Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Solo tiene una duración de 33 minutos con 23 segundos.
Es uno de esos discos que se escuchan y uno quisiera que no termine.
La reacción inevitable es sonar dos y hasta tres veces, hasta alambrar el extraordinario despliegue de imágenes que el virtuoso Manny Trinidad comparte a través del concepto “Nuestra Piel”, disco que celebra nuestra herencia racial y la belleza de los recursos naturales del Archipiélago borincano.
En una entrevista originada por Zoom y transmitida en vivo por el Facebook de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, Manny explicó el proceso de creación de sus composiciones al contemplar imágenes de paisajes y paraísos naturales de Borinquen para concebir obras como “Azúcar morena”, “Cálido sol”, “Fiesta en el callejón”, “Cordillera”, “Flor de primavera”, “Costa Luna”, “Barrio” y “Nuestra Piel”.
Si no ha comprado este disco, apresúrese y encargue el suyo en la tiendita de la Fundación Nacional porque es una propuesta de cinco estrellas que tras esta reseña quizás su primera edición se agote.
Este joven virtuoso del cuatro puertorriqueño, discípulo de Nieves Quintero y de Efraín Vidal, experimenta con construcciones armónicas poco comunes y cultivadas en el folclor campesino. Su fuerte, además, es su sensibilidad hacia melodías sentimentales y muy emotivas que comunican amistad, alegría, espiritualidad, nostalgia, orgullo patrio, paz y admiración por la belleza.
Es imposible comunicar esa gama de sentimientos con música si no se vive o experimenta a nivel personal porque la música, como la poesía y la pintura, es extensión de lo que se lleva por dentro. Y en “Nuestra Piel” Manny Trinidad, como un viaje sensorial y astral por la entraña de la nobleza de Borinquen, se rodea de excelentes músicos del patio porque los grandes proyectos musicales, los que tocan la fibra, sacuden la emoción e interpelan la razón, aunque algunos egos lo duden, solo son posibles con el concurso de diversas almas y talentos.
El recorrido comienza a toque de bomba con la sublime melodía de “Azúcar morena”, con Manny en guitarras y bajo, proyectando como solista del cuatro a José Eduardo Santana. El arreglo y la orquestación, grandilocuente en sus efectos de cuerdas desde el sintetizador, evoca a Mannheim Steamroller y algunos trabajos de Yanni, con la salvedad de que la percusión afroboricua de Edgardo Ríos proyectan la obra a nivel de otra experiencia.
“Cálido sol”, con Javy Hernández en el piano, es una guaracha muy bailable en que Manny libera su alma rumbera, pero la melodía es otra acuarela de hermosura. Raúl Rosario, en la percusión afrocaribeña, aporta un acompañamiento cadencioso y sabroso durante los compases de Manny en descarga en el instrumento nacional.
“Fiesta en el Callejón” es uno de los grandes aciertos del concepto. Es una rica plena que se desarrolla en una fusión con la samba del Brasil y la insinuación de la influencia rockera que más adelante es evidente en el solo de guitarra eléctrica de Juan Carlos Rodríguez que sigue al de cuatro de Manny.
La composición “Cordillera”, en la onda de una guaracha jíbara, es la obra más campesina del disco, mereciendo un reconocimiento el güiro de Joselito Hernández, que se aprecia durante el solo de Manny y los efectos de los teclados.
El viaje no se detiene con la bachata (para algunos un bolero con montuno) de una melodía romántica e introspectiva, “Flor de primavera”, otra confirmación de la genialidad de este joven compositor, como gestor de música de incomparable belleza, que complementan efectos sonoros de aves.
La próxima parada es en “Costa Luna”, donde tras el paseo por la montaña Manny nos acompaña a la playa a la cadencia de la bomba sicá, sobresaliendo Juan Arturo Ortiz y Edgardo Ríos en el barril buleador, además del propio solista con otro solo de exquisito lirismo.
No pudo faltar un saludo a los barrios de Borinquen. En “Barrio”, Manny Trinidad nuevamente se acerca a la cadencia salsera, montuneando con pasión y sorprendiendo una vez más con su técnica en el cuatro y su fluidez interpretativa. Su intercambio de solos con el pianista Javy Fernández y los solos de Raúl Rosario en timbal y tumbadoras propician que “Barrio” sea otro de los grandes aciertos de “Nuestra Piel”, la única composición con letra.
La autora es la polifacética Aidita Encarnación; la música es de Manny y en la vocalización -con el acompañamiento, que es una fusión afrocaribeña con la plena a veces con la voz cantante- escuchamos al solista Josué Torres. Es la canción que identifica y sostiene la identidad del álbum.
“El cálido sol clarea por la costa del Caribe
Su mágica luz recibe mi tierra con la marea
Se funde feliz, campea con su rayo raudo y fiel
Y resuelta cuando ser ansiosa del palmar
La musa que ha de inspirar música de nuestra piel”.
Lo nuevo de Manny Trinidad, tercer cd como solista que lanza desde que en 2004 debutó con “Mi primer regalo”, es un disco obligado, que desde ya despunta entre los mejores producidos en Puerto Rico durante el pandémico 2021.
Los grandes, como Manny, se engrandecen aún con la humildad con que comparten sus dotes. Se puede alcanzar estatura de virtuoso, pero con sencillez y honestidad se trasciende de lo común y ordinario a lo extraordinario y fenomenal.
Escuchen “Nuestra Piel” y de seguro suscribirán lo aseverado en estas líneas.