manuel Miranda. Nos sabemos las canciones de memoria. Sentimos que los personajes son nuestros amigos. Así, que no comenzaremos por ahí.

Amanda Rivera, Jasond Calderón, Éktor Rivera y Xavier Reyes en uno de los enérgicos números corográficos del musical ganador del Tony en 2008. (Foto suministrada)

Al destacar una producción (Ender Vega para BAS Entertainment LLC) cuidada al máximo en todos los detalles, la cual desembocó en un producto de alta calidad, comenzaremos por resaltar los valores que en el teatro musical no pueden fallar. Podemos tener los más grandes talentos del sistema intergaláctico, pero, y sobre todo en una producción de dimensiones descomunales, si falta, o falla, uno de esos valores, la velada podría resultar insufrible. La puesta en escena de “In The Heights”, en el “Choli” no careció de ningún valor, en todos los sentidos que pueden tener la palabra.

Aplaudimos de pie al director musical, Angel “Cuco” Peña, por una excelencia, la cual sobresalió a la par con el sonido diseñado por Rafael Ubior, y realizado por Ubi Sound, a quienes extendemos nuestro reconocimiento.

Aplaudimos de pie a José Ruiz (trompeta 1), por los poderosos solos de trompeta, y con él, felicitamos a Jan Dulerc (trompeta 2), Jesús R. Torres (trombón 1), Víctor Vázquez (trombón 2), Angel Torres y Leonardo Garay (saxofones y flautas), Ceferino Cabán (teclados 1), Emilio Méndez (teclados 2), Robert López (bajo), Emmanuel Navarro y Raúl Rodríguez  (percusión), Jorge David Marcano (batería), Juan Carlos Rodríguez (guitarra), Romi Rosado (tramoyista), por componer una orquesta de ensueño.

Denise Quiñones (derecha) deleitó al público con su interpretación de la vivaracha Daniela. (Foto suministrada)

Aplaudimos de pie a Michelle Brava, por su trabajo como instructora de voces. Los armoniosos intérpretes no la hicieron quedar mal. Por supuesto, el talento que engalanó este montaje es más que comprobado.

Aplaudimos de pie al director y coreógrafo, Marcos Santana, quien trabajó en el estreno mundial de “In The Heights”, en Broadway, en 2008, por haber logrado, nuevamente, lo extraodrinario, de la mano con los actores y bailarines, quienes lo hicieron quedar muy bien. Por supuesto, tuvo un elenco puertorriqueño de actores y bailarines sensacionales, con voces educadas y privilegiadas.

En tal sentido, se lucieron Ektor Rivera (buena actuación, buenas interpretaciones) como Usnavi, Ana Isabel (hermosa presencia, bellísima y calibrada voz) como Vanessa, Sara Jarque (muy digna en su actuación e interpretación) como Camila Rosario, Aidita Encarnación (sabrosa y viva) como Abuela Claudia, Amanda Rivera (muy bien) como Carla, Xavier Reyes (muy creíble) como Sonny, Emilio Villalobos (monísimo) como Graffiti Pete, y los bailarines Christian Laguna, Franklyn Fuentes, JD Aponte, Luz Marina, Michelle Brava, Pranjaal Luna Rai, Ralphie Rivera, Ricardo Laboy, Solimar Arzola y Michele Alves.

Destacamos a Juan Pablo Díaz como el Piraguero, a Didi Romero como Nina Rosario, y a Jasond Calderon como Benny, cuyos recuerdos nos persiguieron con insistencia hasta nuestras casas.

Sara Jarque y Tony Chiroldes-Carbia probaron sus quilates en la interpretación de los personajes Camila y Kevin Rosario. (Foto suministrada)

Sobresalen en modo infinito en nuestra memoria, Denisse Quiñones, (presencia imponente, buena voz, bellísima desde el primer momento, inolvidable en su interpretación de “Carnaval del Barrio”), y Tony Chiroldes (bravísimo en todas sus proyecciones) como Kevin Rosario.

La combinación estética de escenografía, luces y los efectos de proyecciones (Milton Cordero), estos últimos destacados en unos bastidores que subían desde el segundo nivel hacia el telar, en variaciones que parecían tener el punto de inicio en un pasado sin comienzo hacia un futuro sin final, tomaron posesión integrada de la escena como un personaje, fundido en el corazón de los demás personajes en el lugar de acción, ya fuera en sus realidades o en sus ansias. A través de la obra, y conforme se develaban los asuntos, entraban y salían de nuestras miradas el puente Jorge Washington, atardeceres, amaneceres, estrellas, banderas, edificios, pensamientos, sentimientos, glorias, penas, alegrías, y calor de hogar. La sensación de abrazo del escenario al público fluyó en una dimensión tan empática, que, cuando ocurrió el apagón en el primer acto, las personas en el público encendieron los celulares, lo que logró un espontáneo efecto de estrellas, en las gradas y en la arena.

La ambientación y utilería de Greg Barreto, el vestuario de Alba Kercadó, el maquillaje y peinados de Bryan Villarini, completaron el efecto coordinado de toda la producción.

El elenco de la obra musical fue ovacionado por el público presente en la función del pasado viernes. (Foto suministrada)

Este montaje, que el público disfrutó tanto, significó empleos para actores, diseñadores, realizadores, en fin, para todas las profesionales de las distintas facetas laborales que comprenden un espectáculo, después de un año de encierro, donde los teatros estuvieron prácticamente cerrados y el trabajo fue escaso. Agradecemos a Lin-Manuel Miranda, esta y todas las iniciativas que tiene con el arte, los artistas y el público en Puerto Rico. Esperamos que tenga muchas más.

“In The Heights”, estará en cartelera en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot hasta el próximo domingo, 26 de septiembre. Para ella, nuevamente, va nuestro aplauso.

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