Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
En una iniciativa digna de emular por otros pueblos, la Legislatura Municipal de Utuado aprobó la Ordenanza # 22, cuya autora intelectual es la joven mujer María Caraballo, conocida como Eyaboa, que dispone la protección de los yacimientos arqueológicos y arte rupestre indígena, localizados en el territorio de este ayuntamiento.
La Ordenanza ya entró en vigor y representa una importante iniciativa orientada a proteger las huellas y legado de los ancestros taínos para evitar que se repitan profanaciones como la de la reserva sagrada del Río Jauka en Utuado, donde una enorme piedra cuadrada fue pintada con los colores de un ‘rubik cube’.
La iniciativa de Eyaboa ha motivado a ciudadanas como María Rodríguez “Cachola” en Naguabo que han compartido la ordenanza con la legislatura municipal de este pueblo del Este del archipiélago para proteger sus reservas indígenas en un momento en que la región sur de El Yunque, rica en yacimientos arqueológicos, es amenazada por el capital.
La Ordenanza # 22 establece que durante siglos Puerto Rico ha sido objeto de “graves saqueos, despojos sistemáticos, destrucción o mutilación de su valioso patrimonio arqueológico” y añade que dichos daños han sido realizados impunemente [y aún lo son] “por instituciones extranjeras, personas extrañas y locales, en y en los alrededores de estos lugares”.
A tales efectos, la Legislatura Municipal de Utuado ordena que se protejan los yacimientos arqueológicos y de arte rupestre; se realice un estudio y registro fotográfico de los lugares; se haga un inventario de las piezas arqueológicas y se mejoren las colecciones ya existentes.
La Ordenanza # 22 advierte que, en conformidad con la Ley 112 del 20 de julio de 1988, las personas que dañen, destruyan y mutilen estos lugares incurrirán en delito grave y de ser halladas culpables serán multadas por $5 mil y una pena de cárcel de 12 meses.
También se advierte que en lugares donde el yacimiento esté al lado de un cuerpo de agua, las personas que se deslicen por las piedras que contienen petroglifos y los toquen recibirán una multa de $2 mil, además del costo de restauración si la rompe o pinta, como hicieron en el Río Jauka, con la anuencia del pasado alcalde popular Ernesto Irizarry.
“Me siento satisfecha y agradecida […] Esta Ordenanza entró en vigor el pasado 11 de junio de 2021 y fue aprobada unánimemente por la Honorable Legislatura. Es claro que tenemos un compromiso con nuestro legado ancestral y es para mí un honor saber que en distintos municipios se tiene la intención de presentar la misma ya que gran parte de nuestra Isla cuenta con herencia indígena. Para nosotros es un gran logro porque de esta manera le aseguramos a nuestros hijos y futuras generaciones conservar esto que es patrimonio del pueblo de Borikén”, puntualizó María Caraballo ‘Eyaboa’, presidente del colectivo Voces Ancestrales del Caribe.