Oda a un ‘sueñito’ en ‘In The Heights’

En esta versión fílmica la calle es un patio sin fronteras donde el piragüero impera.
El joven actor Anthony Ramos es “Usnavi” en la versión cinematográfica del musical “In The Heigts”. (Foto Warner Brothers)

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Hace una semana, fuimos invitados al pre-estreno de la película “In The Heights”, cortesía de la Fundación Flamboyán en Puerto Rico. Para nosotros, era una noche especial. Se trataba de nuestra primera actividad presencial, desde que comenzó la pandemia, y aunque el trayecto de nuestra casa al cine en Plaza Las Américas, transcurrió con tranquilidad, tan pronto colocamos nuestras personalidades en el vestíbulo de los cines, nos echamos a llorar. Y no exagero cuando hablo en plural. La cuarentena puso los botones de nuestra sensibilidad a niveles elevados, e insospechados.

“In the Heights” (Warner Brothers, PG-13), estrenó en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles, el 4 de junio de 2021. En Puerto Rico, estrenó el primer fin de semana de junio, en un evento privado realizado en el Dorado Drive-In Cinema. Se presentó el 9 de junio en este pre-estreno en Plaza Las Américas. El 11 de junio hizo lo propio en los cines y en HBO Max.

En el barrio se funden los sueños de diferentes sectores de la comunidad latina. (Foto Warner Brothers)

De la obra, sabíamos lo que habíamos leído y escuchado. Estrenó en Broadway en 2008. La producción fue nominada para 13 premios Tony, y ganó cuatro: Mejor Musical, Mejor Composición Musical, Mejor Coreografía y Mejor Orquesta. También ganó un Grammy como mejor Álbum Musical. Se ha presentado en incontables países – incluyendo Puerto Rico donde no pudimos asistir en 2010 – y ha sido traducida a varios idiomas.

La película se filmó en 2019. El estreno en cine, había sido pautado para verano de 2020. La pandemia propició una espera de más de un año, y las esperas son emocionales.

Todavía con lagrimitas sentimentales, post-vacunación y encierro (nosotros guardamos una cuarentena rígida), entramos en la sala. El protocolo de Covid19 era excelente. Nos sentimos seguros. Tomamos asiento. La tanda comenzó. Fanáticos de la creatividad y la belleza, como somos, la película nos atrapó desde la primera canción. Disfrutamos, sobre todas las cosas, del arreglo que incluía, como instrumentos musicales, el ritmo del agua que sale de una manguera, y cualquier elemento callejero, que pudo encontrar el ágil recorrido de la cámara por el vecindario latino de Washington Heights, en Manhattan. El número de apertura, por supuesto, nos presentó los personajes, jóvenes, casi todos, y todos con “un sueñito” en el corazón. El resto, fue un desfile de homenajes a épocas doradas del cine y grandes realizadores de todos los tiempos, los cuales también, nos son dilectos. De esta manera recordamos las películas de la Warner Brothers en la década de 1930, cuando se levanta un telón y en el escenario se desplegaba toda la 42, las películas de coreografía acuática donde Esther Williams (1921-2013) era el centro de toda admiración, la escena de Tony y María en las escaleras de escape en “West Side Story”, y la escena de “La hora del lobo” de Ingmar Bergman (1918-2013), donde Max Von Sydow (1929-2020) escala, con naturalidad, una pared (en el caso de la película, la pareja ejecuta un baile en las paredes exteriores de un edificio, a lo “Spiderman”). Otros homenajes los identificamos en el nombre del protagonista, Usnavi (US NAVY), el cual nos recordó el nombre del protagonista de la novela Usmail (US MAIL) de Pedro Juan Soto (1928-2002) y el apagón del cuento “La noche que volvimos a ser gente” de José Luis González (1926-1996). Los encantadores y novedosos efectos especiales de esta película, indicaron que “podemos tomar inspiración del pasado, pero nuestros comentarios van de la mano con el siglo 21”, y muy lejos, además, de aquella desesperanza, en el casi pleno de nuestra literatura, con la cual mi generación creció, cuando nos decían en la escuela que Puerto Rico era chiquitito y no tenía recursos. A estas alturas, y a pesar de lo que sea (política, religión, prejuicios, etc.), los puertorriqueños sabemos que somos capaces de llegar tan lejos como para levantar talleres de trabajo en el cine, ocupar posiciones destacadas, llegar a la luna, descubrir el lenguaje de los planetas.

La versión fílmica dirigida por Jon M. Chu trae el recuerdo de algunos clásicos de la cinematografía mundial. (Foto Warner Brothers)

La trama, pone a interactuar muchos corazones de personas diversas que están dispuestas a trabajar duro para lograr “sus sueñitos”, y se animan los unos a los otros. No los detiene, ni siquiera, el apagón general en Manhattan al tercer día, en la trama.

Los 143 minutos de duración de “In The Heights”, por supuesto, no pretenden hacer una radiografía de la realidad de los puertorriqueños, y los latinos, en Nueva York. Más bien se trata de una oda a un vecindario específico en Washington Heights, el cual, para ellos, es su casa. Los vecinos, de distintas procedencias latinas, son la familia. Cada casa es el hogar de esa familia. La calle es un patio sin fronteras donde el piragüero impera. (Sobre esto último nos enteramos gracias a que nunca abandonamos una sala de cine hasta que el último crédito desaparece y vimos la escena de la victoria del piragüero que se perdieron los que se fueron tan pronto comenzaron los créditos). El guión de Quiara Alegría-Hudes, dirigido, preciosa y poderosamente, por Jon M. Chu, se engrandece. La coreografía de Christopher Scott, aprovecha los detalles al máximo y esparce polvo de estrellas al trabajo.

Los actores se destacan en sus respectivos personajes. Anthony Ramos (Usnavi), Olga Merediz (abuela Claudia), Gregory Diaz IV (Sonny), Daphne Rubin-Vega (Daniela), Corey Hawkins (Benny), Jimmy Smits (Kevin), Melissa Barrera (Vanessa), Leslie Grace (Nina), Stephanie Beatriz (Carla), Dascha Polanco (Cuca), Noah Catala (Graffiti Pete), Mateo Gómez (Alejandro), Lin-Manuel Miranda (Piraguero), entre otros: ¡Bravo! Vibra todavía en nuestro recuerdo, la corta, pero impresionantemente sincera, interpretación de Marc Anthony como el padre de Sonny. ¡Muy bien!

Olga Merediz en una emotiva escena de su personaje “abuela Claudia” en el musical. (Foto Warner Brothers)

Dado que la coreografía y la música de canciones como “In The Heights”, “96,000” y “Carnaval del barrio”, donde vemos al vecindario bailar en la 175, o en la piscina pública de Highbridge, son las grandes estrellas, nos llena de tristeza no poner los nombres de todos los bailarines y músicos, por razones de espacio.

La fotografía de la película es de Alice Brooks. La producción, es de Mara Jacobs, David Nicksay, Lin-Manuel Miranda, Scott Sanders, Anthony Bregman y Quiara Alegría-Hudes.

Nada como el cine para ver una película, y nada como un escenario para ver una producción teatral. “In The Heights”, se presentará en vivo del 16 al 26 de septiembre, en el Coliseo de Puerto Rico. La dirección musical estará a cargo del maestro Cucco Peña, y la coreografía y dirección general, de Marcos Santana. Entre los actores que darán vida a los personajes, están Ana Isabelle, Denise Quiñones, Éktor Rivera, Tony Chiroldes, Sara Jarque, Didi Romero, Amanda Rivera, Felipe Albors, Michelle Brava, Juan Pablo Díaz, Emilio Villalobos, Jasond Calderón y Aidita Encarnación. La producción estará a cargo de Ender Vega, para BAS Entertainment. Como parte de los requisitos de entrada, el público deberá presentar evidencia de vacunación, o resultados de pruebas negativas a COVID-19, tomadas al menos 48 horas antes del evento. Allí estaremos.

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